Algunos lo llaman “los ángeles de la guarda” de los pasajeros, pero como no se trata de nada relacionado con creencias o cuentos infantiles, sino con ciencia aplicada, suena injusto para tantos ingenieros que desde hace décadas trabajan día a día para hacer más seguro el tránsito del mundo.
ADAS significa Sistema Avanzado de Asistencia al Conductor en su traducción del inglés (Advanced Driver Assistance System), y es un conjunto de tecnología aplicada a distintos elementos de un auto, de los cuales vale la pena repasar los que encontramos en los autos modernos con mayor frecuencia:
Recordatorio de cinturón de seguridad
Adaptación Inteligente de la velocidad (ISA)
Control de electrónico de estabilidad (ESP)
Sistema de frenado antibloqueo (ABS)
Sistema de frenado autónomo de emergencia (AEB)
Sistemas de control de carril
Sistemas de bloqueo por alcohol
Alerta de tránsito cruzado
Control de punto ciego
Monitoreo Facial para detectar Fatiga
Sensor de estacionamiento
Sistema de estacionamiento automático
¿Cómo funciona el ADAS?
Básicamente se trata de tener más ojos que los del conductor, a través de sensores, cámaras y radares de distinto tipo. Los primeros pueden ser sensores de ultrasonido o de video. Los primeros suelen estar colocados en los paragolpes y tienen un alcance de unos 5 a 6 metros. Envían un impulso ultrasónico y perciben su rebote o eco, para detectar peatones u obstáculos a baja velocidad. Generalmente se usan para asistir al conductor en el momento de estacionar.
Los sensores de video, en cambio, tienen un mayor rango de detección cercano a los 50 metros, tienen lectura 3D, reconocen objetos a mayor velocidad, miden distancia a ese objeto, y hasta leen carteles de señalización.
Las cámaras son de distinto tipo y definición, según la función que cumplen y el lugar en el que están ubicadas. Pueden ser desde la más importante, que encontramos en la parte superior del parabrisas, detrás de nuestro espejo retrovisor central, hasta la ya conocida de asistencia para el estacionamiento en reversa, que suele alojarse cerca de la apertura del baúl o la placa de identificación trasera. Miden ángulos de hasta 180 grados y tienen un alcance de hasta 500 metros.
Y los radares miden objetos en movimiento o estáticos, con un alcance menor que las cámaras, de unos 250 metros, pero tienen un ángulo de percepción de 360 grados. No detecta formas como las cámaras, pero no se ven afectados como estas, por las inclemencias climáticas. Se suelen instalar en la parrilla de los autos, o detrás de los paragolpes.
Todos cumplen una función distinta o complementaria de las del resto, pero como buenos “ojos” no tendrían un efecto positivo si tuvieran que vistos por el conductor al mismo tiempo, generando que tenga que sacar los sus propios ojos del parabrisas y los espejos retrovisores convencionales, lo más importante del ADAS, es su cerebro artificial, que no es otra cosa que la reunión de esos ojos, sincronizados, para generar el mensaje o la acción que el conductor necesite como asistencia efectiva.
Algunos ejemplos asombrosos
Claramente algunas funciones son menos invasivas de la conducción que otras. En general, el ADAS es una especie de “segunda oportunidad” para el conductor, asistiéndolo ante un error u omisión. En los más altos niveles de equipamiento, hay autos que traen un sistema de reconocimiento facial del conductor, para detectar fatiga al volante.
Este sistema monitorea a través de cámaras infrarrojas, cuando un conductor comienza a quedarse dormido, ya que sus párpados se cierran lentamente y su retina se oscurece, volviéndose menos sensible a los cambios de luz. El ADAS generará una alerta sonora, una vibración en el volante o en el asiento de quién conduce, para intentar despertarlo, pero si detecta que el auto se mueve de su línea, el corrector de carril y el control de estabilidad comenzarán a actuar, corrigiendo la dirección sin desestabilizar la marcha, actuando sobre el volante y las suspensiones. Ese es el modo de actuar sincronizadamente que tiene el sistema.
Sin dudas una de “las joyas” del ADAS es el sistema de frenado autónomo de emergencia. Y es aquí donde la electrónica no deja de sorprendernos. Los sensores, radares y cámaras, detectan un objeto delante de nuestro auto, miden la velocidad a la que nos desplazamos y la distancia hasta ese objeto, y calculan la necesidad presión sobre el freno que necesitamos aplicar. Pero si eso no ocurre, actúa autónomamente deteniendo el vehículo, sin bloquear las ruedas y sin impactar el obstáculo percibido.
Beneficios en seguridad, contaminación y economía
Los beneficios de todos estos dispositivos, reunidos en mayor o menor cantidad según el grado de equipamiento, ya no son un accesorio adicional, sino que cada vez más, forman parte del equipo original de cada auto.
El sistema ADAS no solo ha contribuido a reducir notablemente la cantidad de siniestros de tránsito en el mundo, sino también han colaborado para bajar la contaminación ambiental, porque menos colisiones, significan menos atascos de tránsito, y por lo tanto, menos automóviles en marcha a muy baja velocidad o detenidos completamente sin avanzar. Y también hay una tercera ventaja, y es la económica. Menos siniestros, significan menos reparaciones, y también costos menos elevados en las pólizas de seguro por scoring, algo que también se está propagando a gran velocidad en el mundo entero.
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