Nació como el Projecto F. Era el secreto mejor guardado del mundo en la industria. Cuando en 1985, Toyota ya era una marca establecida en el mercado de autos medianos de EEUU, su presidente, Eiji Toyoda, decidió desafiar a los colosos del mercado con un vehículo que compitiera directamente con los modelos de más alta gama. Sus cañones estaban apuntados a los tres grandes: General Motors, Ford, y Chrysler. Así nació Lexus.
Su nombre representa el lujo, la tecnología y la distinción, y una de las premisas que se impusieron fue la de crear una marca separada en su totalidad. Un Lexus no podía tener parte alguna de un Toyota. El primer modelos fue el LS 400, presentado en 1987, aunque recién comenzó a comercializarse en 1989. Un vehículo de gran porte, mucha potencia a través de un motor V8 de de 4 litros y un equipamiento denominado desde el inicio como premium, para contrastar con la denominación que incluso tenían los más sofisticados modelos de Mercedes, Jaguar y BMW, a quienes también querían vencer. “Hagamos un auto que sea mejor que el mejor auto del mundo”, fue el slogan bajo el cual empezó la historia de esta marca.
Luego de 15 años de liderazgo, a comienzos de los 2000, llegó un punto de amesetamiento. Lexus no solo había producido autos de lujo, sino que había hecho especial foco en la atención post venta. Escuchar las demandas de los usuarios era otra de sus virtudes distintivas. Pero la competencia copia, evoluciona y los márgenes se redujeron sensiblemente. Fue ese el momento en que comenzó a gestarse el gran cambio.
Nuevas líneas de diseño, carácter deportivo, y el primer SUV híbrido
Lexus buscaba una nueva identidad de formas y entonces desarrolló el concepto L-Finesse, sobre el cuál se basaron sus siguientes modelos. Al mismo tiempo, decidieron entrar en la competencia de los súper deportivos, y lanzaron el LFA, una cupé equipada con un motor V12 y más de 500 CV, capaz de alcanzar los 100 km/h en sólo 3,7 segundos. Pero sin dudas, la apuesta más grande, fue aprovechar la experiencia de Toyota con el Prius, y lanzar en 2005, el primer SUV y a la vez el primer vehículo Premium del mundo, con tecnología híbrida: el RX 400 h, fue una revolución anticipada.
Desde entonces, Lexus ha desarrollado versiones híbridas de sus sedanes y SUV medianos y grandes, e incluso de su nueva arma deportiva, el LC 500. Así, al terminar el mes de abril de 2021, la marca premium ideada por Toyota, ha superado los 2.000.000 de unidades electrificadas vendidas en el mundo. Y la apuesta sigue. Lexus tiene planificado presentar hasta 2025, 20 modelos nuevos o mejorados de los actuales, entre versiones puramente eléctricas (BEV), híbridos autorecargables (HEV), y versiones híbridas enchufables (PHEV). La expectativa es que las ventas de modelos electrificados superen a los de combustión tradicional. Además, para 2050, Lexus alcanzará la neutralidad de carbono durante todo el ciclo de vida del vehículo, como materiales, piezas y fabricación de vehículos, junto con la logística, la conducción y la disposición/reciclaje.
Los modelos híbridos de Lexus al detalle
El vehículo electrificado de mayor volumen de ventas es el SUV RX, con 518.000 unidades. El sedán intermedio ES en su versión h, ha alcanzado las 384.000 unidades, mientras el discontinuado Hatchback deportivo CT vendió 371.000 autos. Despues, el SUV mediano NX comercializó 285.000 unidades, el más pequeño de la gama, el UX, 137.000. El resto de los modelos, entre los que están el sedán grande LS 500h, el convertible IS, el deportivo RC y el súper deportivo LC 500h, han vendido 324.000 vehículos.
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