En 2014 se especulaba con la fecha de 2021, más precisamente el primer cuatrimestre de este año, como fecha para que el mundo conociera el ya famoso Apple Car, que no es otra cosa que el auto del coloso de las computadoras personales y la telefonía celular. Sin embargo, a mitad de 2015, un cambio de liderazgo dentro de la compañía californiana, paralizó la actividad y demoró al menos la fecha prevista siempre en el campo de los rumores, porque comunicaciones oficiales en realidad, nunca hubo.
Lo que se sabe es que el plan existe bajo la denominación de Proyecto Titán. Y lo que se conoce también es que dentro de Titán hay dos desarrollos que van casi en paralelo. Por un lado se proyectaría un auto y por otro, sistemas de conducción autónoma, que bien podrían ser parte del Apple Car o ser el desarrollo para que otras marcas lo incorporen.
Cuando en 2015 pareció que el proyecto Titán podía desarticularse, hubo varias razones, que todas quedaron en especulaciones, aunque con cierta fundamentación lógica. En principio hubo algún cambio de idea respecto a lanzar un auto eléctrico con asistencias autónomas porque Tesla ya lo estaba haciendo y era entrar a una batalla con desventajas de desarrollo. También se supo que algunos proveedores con los que Apple pretendía desarrollar el auto, parecieron no estar completamente convencidos de entrar a un programa en el que los tiempos y las presiones que la compañía ejerce no se condicen con el modo de trabajo de la industria automotriz, y menos aún para producir un auto que, ya se creía, no sería masivo sino más bien exclusivo, de alto costo y pocas unidades.
Entonces, parece que el Proyecto Titán mudó hacia el desarrollo de conducción autónoma en ese tiempo, y no sería nada casual que justamente en 2016 hayan comenzado las pruebas de dispositivos de esas características por parte de Apple en la vía pública. No se trataba de una interrupción del desarrollo del auto propio, pero sí de una priorización de los sistemas de Inteligencia artificial en apariencia.
Paralelamente, se supo que Apple tuvo conversaciones con BMW primero, y con Hyundai más tarde, para que sean esas marcas las fabricantes del Apple Car, y cuando se creía que sería la compañía coreana la que cerraría filas con la empresa creada por Steve Jobs, incluso especulándose que la subsidiaria KIA en su planta de Georgia, EE.UU. sería la fabricante, se conoció que las negociaciones habrían llegado a un punto muerto en febrero de este año, y que ahora es con Nissan con quiénes hay un período de evaluación mutua.
Mientras esto ocurre, todos los indicadores y especialistas del mundo Apple, coinciden en señalar que el auto se sigue diseñando, pero que la meta que va en paralelo al proyecto de conducción autónoma es lograr un nuevo tipo de batería, más económica y con mayor rendimiento de las baterías de Li-ion o Iones de litio como las que se usan en los autos eléctricos de la actualidad, lo que posicionaría a la marca en otro escalón distinto a Tesla.
Más allá de esto, dos importantes ingenieros de la empresa de Elon Musk han sido reclutados entre 2018 y 2019, lo que indica que el proyecto de auto propio de Apple sigue en marcha. También en el mismo período de tiempo, hubo demandas de Apple en la justicia norteamericana, contra varios exempleados que fueron acusados de robar información secreta del Proyecto Titán.
Actualmente hay una especulación que indica que sería para 2024 la presentación del primer prototipo, una versión “Beta” del Apple Car, pero que recién para 2027 empezaría la comercialización del primer modelo. Entre algunas de las innovaciones que se imaginan o rumorean respecto a la tecnología de este auto, existen varias que no sorprenden por venir Apple.
Una de ellas es la referida al sistema de dirección oscilante, que permitiría que las ruedas no giren, sino que roten sobre un eje vertical, por ejemplo para estacionar, y aunque también hubo quién mostró un auto con el logo de la manzana que reemplazó las ruedas por esferas que permitían que el auto gire o rote según la necesidad de maniobra, rápidamente se negó cualquier intervención de Apple en ese concepto.
En cambio, sí podría estar en desarrollo, un modo que remita a uno de los productos icónicos de la casa con sede en Cupertino (sede central de Apple), y es la interacción eventual del auto con los dispositivos móviles de la marca, que permitiría a un usuario simplemente bajar del Apple Car, y presionando una función de su iPhone, indicarle al automóvil que se estacione solo o se ponga a cargar batería en alguna de las estaciones rápidas que Apple planea instalar.
Llega un punto en el que no sabemos qué será posible y qué no. Tantas cosas creíamos que eran de ciencia ficción y hoy son realidad, que quizás Apple simplemente espere el tiempo que sea necesario para salir al mercado cuando los autos de conducción autónoma total sean permitidos, y nos ponga a disposición, un vehículo que tenga solo la apariencia de un auto, pero sea algo completamente novedoso. Quizás Siri (el asistente de voz de iPhone), tenga respuesta a todos estos interrogantes.
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