El debate por la creación del primer automóvil de la historia es extenso. Aunque algunos creen que su llegada fue de la mano de Henry Ford, pero el primero que finalmente patentó un “vehículo impulsado con motor de gasolina” fue Carl Benz, el 29 de enero de 1886, marcando un hito en el nacimiento del auto.
A pesar de esa fecha emblemática, debemos ir más atrás en el tiempo. En el siglo XVIII, Nicolas-Joseph Cugnot inauguró la creación de los autos a vapor cuando construyó un modelo de dos cilindros verticales y 50 litros de desplazamiento. Poco tiempo después volvió a la carga con su segundo vehículo, una máquina que podía arrastrar 4,5 toneladas y alcanzar una velocidad de 4 km/h. La última creación del inventor francés fue en 1771, una pieza que se expone en el Museo Nacional de la Técnica de París.
Hubo más aficionados que también desarrollaron sus modelos por esa épocas. A fines de ese mismo siglo, aparecieron los vehículos de William Murdoch y Richard Trevithick que seguían los lineamientos de los modelos a vapor pero tenían ciertas innovaciones como el desarrollo de los frenos y el la inclusión del volante.
El gran problema que tenían los automóviles a vapor era la alta temperatura que manejaba la caldera a la hora de transitar y por ese motivo se empezaron a buscar soluciones para sustituir el vapor por un líquido que no caliente demasiado.
Durante todo el siglo XIX, aparecieron modelos propulsados de diferentes maneras como el aceite puro o el gas de carbón. Recién en 1870 se conoció en Viena (Austria) el primer vehículo de combustión interna a base de gasolina, desarrollado por Siegfried Marcus. Esta máquina estuvo equipado con un motor de dos tiempos, y poco tiempo después paso a ser de cuatro tiempo para mejorar su rendimiento.
Uno que apostó a los vehículos eléctricos
En el medio de toda esta creación de los primeros automóviles hubo una persona que se adelantó unos 200 años con su invención. Hoy, en 2021, la industria automotriz habla de la llegada de los vehículos eléctricos y la movilidad sostenible como una proyección para los próximos años pero, entre 1832 y 1839, el escocés Robert Anderson daba a conocer su primer vehículo eléctrico, propulsado por celdas eléctricas.
La llegada de los autos eléctricos marcaban una solución para la temperatura que tomaba la caldera en los modelos a vapor pero tenían otros problemas que aún hoy siguen existiendo: la autonomía era corta y finalmente no cumplía con los kilómetros deseados para emprender cualquier tipo de viaje. Además, estas celdas eléctricas no eran recargables y el uso de todo el desarrollo era muy efímero.
Por tantos inventores es que la creación del primer automóvil va más allá de lo que finalmente se oficializó como el “auto más antiguo del mundo”. Lo que está aceptado es que los primeros modelos a gasolina fueron casi simultáneamente desarrollados por ingenieros alemanes de manera independiente.
Aunque, Carl Benz construyó su primer modelo (el Benz Patent-Motorwagen) en 1885, la oficialización del auto más antiguo del mundo fue el 29 de enero de 1886. Ese día, el creador alemán patentó su “vehículo motorizado con motor de gasolina” de tres ruedas y ese mismo año Gottlieb Daimler creó el primer carruaje motorizado de cuatro ruedas.
La creación de Benz es considerada un símbolo por excelencia del espíritu pionero y marcó el comienzo de una nueva era en la movilidad. El certificado de nacimiento del automóvil lleva el número DRP 37435 y registró el invento del “vehículo motorizado con motor de gasolina” en la Oficina Alemana de Patentes Imperial en Berlín. Ese documento forma parte del Programa Memoria del Mundo de la Unesco.
Aquel 1886, a unos 100 kilómetros de distancia de Benz y sin conocerse, Gottlieb Daimler creó meses después el primer vehículo motorizado de cuatro ruedas del mundo. Ambas invenciones trajeron una revolucionaria y nueva dimensión a la movilidad, y marcaron un hito abriendo camino a la libertad individual y un factor económico de enorme importancia.
Las particulares características del modelo de Benz
El Benz Patent-Motorwagen tenía características particulares. Era un modelo de tres ruedas con un motor de tracción trasera. El comando se realizaba mediante una cremallera y piñón que pivotaba en la única rueda delantera. Se usaron resortes completamente elípticos en la parte trasera, junto con un eje rígido y cadena de transmisión en ambos lados. La transmisión se realizaba con un sistema de correa de una sola velocidad,.
La motorización era de 954 cc, de cuatro tiempos y un solo cilindro. Según los números oficiales, alcanzaba una potencia de 2/3 HP a 250 rpm, aunque pruebas posteriores aseguraron que era capaz de producir unos 9 HP a 400 rpm.
Un gran volante de inercia horizontal estabilizaba la potencia del motor de un solo cilindro. La carburación se controlaba por una válvula de camisa para regular la potencia y velocidad del motor. El primer modelo del Motorwagen no tenía carburador, sino un dispositivo que suministraba combustible al cilindro por evaporación del que empapaba unas fibras.
El viaje que marcó la historia
El primer hito de este modelo llegó de la mano de Bertha Benz, esposa de Carl, que se convirtió en la primera persona en realizar un recorrido de larga distancia. En 1888, junto con sus dos hijos (Richard y Eugen) y sin que lo supiera su marido, Bertha hizo el trayecto Mannheim-Pforzheim cubriendo unos 105 kilómetros. De esta manera, ella logró el objetivo de darle publicidad a la creación de su esposo ya que el viaje generó gran repercusión.
Mucho tiempo después de ese viaje a escondidas de su pareja, llegó el reconocimiento para Bertha cuando fue incluida en el Salón de la Fama de la Automoción por su importante papel en la demostración de la capacidad de circulación de la invención de su esposo.
“Mi bisabuela siempre fue de gran importancia para mí. El papel que desempeñó para hacer realidad el invento de su esposo siempre fue un tema importante en nuestra familia. El papel de una esposa a fines del siglo XIX no era solo acompañar a su marido sino que también tenía que cuidar a la familia, criar sus cinco hijos y hacer todas las tareas del hogar. Por lo tanto, fue el doble de lo que logró en comparación con un hombre. Entonces, nos alegramos que, 32 años después de Carl y 130 años después de sus logros, mi bisabuela sea honrada”, dijo Jutta Benz, bisnieta de Bertha y Carl Benz, el día de la inclusión en el Salón de la Fama.
Ese viaje no tuvo ningún tipo de planificación. Si ocurría un problema, era Bertha quien lo tenía que solucionar. La bisnieta contó algunos detalles de esa odisea. A los pocos kilómetros, se detuvo en una farmacia en Wiesloch, que se convirtió en la primera “estación de servicio” del mundo. Ahí adquirió “Ligroin”, un líquido limpiador que mantenía el automóvil en marcha. También se dice que paró en una zapatería para reparar el freno, utilizó un alfiler de su sombrero para limpiar una línea de combustible obstruida y resolvió un problema de un cable de encendido usando su liga como aislante.
Todas esas historias marcan que tenía cierto conocimiento de la tecnología en la que se operaba el automóvil patentado. Sus hallazgos también ayudaron a Carl Benz a mejorar aún más el automóvil, por lo que también fue la primera gerente de calidad.
Del primer modelo al nombre oficial de la automotriz
El siguiente paso fue el 2 de abril de 1900, Daimler-Motoren-Gesellschaft decidió llamar a sus automóviles Mercedes, en honor a la hija de Emil Jellinek. El empresario austriaco, residente en Niza, comerciaba con vehículos Daimler y los inscribía en carreras. El primer vehículo con este nombre, el Mercedes 35 PS, causó sensación durante una carrera celebrada en Niza en marzo de 1901. No sólo por su avanzada tecnología, que le permitió ganar varias carreras con bastante ventaja, sino también por su diseño.
A partir de ese momento, las letras curvas de “Mercedes” decoraban los radiadores de los automóviles de pasajeros de Daimler. El nombre se registró como marca comercial el 23 de junio de 1902. Desde entonces, el nombre de la marca que se cambió a Mercedes-Benz tras la fusión de las compañías Daimler y Benz en junio de 1926.
Así, la empresa selló su historia con el automóvil y se convirtió en una automotriz innovadora en varios ítems. Además del “auto más antiguo del mundo”, la marca desarrolló el primer colectivo y el primer camión de la historia.
Desde el habitáculo rígido con zonas de deformación controlada, hasta el cinturón de seguridad y el airbag, entre otras, son muchas de las innovaciones prácticas que Mercedes-Benz incorporó de serie por primera vez en sus modelos. El sistema antibloqueo de frenos ABS y el programa electrónico de estabilidad (ESP) también fueron desarrollados por la firma alemana.
Bajo el concepto: “La pasión por inventar no tiene fin”, célebre frase de Carl Benz y “Lo mejor o nada”, máxima de Gottlieb Daimler, Mercedes-Benz siguió desarrollando en toda su historia diferentes propuesta para el avance de la industria, donde la seguridad, el confort, la eficiencia y la confianza son sus pilares.
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