La industria del automóvil está viviendo un importantísimo proceso de transición en todo el mundo. Y como toda transición, en el camino van quedando proyectos, ideas e incluso tecnologías que rápidamente quedan obsoletas por la misma velocidad de los avances tecnológicos.
Una de esas tecnologías podría ser la de los motores híbridos, que increíblemente están recién apareciendo con mayor fuerza en los mercados de nuestra región y que sin embargo podrían dejar de ser producidos antes que sean de uso masivo en países como Argentina, Brasil o México.
La explicación está anclada en que los automóviles híbridos combinan un motor de combustión interna con uno o más motores eléctricos. Y la razón por la que quizás estos vehículos sean un “intermedio corto” hacia otra forma de propulsión, está dada por la alta exigencia de reducción de emisiones que plantea la norma Euro 7, que debe entrar en vigor en tan solo cuatro años, en 2026.
Mientras varias fábricas e incluso la propia Asociación de fabricantes de automóviles de Alemania (Verband der Automobilindustrie ó VDA) están planteando seriamente que la norma es demasiado estricta como para poder hacer autos acordes al mercado debido al alto costo que tiene alcanzar esos objetivos, y que esto podría atentar incluso con la existencia de algunos modelos chicos o económicos que tanto han crecido en la última década, otros ya han tomado decisiones más drásticas hacia el nuevo horizonte de la industria.
Así Toyota continúa apostando por los motores impulsados por pila de electricidad de hidrógeno, y otras compañías como Fiat, han decidido convertir toda su producción a la tecnología eléctrica a corto plazo. Es que 2030 puede parecer todavía lejano, pero para los tiempos de los fabricantes, que demandan varios años en diseñar y desarrollar nuevos modelos, y más aún si se trata de nuevas tecnologías, incluso puede parecer una carrera contra reloj.
Fiat va hacia la electricidad 100%
Olivier Francois, CEO de FIAT y Director de Marketing de Stellantis, ha anunciado que en para fin de esta década Fiat estará compuesta exclusivamente por autos eléctricos.
“Entre 2025 y 2030, nuestra gama de productos se convertirá gradualmente en solo eléctrica. Y será un cambio radical para Fiat”, señaló en el marco de la celebración del Día Mundial del Medio Ambiente 2021.
Para el máximo directivo de Fiat, “Es nuestro deber ofrecer al mercado, tan pronto como podamos, autos eléctricos que no cuesten más que los vehículos con motor de combustión interna, en consonancia con la reducción del costo de las baterías. Estamos explorando el territorio de la movilidad sostenible para todos: este es nuestro proyecto”.
La llegada del Fiat 500e es la nueva generación del más popular modelo italiano y tal como lo dice su nombre, solo está disponible con mecánica eléctrica. Se ha convertido en el punto de partida para la transición hacia la movilidad sostenible de Fiat en Europa, y su éxito en ventas refrenda la decisión de iniciar con este modelo el proceso de cambio, ya que impulsará fuertemente la nueva identificación de los usuarios con la tecnología eléctrica.
Ahora hay que empezar a prestar atención a las regiones como Latinoamérica, donde los autos eléctricos empiezan a aparecer lentamente en las calles, donde los híbridos todavía están en suba, y donde los controles de emisiones contaminantes no son cercanos a los valores que exigen las normas europeas.
Es que cambiar un motor por otro, es algo relativamente posible para un fabricante que quiere vender en nuestra región un modelo con una motorización menos evolucionada y más costosa que las que se pueden utilizar aquí, pero siempre hablando de motores a explosión.
El problema lo tendremos cuando en 2025, poniendo como ejemplo el caso de Fiat, los autos que se diseñen en Europa sean concebidos como eléctricos y no sea posible hacer el trabajo inverso que se está haciendo actualmente para convertirlos en ello.
Empezará una nueva era, en la que las acciones comunes serán necesarias. Argentina, Brasil y México, son fabricantes y proveedores de autos para toda la región. Si un país va en una dirección y alguno de los otros no acompañan ese cambio, puede significar una verdadera crisis para la industria.
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