Un estudio realizado en la década del 90 indicaba que los hombres tenían una gran influencia al momento de decidir la marca de jabón para lavar la ropa que se compraba en el hogar. Por esa misma razón, varias marcas de ese producto comenzaron a patrocinar autos de carrera en series populares de EE.UU. como las carreras de Stock car o Nascar.
Hoy, los fabricantes de automóviles empiezan a valorar el gusto femenino como protagonista de la decisión para comprar un auto. Ya sea porque es el auto de una mujer soltera y completamente independiente que busca su movilidad personal, o porque sea el auto de una familia, pero la tendrá como conductora tanto o más tiempo que el padre de sus hijos.
Entre finales de la misma década del 90 y comienzos de los años 2000, hubo al menos dos autos icónicos que mostraron un nuevo perfil que claramente estaba dirigido al público femenino. El primero fue el Volkswagen New Beetle, un auto que había heredado el ADN del Escarabajo pero fue adoptado por miles de mujeres en el mundo, a punto tal, que algunos modelos trajeron un florero en el tablero.
El otro auto que buscó agradar, aunque más sutilmente, al público femenino fue el Mini. Sucesor del Mini Cooper, regresó al mercado en 2001 fabricado por BMW, y más allá de tener un diseño “simpático” desde siempre, en esta nueva etapa contó con un mensaje escondido en su diseño. Los faros delanteros, la parrilla con forma de boca abierta y los espejos retrovisores redondos y voluminosos representaban la cara de un bebé.
Pero eso fue hace 20 años. El New Beetle se dejó de fabricar en 2018 y ya no traía florero, y el MINI fue cambiando su fisonomía con ángulos más agresivos, más deportivos, y menos relacionados con aquella imagen de auto para mujeres.
Las razones deben ser muchas, pero algunas de ellas podemos encontrarlas en el rol más igualitario de la mujer y el hombre, que trajo aparejado un cambio respecto a los autos. Ahora les interesan otras cuestiones y no tanto por algo estético como a comienzos de siglo XXI.
¿Qué miran las mujeres al momento de comprar un auto?
Una de las primeras cosas que debemos reconocer es que, en general, las mujeres administran mejor el dinero que los hombres, y por lo tanto, una inversión importante como es adquirir un auto, tiene que tener un estudio de costo vs beneficio muy detallado. Probablemente, desapasionadas del valor que un hombre le da a la historia o prestigio de una marca, las mujeres elijan el auto que les brinde mayor seguridad por sobre todas las cosas. Entonces aparecerán datos como cantidad de airbags, sensores de proximidad, control de estabilidad, asistentes de estacionamiento y alertas de mantenimiento y funcionamiento vitales, por sobre potencia, cilindrada o torque.
Aquella idea que decía “a las mujeres solo les interesa que el auto arranque, tenga calefacción y aire acondicionado, y las lleve y las traiga sin tener que pensar en otras cosas (como presión de los neumáticos, nivel de aceite, vida útil de la batería, etc), sino solo en cargar combustible”, sigue siendo válida. Y es que para ellas, siempre con sus honrosas excepciones, el auto es solo una herramienta o un medio de transporte. Lo bueno es que hoy muchos autos tienen esos servicios y ayudas de serie, y por lo tanto, tienen el voto femenino de su lado.
También les preocupa mucho más la seguridad para el agresivo tránsito de las ciudades modernas. Por eso la llegada de los SUV (Sport Utility Vehicules) ha sido un regalo con moño y todo. Van un poco más elevadas del suelo, tienen mejor visibilidad, y en general tienen más espacio para que el transporte sea familiar y no solo personal. Un SUV tiene 5 plazas y es ideal para que mamá lleve a los niños al colegio, incluyendo la posibilidad de traer a casa algún amigo si a la salida, surge imprevistamente ese plan.
Por otro lado, hay dos nuevos factores que son la delicia de ellas. El primero es la conectividad. Para las mujeres, tener el teléfono conectado desde el momento que entran al auto, de modo de poder mantener conversaciones mientras van conduciendo, si bien no es lo aconsejable, es muy práctico.
Las madres de niños pequeños, en general tienen que “atajar penales” en el auto, tanto ejerciendo su maternidad, como manteniéndose como quién se ocupa de la ropa y la comida de la familia. Eso no ha cambiado tanto a pesar de un rol mucho más similar entre hombres y mujeres en una familia con hijos. Pues para eso, poder organizar todas esas tareas mientras conducen, es de una gran ayuda.
El otro gran aspecto que valoran enormemente las mujeres, es la caja de velocidades automática. Al comienzo pueden sentir temor o inseguridad. Pero una vez que se acostumbraron a sacar el pie izquierdo de la zona de la pedalera, para evitar usarlo como si fuera el embrague al pisar fuertemente el freno (y clavar el auto en la mitad de la calle, cosa que nos ha pasado a todos alguna vez), se enamoran de la libertad de no tener que pensar en hacer cambios, y la conducción pasa a ser mucho más placentera.
La caja automática, en general, suele ser un viaje de ida sin vuelta atrás. Complementariamente, una buena pantalla táctil que les permita visualizar a simple golpe de vista el navegador o los ajustes como sistema de sonido y temperatura a bordo, pesan enormemente en su elección.
Finalmente, detalles como el sistema KeyLess, que les permite con solo tener la llave en la cartera, acercarse al auto para que las puertas se desbloqueen, los asientos calefaccionados, el frenado automático de emergencia, detector de ciclistas o peatones y el detector de punto ciego, son atributos que encuentran desequilibrantes.
Una vez que hayan encontrado un auto que reúna la mayor parte de esas cualidades y el precio les parezca razonable, buscarán la mayor garantía posible si es un auto 0km, porque una vez más, piensan en el costo de mantenimiento. Y recién después, mirarán la gama de colores y las terminaciones, no solamente en detalles, sino incluso en calidad de los materiales. Por algo en Japón, la mayoría de los fabricantes tienen mujeres a cargo del control de calidad de la línea de montaje.
Así es. Ya no se las puede seducir con sólo pintar un auto de color rosa como ocurría 20 años atrás. Hoy, ellas se paran frente a un fabricante o un vendedor, con un nivel de exigencia mucho más alto al que la mayoría de los hombres suelen aplicar para elegir su auto.
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