La innovación es una palabra clave en el rubro automotor. A lo largo de la historia, las marcas buscan que sus modelos sean los precursores en las diferentes áreas de la industria y gran parte de esos avances son presentados en los concept cars. Estos prototipos muchas veces son estudios de diseño, otras anticipan los próximos vehículos de producción y otras solo sirven para develar un avance tecnológico.
A lo largo de la historia, Renault buscó un constante espíritu de innovación en los concept cars. Según la marca, estos ejemplares están destinados a hacer soñar, pero también a explorar nuevas tendencias. Una excelente herramienta a la hora de desarrollar vehículos que contribuyan al objetivo de garantizar la movilidad sostenible, descifrando las necesidades de los usuarios y ofreciendo soluciones a los retos que plantea el transporte.
Nuestro recorrido por algunos de los prototipos que la marca francesa develó en las últimas dos décadas que muestran los lineamientos de la automotriz en adelantarse al futuro, tanto en materia de diseño como en sistemas de propulsión o soluciones tecnológicas enfocadas a mejorar la seguridad y el confort.
Renault Vesta II (1987)
Renault diseñó el Vesta II como respuesta al reto propuesto por el Ministerio de Industria de Francia para conseguir un vehículo con un consumo de solo 3 litros cada 100 km. Su nombre procede de las siglas en francés Véhicule Econome de Systèmes et Tecnologies Avancées (Vehículo Económico de Sistemas y Tecnologías Avanzadas).
Con este modelo, la marca apostó por la ligereza y la eficiencia aerodinámica. Gracias a la utilización de materiales como la fibra de vidrio y el termoplástico se consiguió rebajar el peso final hasta poco más de 470 kg. El diseño de la carrocería, en forma de gota de agua, conseguía un coeficiente aerodinámico Cx de 0,186.
En cierto modo, su motor de tres cilindros y 716 cc, con una potencia de 20 kW (27 CV), ya era todo un ejemplo de “downsizing”, la actual tendencia de la industria. El Vesta II consiguió realizar un recorrido de París a Burdeos a una velocidad media de 100 km/h, marcando un consumo de solo 1,94 l/100 km.
Renault Scénic Concept (1991)
Presentado en el Salón del Automóvil de Frankfurt en 1991, el Renault Scénic Concept adelantaba lo que cinco años más tarde representaba el Scénic de producción: un vehículo amplio y versátil, diseñado para viajar en familia. Con un estilo futurista, presentaba un sistema de puertas de apertura deslizante sin pilar central y una gran superficie acristalada.
El Scénic Concept anticipaba un buen número de soluciones técnicas y de diseño que hoy en día se utilizan en vehículos de serie, como un detector de fatiga, sensores de presión de los neumáticos, sistema de bloqueo automático de puertas o cámaras de vídeo en vez de espejos retrovisores.
Renault Espace F1 (1994)
Por ahí uno de los más conocidos por el público de la industria. El origen del Espace F1 de 1994 fue diferente al de los prototipos que Renault había presentado hasta la fecha. No se trataba de adelantar tendencias de diseño ni tecnologías futuristas, sino de celebrar por todo lo alto un doble aniversario: el décimo cumpleaños desde el lanzamiento del primer Renault Espace y una exitosa década en la Fórmula 1.
Para ello, los ingenieros de Renault Motorsport instalaron en un Espace II en posición central, entre los dos asientos de la segunda fila, el motor que se utilizaba el Williams-Renault FW15C: un V10 de 3,5 litros que se potenció para la ocasión hasta alcanzar los 800 CV. La carrocería estaba realizada en fibra de carbono, contaba con frenos cerámicos y ofrecía unas prestaciones equivalentes a las de superdeportivos de hoy en día: 2,8 segundos para pasar de 0 a 100 km/h, y una velocidad máxima de 312 km/h.
Renault Koleos Concept (1999)
Con los Espace y Scénic ya en el mercado marcando el camino a seguir en el segmento de los monovolúmenes, Renault adelantó cómo podían evolucionar los vehículos de este tipo para convertirse en crossovers, años antes incluso de que se pusieran de moda los SUV.
Un todoterreno futurista que no solo avanzaba tendencias estilísticas que llegarían años después como la utilización de llantas de 21 pulgadas sino que disponía de un sistema de propulsión híbrido que combinaba un motor 2.0 Turbo de 170 CV en el eje delantero con un eléctrico de 30 kW en el trasero alimentado por baterías de iones de litio.
Renault Talisman (2001)
El Renault Talisman Concept presentado en el Salón del Automóvil de Ginebra termino dando nombre al sedán del segmento D. Además de adelantar el lenguaje de diseño que la marca utilizó en algunos de los modelos que presentaría posteriormente, como el Velsatis y el Mégane II, este anticipó las líneas coupé para los sedanes.
Uno de sus rasgos más característicos eran sus grandes puertas de 2,45 metros de longitud articuladas en el techo, que permitían un fácil acceso a las cuatro plazas del habitáculo gracias a la ausencia de pilar central.
Renault ZOE Z.E. Concept (2009)
En el Salón de Frankfurt de 2009, Renault presentó el ZOE Z.E. Concept. Un prototipo que compartía el nombre y el formato con el ZOE Concept presentado cuatro años antes, pero radicalmente diferente en su diseño y en su sistema de propulsión.
Este prototipo adelantaba lo que tres años después se convirtió en el ZOE, el primer eléctrico de la marca. Además, buscaba el confort de los ocupantes, gracias a la ausencia de ruidos de la propulsión eléctrica, y a soluciones como un sofisticado sistema de depuración del aire en el habitáculo, con sensores de humedad y toxicidad y un difusor de aromas.
Renault DeZir Concept (2010)
El Salón de París de 2010 fue el lugar para estrenar el nuevo lenguaje de diseño de Renault, que se plasmaría por primera vez en un modelo de producción con el Clio IV. Con un chasis tubular de acero y una carrocería de kevlar, el peso final del DeZir era de solamente 830 kg.
Una de sus grandes características era el coeficiente aerodinámico de 0,25 que contribuía a la hora de conseguir unas prestaciones deportivas: de 0 a 100 km/h en 5 segundos, con una velocidad máxima de 180 km/h, gracias a su motor eléctrico de 118 kW (160 CV).
Renault TREZOR (2016)
Cuando los ingenieros de la marca francesa trasladaron a un prototipo de calle la tecnología del monoplaza eléctrico del equipo Renault e-Dams de Fórmula E, el resultado fue el TREZOR, un superdeportivo eléctrico, conectado y autónomo.
Este modelo apostaba por la digitalización en el habitáculo, al que se accedía sin necesidad de puertas, gracias a un sistema de techo basculante. Contaba con un motor eléctrico de 257 kW (350 CV) para un peso total de 1.600 kg y su carrocería tenía un Cx de 0,22.
Renault SYMBIOZ (2017)
El SYMBIOZ, que se develó en el Salón del Automóvil de Frankfurt de 2017, mostraba un adelanto a la movilidad del futuro, en el que los autos serán eléctricos, conectados, autónomos… y se integrarán con los hogares.
Con una carrocería de fibra de carbono y un techo flotante, y propulsado por dos motores eléctricos situados en las ruedas posteriores, capaces de proporcionar una potencia máxima de 500 kW (680 CV), este prototipo está capacitado para la conducción autónoma de nivel 4. Una red eléctrica que funciona mediante inteligencia artificial permite no sólo el intercambio de energía entre las baterías del vehículo y las necesidades domésticas.
Renault MORPHOZ (2020)
Inteligente y modular. El último prototipo de Renault, el concept-car MORPHOZ, prefigura cómo serán los futuros modelos eléctricos de altas prestaciones de Renault.
Desarrollado sobre la nueva plataforma modular eléctrica CMF-EV, el crossover combina dos vehículos en uno, al contar con la capacidad de transformarse en versiones de carrocería corta, con 4,40 metros de longitud y 2,73 metros de distancia entre ejes, o versión larga, que aumenta la longitud en 40 cm y tiene 20 cm más de batalla.
Esta transformación permite contar con un crossover para uso diario, con su batería de 40 kWh; o de un vehículo preparado para afrontar largas distancias, con un habitáculo más amplio y una batería adicional de 50 kWh que lleva la autonomía total hasta los 700 km. Renault también plantea con el MORPHOZ una tecnología que ya está ensayando de cara al futuro: la recarga por inducción incluso en marcha, circulando en tramos de calzada especialmente equipados para ello.
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