La libertad es uno de los bienes más preciados que existen. Hoy, es cada vez más importante y muchos reconocieron que pudieron dimensionar la sensación de libertad o de la pérdida de la misma con la pandemia del COVID-19. Salir a la ruta, sentir el viento en la cara, poder disfrutar de esas pequeñas cosas, cobran un valor diferente en estos tiempos.
Ford Bronco tiene esa combinación perfecta y ya se convirtió en ícono de aventuras para disfrutar sin límites de la vida al aire libre. La nueva SUV de Ford conjuga todas las prestaciones off-road con características innovadoras para poder crear aventuras en los terrenos más diversos y extremos.
Si bien los fanáticos del óvalo esperaban ansiosos el renacimiento de esta SUV, Argentina logró su incorporación recién este año y desde el 4 de marzo sus seguidores tuvieron la posibilidad de participar de un proceso de preventa.
Este proceso incluyó algo innovador, a la altura de las circunstancias: Ford eligió a un cliente para entregarle el vehículo de una manera fuera de lo convencional y con el objetivo de homenajear la vuelta de esta leyenda.
La pasión y la ansiedad se apoderaron del primer cliente en recibir la nueva Ford Bronco. Lo que no sabía es que una jornada que ya de por sí era motivo de felicidad, iba a coronarse con una aventura impensada protagonizada por la adrenalina y la emoción. Una experiencia a todo terreno desde el momento en que se encendió el motor.
Si bien el cliente sabía que el momento iba a ser documentado, jamás imaginó que al llegar lo estaría esperando un helicóptero para trasladarlo 80 kilómetros hasta un espacio descampado en el que por fin iba a conocer a su nuevo amor: la Ford Bronco en esta nueva versión. Allí luego de la sorpresa inicial pudo experimentar al máximo toda la versatilidad y prestaciones off-road desde el inicio.
El paso a paso de la entrega de la SUV
Retirar un 0 kilómetro y sobre todo uno tan esperado como este no es una situación de todos los días y por eso se vive como un acontecimiento en sí mismo. La espera, si bien suele desesperar, es la antesala a todo lo bueno que está por llegar. Por eso, esa caminata o trayecto hasta el concesionario, suele estar protagonizado por una mezcla de alegría y emoción.
Si bien aparentemente todo parecía normal, algo impensado iba a suceder. El cliente ingresó y fue recibido por un representante de Ford. Mientras hablaban sobre los detalles del nuevo vehículo, el ruido inconfundible de un helicóptero se hacía cada vez más fuerte y es por eso que llamó la atención del cliente.¿Cómo podía ser que un helicóptero se acercara a la agencia? Aterrizó en el playón lo que paralizó por unos minutos la ciudad. Los vecinos, sorprendidos por el acontecimiento, se acercaron para conocer lo que estaba sucediendo. Adentro, el representante de Ford le entregó la llave del auto y lo acompañó a la salida.
La cara de sorpresa del cliente con ese escenario de fondo fue un capítulo aparte. Uno muy emotivo, por cierto. Se subió al helicóptero y después de unos minutos de viaje, aterrizaron en el medio de un descampado todo embarrado y ahí fue donde el cliente vio su Bronco por primera vez. Como no podía ser de otra manera fue amor a primera vista retratado inmediatamente con una selfie junto al auto.
Una vez que ingresó en el vehículo pudo, por fin, liberar toda la adrenalina y con una felicidad cargada de emoción emprendió el regreso a su casa, esta vez en su nueva SUV, versátil, moderna y con ese toque de nostalgia de esta reversión tan esperada.
Para salir de ese lugar de entrega creyó conveniente el “modo Lodo”, uno de los siete modos con los que cuenta el sistema de gestión de terrenos (GOAT, Goes Any Terrain) que optimiza la performance de la Bronco Sport y permite al cliente aventurarse en cualquier desafío.
La libertad en todo su esplendor, unido a ese espíritu aventurero al que siempre nos tuvo acostumbrados la Bronco. Un viaje en el tiempo con todo el confort de esta nueva versión. Una jornada inolvidable. Así se entregó la primera Ford Bronco: con el despliegue que merece una SUV tan querida.
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