Delage, una exquisita marca de principios del siglo XX, contaba con todas las condiciones para merecer el mismo destino que Mercedes-Bnez, Bugatti o Rolls-Royce, con quienes compartía por entonces la elite de la incipiente industria automotriz. Pero como tantas otras, su suerte –y malas decisiones empresariales- la fueron condenando a una desaparición progresiva luego de la Segunda Guerra Mundial. Aun así, el nombre de la exclusiva firma francesa siempre mantuvo su prestigio. Hablar de Delage en la actualidad, incluso a 70 años de su final, remite directamente a exclusividad, estilo y refinamiento.
En el historial de Delage figura la fabricación de varios de los modelos más bellos de Francia, nada menos. Aquella tradición interrumpida hace décadas ahora está de regreso, y con características más espectaculares que nunca. La compañía, fundada en 1905 por Louis Delage cerca de París, regresa al mundo del automóvil y promete el deportivo híbrido más rápido del planeta. Por supuesto, lo hace con un distinguidísimo concepto estilístico, tal como en sus inicios.
Tras 70 años, Delage finalmente está de vuelta, y nada menos que con un deportivo espectacular, el D12, un modelo híbrido inspirado en los monoplazas de la Fórmula 1 y con ciertos recursos extraídos de los aviones de combate. Empieza entonces a renacer la tradición deportiva de la marca, con hitos que abarcan un triunfo en las 500 millas de Indianápolis, varios triunfos en Grandes Premios y otros tantos récords en su época.
El Delage D12 delata a simple vista su espíritu rabioso. A su puesto de conducción, por ejemplo, se accede por una cubierta superior, como en el caso de los aviones. Su habitáculo solo dispone de espacio para dos ocupantes, debido a su concepción, más parecida a la de un monoplaza que a la de un deportivo convencional. Construido en fibra de carbono, con alerón y difusor traseros, es de lo más radical que se haya visto en los últimos tiempos.
Según la firma, este Delage contará con dos versiones: GT y Club. Ambas impulsadas por un motor V12 de 7.6 litros de fabricación francesa que desarrolla 1.004 caballos y que se complementará con un motor eléctrico y una transmisión automática de ocho velocidades. En el GT, el motor eléctrico aporta 112 caballos adicionales, mientras que el modelo Club contará con un motor más chico de 20 CV, que servirá sólo para asistir al vehículo en arranque y marcha atrás. Así, el Delage D12 Club tendrá un total de 1.024 CV de potencia combinada, menor a la del GT, pero compensado con 90 kilos menos. El GT, por su parte, ofrecerá una potencia total de 1.100 CV.
En el desarrollo de este superdeportivo, cuya producción empezará el año próximo, colaboraron nombres importantes, como Jaques Villeneuve, ex Campeón del Mundo de Fórmula 1, y Benoit Bagur, director técnico dos veces campeón del FIA WTCR. La empresa gala anunció que sólo se construirán 30 ejemplares con un valor de 2 millones de euros cada una.
Este deportivo llega un siglo después de la aparición de uno de los modelos más admirados de la marca, el Delage CO de 1918, equipado con un motor de seis cilindros y 20 caballos. Aquel auto abrió el paso a otras piezas selectas que colocan a los años 20 como la época de oro para la firma francesa. Durante esos años se sucedieron varios seis cilindros, como el DM y el DR, y luego también aparecieron los de ocho cilindros: el D8 de 1929, el D6-11 de 1932 y, en 1934, el D8-15. Luego de la Segunda Guerra, Delage debió fusionarse con Delahaye, y si bien algunos modelos se mantuvieron en el mercado, la marca como tal empezó a perder terreno. El prestigio, sin embargo, permaneció intacto. Y ahora llegó el momento de sacarlo a relucir.
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