Es un hecho: la industria automotriz tiene futuro eléctrico. Y también enfrenta como principal desafío hacer masiva la nueva movilidad. China ostenta desarrollos de mini autos económicos pensados para los populosos países asiáticos y Rusia acaba de anunciar un ambicioso proyecto, que además respalda su gobierno, que promete ser muy competitivo en Europa. Los consorcios automotrices más grandes del mundo también avanzan con la electrificación de sus modelos más pequeños y baratos. La industria nacional parece querer adecuarse con iniciativas propias.
En Córdoba, desde 2015 la empresa Volt Motors viene desarrollando sus autos eléctricos, y hace pocos meses acaban de ser homologados y habilitados para fabricarse en serie. La firma recibió la licencia L7e, que les permite, incluso, circular por calles, rutas y autopistas hasta una velocidad máxima de 105 km/h. Ahora se suma el proyecto de una empresa de San Luis, Coradir, que ya tiene circulando los primeros prototipos de Tito, como lo denomina, y cuyo lanzamiento está previsto para antes de fin de año, según anuncia.
Tito, que está en proceso de homologación final tal cual indica la firma, apunta a posicionarse como el auto eléctrico más barato en Argentina. El constructor adelanta una autonomía de 100 kilómetros para el modelo (con una carga al 100% de ocho horas), además de una velocidad máxima de 65 km/h, dado que estará destinado al uso ciudadano exclusivamente. En Morón, provincia de Buenos Aires, también se produce el Sero Electric, lanzado en septiembre de 2019, y con características similares a Tito: 50 km/h como máximo y la posibilidad de circular solamente por calles y avenidas, pero no en rutas y autopistas.
Ya hay dos prototipos en etapa final de pruebas del mini auto puntano. Está configurado con cuatro asientos y ofrece buen equipamiento: una pantalla central táctil para el equipo multimedia, Bluetooth, cámara de retroceso y levantavidrios eléctricos. Según detalla Coradir, el modelo podrá personalizarse al gusto del cliente, sin límite de colores o diseños. Y ofrecerá la posibilidad encender las luces, bajar las ventanillas o ver dónde está ubicado el vehículo desde el celular.
Este citycar nace de una inversión de USD 1,5 millones destinada a montar una línea de ensamble de autos en las instalaciones originales de la fábrica, diseñada para producir artículos eléctricos. Con la estimación de un volumen inicial de 100 unidades, se prevé que la firma genere 40 nuevos puestos de trabajo. En un principio, su venta estará exclusivamente destinada a la Argentina, pero la empresa no descarta exportarlo, y el mercado que aparece con mayores posibilidades es el mexicano. En el ámbito local, Tito costará alrededor de USD 10.000, por debajo del Volt, que se estima en unos USD 12.000.
El desarrollo y las baterías son propios de la compañía, mientras que las primeras carrocerías, por razones de costos, se trajeron de China. “En el primer trimestre del año que viene ya tendremos que estar haciendo la carrocería nosotros. Tenemos los permisos del diseñador y hay una empresa en Munro haciendo las matrices, porque lo vamos a hacer del material Kevlar, ya que para hacer matriz de chapa se necesitan muchas cantidades. Como tenemos una fábrica de metal-mecánica, vamos a hacer la carrocería de aluminio con perfiles y partes fundidas”, detalló el presidente de Coradir, Juan Manuel Baretto, al periódico puntano La República.
Según el fabricante, Tito necesitará escaso mantenimiento y a bajo costo, ya que los frenos y suspensiones serán muy fáciles de reparar. Las baterías de litio, por su parte, durarán hasta ocho años. “En principio haríamos dos motorizaciones, una de más velocidad para quienes tengan que ir de una ciudad a otra, pero también depende de los permisos y su rapidez. Después, quizás con una carrocería similar, haríamos un cargo, que sobre todo para paquetería es muy útil”, adelantó Baretto, quien planea vender entre 200 y 250 vehículos en el primer año de lanzamiento.
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