La historia dirá que el 31 de julio de 2020 salió de la línea de producción de la planta de Ford en Hermosillo, México, el último modelo Fusion tras 15 años de vigencia en distintos países. En Argentina, por ejemplo, llegó como Mondeo sobre la segunda mitad la década del 90 y, al igual que en Europa, será recordado por su constante evolución en lujo y confort.
Pero el hecho no revela una simple actualización de modelo o cambio de plataforma, sino mucho más que eso. Es el reflejo fiel del camino estratégico que tomó el gigante de Detroit para sus líneas de vehículos en el futuro inmediato. Donde se hacía el Fusion ahora se producirá la nueva Bronco, la tradicional SUV (Sport Utility Vehicle) de Ford que vuelve a rodar tras 25 años de ausencia. No se trata de un caso aislado, sino de una generalidad que se replica en otras subsidiarias de la marca diseminadas por el mundo. Incluso en Argentina, la línea de montaje que el Focus dejó vacante el año pasado, tiene posibilidades de recibir al Territory, el modelo que el Óvalo fabrica en China.
La apuesta de Ford está concretamente enfocada en las pick ups y los SUV. Y la respalda con una expertise desarrollada durante décadas. La Serie F nació en 1948 y hoy con su máximo exponente, la F-150, mantiene el modelo más vendido del mundo desde hace 43 años. Vehículos como Explorer, Ecosport, y ahora Bronco respaldan a la firma en el terreno de los SUV, la tendencia incontenible del siglo 21.
Con el fin del Fusion se despiden los sedanes en Estados Unidos: el Mustang será el único modelo por fuera de las pick ups y SUV en permanecer en el catálogo de producto. Por supuesto, otros vehículos como el Ka seguirán en Europa y Latinoamérica. Las preferencias de los clientes obligan a readecuarse, más allá de que la historia centenaria de la marca se haya forjado con autos que fueron hitos de la industria automotriz global. Más que nunca, ahora serán leyenda. Vale la pena repasarlos.
Model T (1908)
El emblema máximo de la marca por lo que significó su aparición en 1908. No sólo acercó la clase media a los automóviles, sino que empezó a cambiar para siempre la industria: con su fabricación se comenzaron a usar luego las líneas de ensamblaje en serie. Desde su inicio de producción hasta el 27 de marzo de 1927, cuando se ensambló el último, se fabricaron 15.007.033 unidades del Ford T. Eso significó que en esos 18 años, 7 meses y 15 días se construyeron dos autos cada tres minutos. Fue el auto más producido del planeta durante casi 45 años, hasta que el Volkswagen Beetle lo superó en 1972.
El Modelo T se vendió en la Argentina desde 1914, dado que Ford Motor Company eligió al país para iniciar sus operaciones en Latinoamérica. En la década del 20, ocho de cada diez autos que circulaban aquí eran Ford T ensamblados en la planta de Ford en Barracas y luego en La Boca.
Lincoln Continental (1939)
Desde 1922 Lincoln es la marca de lujo de Ford, y a partir de 1939 empezó a fabricar el Continental, en sus inicios de manera prácticamente artesanal. El modelo tuvo algunas interrupciones en su historia, pero ya va por la novena generación, que apareció en 2017 luego de 14 años de ausencia. La segunda generación (1956-57) cautivó a personalidades como Frank Sinatra, Elvis Presley, Nelson Rockefeller y Henry Kissinger. La otra versión exitosa fue la cuarta, que se comercializó entre los años 1961 y 1969.
Ford 49 (1949)
Ford rediseño sus autos en 1949 y modernizó totalmente su modelo homónimo. El Ford del 49 elevó a la marca en su competencia dentro del incipiente mercado norteamericano. El modelo ofrecía nuevos chasis y suspensiones, llamativo diseño, y gran estilo para la época. Mantenía los motores de seis cilindros y el V8, pero su fuerte estuvo en la apuesta al diseño, y al aspecto vanguardista del vehículo.
Crown Victoria (1955)
El auto americano por excelencia, tal vez el de mayor protagonismo en series y películas de los Estados Unidos: era el modelo más elegido por los taxistas de Nueva York y también emblema de los departamentos de Policía de aquel país. Aunque hacía años que sólo se comercializaba para flotas, en septiembre de 2011 salió la última unidad de la fábrica de Ontario, Canadá. Con altísima popularidad, era el hermano gemelo del Lincoln Town Car y Mercury Grand Marquis, y estaba concebido con el ADN norteamericano: un sediento pero confiable V8 de 220 caballos. Ford lo dejó de fabricar por considerar que ya no cumplía con los estándares del nuevo siglo: estaba construido sobre una plataforma con 32 años de antigüedad. Su recuerdo queda imborrable como testigo de las mejores escenas dentro de un taxi o audaz compañero para las persecuciones callejeras.
Thunderbird (1955)
Los deportivos biplaza que hicieron famosas a varias marcas deportivas italianas o inglesas tuvieron un pionero en los Estados Unidos: el Thunderbird que Ford presentó en 1955. Aquella cupé con techo duro rebatible apareció como una opción lujosa a los deportivos tradicionales. Y se convirtió en éxito rápidamente. Abarcó 12 generaciones entre 1955 y 1997. Y luego hubo una remake entre 2002 y 2005.
Fue el auto en el que Geena Davis y Susan Sarandon, Thelma y Louise, huían por polvorientos caminos con sus melenas al viento. Aquel Thunderbird de 1966 inmortalizó una de las mejores versiones del modelo, que también tuvo como exquisita propietaria nada menos que a Marilyn Monroe.
Mustang (1964)
En su primer día en los concesionarios, el Mustang vendió nada menos que 20.000 unidades, un año después llegó a las 420.000 unidades y en 1966 ya había un millón de Mustang en las calles. El éxito del deportivo liviano que Ford lanzó en 1964 en Nueva York fue inmediato y apabullante. No pareció un modelo puesto en la línea de montaje con urgencia para competirle al Corvair Monza de General Motors.
Lo cierto es que el Mustang interpretó con altísima precisión el gusto de una sociedad que empezaba a buscar valores distintos en los autos: mayor deportividad, libertad y estilo. Pasaron seis generaciones y 56 años desde su lanzamiento, y también innumerable cantidad de versiones. Los más radicales, los Shelby desarrollados en sociedad con el popular constructor norteamericano -Carroll Shelby-, siguen siendo emblemas de la deportividad pura. Y se siguen perfeccionando para revalidar su estirpe en el siglo 21. Actualmente, Mustang ya no es un auto, sino una marca en sí misma. Y ocupará un espacio en invaluable en el catálogo de Ford: será el único auto –más allá de su ADN de muscle car- que siga haciéndose y vendiéndose en los Estados Unidos.
Ford GT 40 (1966)
Es el mejor auto de carreras construido por Ford en la historia. Se creó para vencer a los bólidos de Ferrari en las míticas 24 Horas de Le Mans, y lo consiguió durante cuatro ediciones consecutivas, entre 1966 y 1969. Se hicieron pocas unidades, apenas 135, para homologarlo para competición. Se llamó GT en referencia a Gran Turismo, mientras que el 40 representa la altura total del vehículo, de 40 pulgadas (101,6 cm), como dictaban las normas de participación. Estaba equipado con un motor V8 en posición longitudinal, con el que le hizo frente al emblemático V12 que usaba la Ferrari 330 P4. En 2003 Ford sacó al mercado un superdeportivo basado en este icono de la competición, con el nombre de Ford GT.
Escort (1968)
A mediados de los 60, Ford Europa se puso a trabajar en el sucesor del modelo Angila. En 1968 aparece entonces el Escort, un modelo que se produjo durante 35 años seguidos, hasta 2003, con un promedio de 20 millones de ejemplares fabricados en diversos países: Inglaterra, Alemania, Bélgica, España, Polonia, India, Argentina, México, Brasil y Estados Unidos.
Hubo seis generaciones y a la Argentina llegó en mayo de 1988. Entre sus credenciales traía la de ser el Auto del Año en Europa en 1981. La planta de Ford en Pacheco fue la última que lo produjo, hasta 2003. En el mundo se había discontinuado en 1999, un año después de que se lanzara su sucesor, el Focus. En Argentina estuvo acompañado por éxitos deportivos en TC2000 donde se llevó los títulos de 1997, 2000 y 2001.
Fiesta (1976)
En 1976 salió al mercado la primera generación del Ford Fiesta, un vehículo pensado para la categoría más chica de diversos mercados, y enfocado en la economía. El primer Fiesta ofrecía una versión naftera de 957 cm3 y 40 CV, además de otra versión más potente, de 1.1 litros y 53 CV. La segunda generación llegó en 1983, con la incorporación del primer motor diésel a la gama. Fue el primer impulsor gasolero en su categoría.
El modelo lleva siente generaciones: la tercera llegó en 1989; la cuarta, que incorporó el famoso motor Zetec, en 1997; desde 2002 a 2008 estuvo vigente la quinta; la sexta duró hasta 2013 y finalmente con la séptima –de 2016- está a punto de alcanzar los 45 años de permanencia con altísimas ventas en mercados europeos y de Latinoamérica. En Argentina dejó de venderse el año pasado, tras discontinuarse su producción en Brasil, donde se fabricaba.
Focus (1998)
Durante sus 20 años de vigencia, de 1998 al 2018, fue el auto más vendido del mundo durante los años 2001, 2002, 2011 y 2012, y le dio a Ford el Mundial de Constructores de Rally en dos ocasiones, 2006 y 2007. Su relación con el público argentino comenzó en 1999, cuando llegó importado desde España como sucesor del Escort, para competir con el Volkswagen Golf, Renault Mégane, Chevrolet Astra, Honda Civic, Toyota Corolla y Peugeot 306. Empezó a fabricarse en la planta de Ford en Pacheco desde el año 2000 hasta que se discontinuó, en 2019.
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