La empresa de Elon Musk equipará con una estación supercargadora cada 190 kilómetros en promedio, a través de los 5.000 kilómetros que terminan en la frontera oeste, con Kazajistán. La primera estación se instalará en Zhoushan, una ciudad de la costa del Mar de la China Oriental que es cercana a Shanghai, y la última en Horgos, la ciudad que marca la frontera al este con Kazajistán.
En cada estación de carga de Tesla podrían cargarse 250 kilómetros de autonomía en 15 minutos. La compañía estadounidense ya tiene 840 estaciones de carga en China y más de 65.000 supercargadores repartidos en 310 ciudades del mundo.
¿Por qué China?
La decisión no es caprichosa, ya que China es el principal país de autos eléctricos del mundo, el mercado más creciente y más pujante, y donde Tesla está desarrollando su propio proyecto de un modelo eléctrico económico, que aspiran a vender masivamente.
Musk tiene pensado poner en funcionamiento este mismo año su nuevo centro de desarrollo en Shanghai, donde pretende hacer realidad ese auto eléctrico barato que tenga un precio de unos 25.000 dólares, gracias al nuevo diseño de baterías anunciado en septiembre durante el Battery Day. Se espera también que sea un modelo autónomo y que esté a la venta dentro de 3 años.
Desde su incursión en el mercado chino en 2015, Tesla triplicó sus ventas hasta los 1.000 millones de dólares en 2016, y esa misma cifra fue duplicada para 2017, cuando alcanzó los 2.000 millones de dólares. Esto ha sido en parte también gracias a la ayuda del gobierno chino, asegurándole a Tesla un mercado gigante pero a su vez propicio para hacer que el negocio alcance esas cifras, ya que la compra de los vehículos eléctricos tiene importantes exenciones impositivas.
China impulsa la electrificación para bajar las emisiones
China tiene un serio problema ambiental. Con una población de 1.400 millones de habitantes y algunas de las ciudades más contaminadas del mundo, el gobierno impulsa fuertemente la prioridad a los vehículos eléctricos. Para los consumidores chinos, los coches eléctricos son más baratos a la hora de registrarlos y son significativamente más prácticos. A partir de 2016, las principales ciudades chinas han restringido el uso de autos con motores térmicos. Los automóviles con patentes terminadas en un número impar sólo pueden transitar en días impares, y los que tienen un dígito par, en fechas pares. En cambio, quién tiene un auto eléctrico, puede circular libremente. Para 2025, China pretende que los vehículos eléctricos representen el 25% de todos los coches vendidos, y Tesla espera estar liderando esa tasa.
Solo en 2020, en China se vendieron más de 1 millón de autos eléctricos, dentro de los cuales, Tesla compite con grandes compañías como Nio, o pequeñas marcas como Wuling. La compañía californiana vendió solamente en mayo pasado, más de 33.400 vehículos en el mercado chino, un 30% más que sus propias ventas de abril 2021, cuando vendió unas 25.800 unidades. No obstante, algunos problemas de seguridad con sus vehículos podrían haber afectado a su imagen para el público chino y habrían provocado un descenso de las reservas de vehículos para los próximos meses.
El emprendimiento de electrificar la Ruta de la Seda, tiene también una connotación social asociada a esa leve baja de pedidos. Pero no es un proyecto circunstancial ni apresurado, sino parte de un plan mucho más ambicioso de Elon Musk. El creador de Tesla hace un par de años viene mencionando la idea de trazar una ruta eléctrica que consiga unir Londres con Shanghai, con lo que la Ruta de la Seda, completaría casi la mitad de ese recorrido futuro.
SEGUIR LEYENDO