El sueño de John DeLorean de convertirse en constructor de autos tras renunciar a General Motors paradójicamente tuvo más suceso luego de que su propia compañía colapsara. El recorrido de DeLorean como automotriz fue efímero: apenas 8.600 unidades del modelo DMC-12 producidas, unas 6.000 vendidas y muchos problemas de calidad que atentaron contra un proyecto, a priori, apetecible para varios inversionistas. Luego del fracaso comercial, las deudas acorralaron a DeLorean y la compañía quebró en 1982, apenas un año más tarde de la aparición de su modelo emblema.
Pero curiosamente, la fama para aquel auto y el apellido del ingeniero extravagante nacido en Detroit, llegó tres años más tarde con la aparición de su deportivo pretencioso en la película “Volver al Futuro”, protagonizada por Michael Fox y producida por el taquillero Steven Spielberg. Un vehículo que a pesar de mostrar cierto estilo había sido un rotundo fracaso comercial, se montaba, transformado en máquina del tiempo, sobre el éxito de uno de los clásicos del cine de los 80. Empezaba a popularizarse un modelo que por sus propios medios no había logrado trascender, y cuyo mito siguió alimentándose con las secuelas de la película.
Con el tiempo, y a partir de su aparición cinematográfica, el DeLorean empezó tomar valor para coleccionistas y aficionados, también porque son escasas las unidades que sobrevivieron a aquella época. Incluso sobrevuela la posibilidad de que el DMC-12 pueda volver a fabricarse. DeLorean Motor Company, hoy dedicada a la compraventa de modelos usados, consiguió un aval del gobierno de Estados Unidos para producir entre 100 y 325 unidades al año a partir de 2021.
Los modelos legendarios siempre entregan un bonus track para agigantar su mito. Y es lo que acaba de ocurrir en una pequeña ciudad del sur de California, donde Reed Nichols, un coleccionista de clásicos que se dedica a comprar y vender vehículos antiguos, puso a la venta dos DeLorean DMC-12, como los que el doctor Emmett Brown había transformado en máquina del tiempo para la trilogía de Robert Zemeckis.
Increíblemente, ambos DeLorean permanecieron abandonados en un granero desde 1981, año de su producción y cuatro años antes del estreno de la famosa película. Los autos tienen números de chasis correlativos y se observan en buenas condiciones por su escaso rodado, según afirma Nichols en su cuenta de Facebook Marketplace, el servicio de compraventa de la popular red social. “Dos DeLorean de 1981 con números de chasis correlativos. El primero está completo con 1.623 millas (unos 2.600 kilómetros) y el segundo está incompleto con 14 millas (unos 22 kilómetros). Sólo se venden juntos. Guardados en un granero de California en 1981”, detalla la publicación.
Si bien ambos vehículos parecen estar en buenas condiciones generales, deberán someterse a una restauración profunda. El que figura como “incompleto” tiene un problema con la puerta de ala de gaviota del lado del conductor (en las fotos se ve la puerta sujetada por una tabla de madera). Justamente ése era uno de los diversos problemas que jaquearon al DeLorean: las bisagras se estropeaban con cierta facilidad y no eran capaces de sujetar las puertas. Por ambos, su dueño pide 50.000 dólares, y no se pueden comprar separados. Si bien no es un precio menor, restauración de por medio, podrían venderse al doble de lo que cuestan actualmente. El año pasado, en Holanda, se pagaron 50.000 euros por un DMC-12 en perfecto estado.
El DMC-12 fue diseñado nada menos que por Giorgetto Giugiaro, incluye gran parte del chasis del Lotus Espirit y un motor V6 de 2,8 litros -y escasos 132 CV de potencia- desarrollado en conjunto por Peugeot, Renault y Volvo, acompañado por una caja automática de tres marchas. Como vehículo comercial estuvo lejos de lo esperado, pero como modelo de culto sigue dando sorpresas.
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