¿Saben qué es Baidu? Para muchos es un nombre completamente nuevo, para otros, es familiar, aunque no saben bien de qué se trata. Pues Baidu es el Google de China, ni más ni menos, y el cuarto buscador más utilizado en el mundo detrás de Google, Yahoo y Bing.
Y, así como en Occidente, Google nos ha cambiado la vida con múltiples aplicaciones que van desde correo electrónico hasta uno de los más poderosos GPS del mundo, Baidu ha dado un paso adelante en la movilidad de las ciudades a través de vehículos autónomos de pasajeros. Por ahor,a funciona solo en China, su país de origen, pero con claras pretensiones de ser pioneros en este campo a nivel global.
La empresa que lo desarrolla es AutoX y se trata nada más ni nada menos que del primer sistema de robotaxi o taxis autónomos. El sistema comenzó a funcionar en enero de 2019 con un conductor de emergencia en el asiento del acompañante o un control remoto de asistencia, y no incluía pasajeros, sino viajes de ensayo o transporte de mercadería liviana.
De Silicon Valley a Shanghai
En junio de 2019, AutoX recibió el segundo permiso de piloto de robotaxi del mundo emitido por la Comisión de Servicios Públicos de California (CPUC) y lanzó su servicio de piloto de robotaxi en California. En junio de 2018, AutoX lanzó el primer servicio piloto de RoboDelivery en California, en asociación con tiendas de comestibles y muchos restaurantes en San José. Pero era sólo un ensayo, que no alcanzaba al público.
En diciembre de 2019, llega el turno de empezar las operaciones en China. La flota robotaxi de AutoX se desplegó en el distrito de Nanshan, el centro tecnológico del centro de Shenzhen, que así se transformó en la primera ciudad de China en navegar por el tráfico del centro de una megaurbe como Shenzhen desde cualquier punto a cualquier punto.
En agosto de 2019 se firmó una asociación con la ciudad de Shanghai para lanzar conjuntamente la primera flota comercial de robotaxi en China. Luego del desarrollo tecnológico y el diseño de la aplicación, a partir de enero de 2020, cualquier cliente podía usar la aplicación Alibaba Amap para llamar a un robotaxi autónomo.
La verdadera revolución llegó este año, cuando primero en Shenzhen y luego en Shanghai y Pekín, se pusieron en funcionamiento los primeros robotaxi completamente autónomos, que no tienen conductor de seguridad ni control remoto alguno. En su interior solamente viajan los pasajeros.
Cómo funciona el robotaxi
Como en cualquier aplicación de taxis, el cliente marca el lugar en el que desea tomar el auto a través de una aplicación, y AutoX enviará el robotaxi que se encuentre a menor distancia. Cuando el auto esté llegando al sitio en el que fue pedido, tocará su bocina para que el cliente detecte que se trata de su pedido.
Cuando el auto se haya detenido junto a su pasajero, este debe validar su identidad, la reserva del auto y su estado de salud (esto a partir de la pandemia), a través de una serie de códigos QR, que desbloquearán el acceso al vehículo.
Una vez en el interior, el robotaxi solo iniciará el viaje cuando se verifique que las puertas están cerradas y cada pasajero tenga colocado su cinturón de seguridad. Entonces, presionando un botón en la pantalla táctil frente al pasajero que ocupa la plaza situada junto a la puerta, comienza una experiencia asombrosa.
Al ser un vehículo completamente autónomo, el robotaxi está equipado con cámaras y sensores de alta resolución y radares de largo alcance. Y, al no tener conductor a bordo, el equipamiento se completa con un sistema de percepción de punto ciego circundante a cada lado del auto.
Una vez en marcha, el robotaxi toma la ruta preseteada cuando se conocieron el punto de salida y el punto de finalización del viaje, desplazándose en el tránsito como cualquier automóvil conducido normalmente, manteniendo la velocidad máxima permitida en todo momento, y haciendo lo mismo que cualquier otro auto a su alrededor.
Cuando detecta un obstáculo, que permanentemente va recreando en la pantalla que observa el pasajero a través de un modelo 3D, detiene su marcha. Si el obstáculo es un móvil, como un peatón, un ciclista o un automóvil que se cruza en su recorrido, espera que haya salido del campo visual y reinicia el viaje. Si en cambio se trata de un obstáculo detenido, los sensores y cámaras observan que no haya otros autos alrededor o adelante y simplemente coloca la luz de giro, y esquiva el obstáculo como cualquier automovilista.
Durante el viaje, en la misma pantalla de navegación del robotaxi, el cliente puede hacer un llamado telefónico al servicio de atención al cliente, para hacer todo tipo de consultas que desee. Ese será el único contacto con un ser humano que tendrá en este viaje. Al llegar a destino, el auto se detendrá solo y el viaje será debitado de la cuenta registrada en la aplicación, a través de la cual, el cliente ya habrá debido seleccionar previamente el método de pago.
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