Enzo Ferrari, Ferruccio Lamborghini, los hermanos Maserati, Nicola Romeo, Vincenzo Lancia, Ettore Bugatti, Ferdinand Porsche. Todos esos son los nombres de quiénes han dado origen a algunas de las marcas más famosas de autos deportivos europeos. Casi todos nacieron entre 1875 y 1900, y antes de la Primera Guerra Mundial, ya habían creado sus primeros autos. En casi todos los casos, sin embargo, no fue sino hasta después de la Segunda Guerra Mundial que tuvieron la posibilidad de empezar a producir en serie sus creaciones. Y tienen un mismo punto en común: le pusieron su apellido a sus autos, y a medida que las marcas fueron conocidas, sus creadores también.
La última en aparecer fue Lamborghini, recién en 1963, lo que podría situarla en otro tiempo, pero sin dudas el más famoso y exitoso de todos ellos fue “Il Commendatore”, como se lo llamó a Enzo Ferrari, cuya historia se ha escrito miles de veces.
La historia que vamos a contar hoy, sin embargo, es la de una marca que no tuvo el mismo nombre de su creador, pero que tiene varios puntos de contacto con la de Ferrari.
Se trata de Cisitalia, cuyo nombre significa Compañía Industriale Sportiva Italia y fue fundada por Piero Dusio, un millonario industrial del norte italiano, amante de los autos, que anhelaba tener su propio modelo.
La primera coincidencia entre Dusio y Ferrari es que ambos nacieron con pocos meses de distancia, siendo Enzo el mayor de ambos, ya que nació en febrero de 1898, mientras Dusio recién en octubre de 1899. El segundo punto de contacto es que ambos, nuevamente con poco tiempo de diferencia, comenzaron a producir autos deportivos de calle poco después de la Segunda Guerra Mundial. La primera Cisitalia nació en 1946, la primera Ferrari en 1947. El tercer punto que los unía era la pasión por las carreras. Mientras Ferrari había empezado trabajando en Alfa Romeo, Dusio había comenzado a correr con un Maserati, pero ambos querían lo mismo, su propia marca.
En cambio, lo que los separaba era la región de la que provenían. Aunque ambos crearon sus fábricas en el norte italiano, Dusio lo hizo en Torino y Ferrari en Módena. Ambas ciudades, están equidistantes al centro industrial que siempre fue Milán. Torino a 150 km y Módena a 170 km. La diferencia es que uno está hacia el Oeste y el otro hacia el Este.
Dusio le ganó la carrera a Ferrari de desarrollar el primer auto de Fórmula, porque Enzo, bloqueado por Alfa Romeo para poder hacer sus propios autos por varios años, debía esperar fabricando partes de aviones. El primer Cisitalia fue un monoplaza económico, liviano y muy rígido, que tenía toda la mecánica de modelos Fiat de la preguerra, como el motor cuatro cilindros y 1089 cm3 que apenas alcanzaba los 50 caballos de fuerza, además de las suspensiones y transmisión.
Pero una vez que el auto de carreras se mostró exitoso con el propio Dusio al volante, fue esa base mecánica la que utilizó para crear el primer auto deportivo de calle, el Cisitalia 202. Y aquí nace una historia fascinante y romántica.
Cisitalia 202 by Pinin Farina
Battista “Pinin” Farina había nacido también en Torino, pero unos años antes que Dusio. Su amor por los autos, lo llevó incluso a viajar a EE.UU. luego de la Primera Guerra Mundial, pero aunque Henry Ford le ofreció incorporarse a su fábrica, Battista prefirió volver a Italia y crear su propio estudio de diseño, que se llamó Carrozzeria Pinin Farina. La calidad de sus diseños y de sus terminaciones le valió el reconocimiento de todo el mundo. Pero la expansión de su empresa se vio frenada con la Segunda Guerra Mundial también, y recién en 1946, pudo volver a trabajar en forma continua. Dicen que a pesar de todos los diseños que habían marcado un estilo en la preguerra, no fue sino hasta que llegó a sus manos una plataforma de Cisitalia 202, que Pinin Farina, no se hizo famoso. El 202 GT es considerado por los historiadores del mundo del automóvil, como el auto más bello de la posguerra, y ese diseño, catapultó definitivamente a la marca Pininfarina.
Pero Cisitalia 202 no hubo muchos. El auto se construyó siempre de modo artesanal, a mano, trabajando el aluminio sobre una base de madera que eran los moldes. Se construyeron solo 170 autos entre 1947 y 1952. Y no fueron todos iguales. El más solicitado y producido fue el cupé, en versiones 202 y 202 GT, y tan solo 17 fueron Spider.
Cisitalia 202 SMM Nuvolari
Pero la pasión por las carreras nunca quedó atrás, y Dusio creó a partir del éxito de los 202, un par de versiones de competición. El 202 CMM (Cupé Mille Miglia) y el 202 SMM (Spider Mille Miglia). Y fue con este particular diseño, que se destacaba por sus guardabarros traseros con un diseño que sobresalía levemente como cuidadas aletas de tiburón, que el gran Tazio Nuvolari, lideró y no pudo ganar las Gran Carrera Italiana de 1947 sólo porque era un auto sin techo y en las últimas etapas, la lluvia torrencial perjudicó su desempeño contra el Alfa Romeo 8C 2900 B de Clemente Biondetti. Tanto suceso tuvo la participación de Nuvolari con la Cisitalia, que desde entonces, el auto se conoce como Cisitalia 202 SMM Nuvolari.
Uno de los 10 modelos de los que se conocen en existencia, de la 202 SMM Nuvolari fue comprado por un argentino, Federico Andreini, en ese mismo año, y traído a nuestro país para competir en diversas carreras nacionales. El chasis era el número 036, el motor el 018, y el MAUTO (Museo del Auto de Torino), tiene registradas participaciones en el Parque Independencia de Rosario, en el circuito del Bosque de La Plata y en el circuito del Parque Urquiza en Paraná en 1950, en el circuito de la Costanera Norte en 1951, en el Autódromo 17 de octubre (actual Autódromo de Buenos Aires) en 1952 y después de estar más de 30 años parado, en el Rally de La Cumbre de 1986 y 1987, antes de ser vendido a un coleccionista en EE.UU. a finales de esa década.
Tras rastrearlo y encontrar todos sus elementos originales, algunos modificados como el propio color de la carrocería, el MAUTO lo compró en 1996 y lo regresó a Torino, donde fue desmantelado, revisado pieza por pieza, restaurado y puesto en exhibición permanente en su prestigioso museo.
A la Fórmula 1 con Porsche
Dusio quería su propio auto de Fórmula 1. No había barreras que se lo impidieran, así que buscó un socio tecnológico que pudiera producir el mejor monoplaza para correr contra Alfa Romeo en el Campeonato Mundial. Encontró dos aliados en Ferdinand Porsche y su hijo Ferry. Juntos, crearon un auto revolucionario, que quizás hubiera cambiado la historia de la F1, ya que, más allá de sus líneas, tenía tracción en las cuatro ruedas. Se llamó Porsche Type 360 pero nunca alcanzó a correr.
Después de pagar una fianza de un millón de francos para que Ferdinand Porsche fuera dejado en libertad de la cárcel de Francia en la que estaba detenido desde la guerra, Dusio enfrentó un problema financiero serio. Por un lado, Fiat ya no le permitía usar su mecánica (se cree que como represalia a haber ido a buscar a Porsche para hacer un auto que venciera a los Alfa Romeo), y por el otro, el alto costo que insumió la construcción de auto de Fórmula 1. Era el año 1948, el proyecto se derrumbó y Cisitalia entró en quiebra. Piero se retiró de la empresa que continuó su hijo Pietro, bajo el nombre de Cisitalia Autocostruzioni, y aunque intentó sostenerla con diversos modelos, nunca logró su objetivo y desapareció.
El salvataje podía ser la Argentina
Sin embargo, el fundador de Cisitalia no se dio por vencido. Una vez fuera de la empresa en Italia, Dusio se vino a Argentina. Aprovechando el régimen de promoción industrial del Gobierno de Juan Domingo Perón, creó en 1949, una nueva empresa llamada Autoar, el acrónimo de Automotores Argentinos. La relación de Dusio con el General Perón era directa y en el proyecto no solamente estaba previsto fabricar autos de calle, sino también autos de competición, lo que interesaba al Presidente argentino, que por esos años impulsaba una escudería nacional para competir en Europa representando a nuestro país, proyecto que finalmente existió y financió la exitosa campaña deportiva de Juan Manuel Fangio.
Para 1951, Dusio creó Cisitalia Argentina, que fabricaría autos deportivos y de turismo basados en mecánica Fiat. A través de Autoar, fabricaban vehículos utilitarios y con Cisitalia Argentina, hicieron dos pequeños deportivos llamados 750 y 850, basados en los motores de 750 cm3 y 850 cm3, de la marca italiana.
La planta de Cisitalia Argentina se instaló en General Pacheco, en la zona norte del Gran Buenos Aires. Tenía una superficie de 10.000 metros cuadrados y tenía 250 empleados. Si bien la producción no era alta, el proceso debía demandar varios años hasta establecerse como un producto competitivo en el mercado de la industria nacional, pero después de 1955, y sin el apoyo de Perón, la empresa comenzó a tener problemas que no habían sido tales hasta ese momento.
En 1963 se retiró la licencia a Cisitalia Argentina para operar en nuestro país, debido al muy bajo porcentaje de piezas nacionales que se utilizaban para la fabricación de los modelos. El último fue el Cisitalia 750 GT, un deportivo chico, basado en la mecánica del Fiat 600.
Una herencia ineludible
La marca dejada por Cisitalia, sin embargo, parece indeleble. La famosa fábrica de autos de competición italiana Abarth, que nació en 1949 en Bologna, usó autos de Cisitalia para sus primeros vehículos preparados especialmente con carácter deportivo.
Y quizás otra muestra más valiosa aún que destaca el nivel de avanzada de Cisitalia, es que un modelo de la 202 GT fue exhibida en la primera Exposición de diseño de automóviles del Museo de Arte Moderno de Nueva York en 1951, y desde entonces es parte de la colección permanente del MOMA.
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