El arte contagia. Y lo que hace el constructor argentino Pagani en su búnker del Módena es arte puro. Así como sus pura sangre son de los más sofisticados y preciados del mundo, también se han convertido en referencia de distinción, diseño y arquitectura suprema. El Zonda y el Huayra, en sus respectivas versiones, derrochan admiración más allá de los límites del universo automotriz, entraron hace tiempo en otra dimensión, reservada sólo para las piezas de colección más exquisitas.
No hay límites para la imaginación. Entonces también desde el mundo de las dos ruedas llegó una particular interpretación de cómo sería una moto creada por el empresario santafesino. Se trata de un concept bike ideado por el diseñador indio, Vishruth Kumar que, contagiado por el estilo y la sofisticación de Pagani, le rinde homenaje en una llamativa pieza.
Aunque no tiene relación con la empresa del argentino, la Pagani Amaru parece realmente salida de la factoría de Módena. Incluso el nombre proviene de la lengua quechua, como el Huayra (significa viento) y remite a una divinidad con forma de serpiente alada. Sin especificaciones de potencia y prestaciones, la Amaru fue ideada con un motor Mercedes-Benz AMG, la división deportiva de la marca alemana.
Una de los pioneros en el trabajo con fibra de carbono en los deportivos fue precisamente Horacio Pagani, en sus épocas en Lamborghini. En esta moto ese elemento forma parte del chasis y la carrocería, y además se suman diferentes aleaciones de titanio para ofrecer rigidez y un peso muy bajo. La Amaru no dispone de horquilla, sino de un sistema de dirección desacoplada con dos discos ventilados y perforados, y pinzas montadas en posición baja.
La silueta de la moto simula precisamente esa forma de serpiente que le da origen a su nombre. El morro, imponente, dispone de un tirante superior en el que se aloja la boca del tanque de combustible. Y por debajo se ubican los manillares. El doble sistema de escape sale por debajo del colín, mientras que las ópticas delanteras están inspiradas en las de los superdeportivos de Pagani.
Autodidacta, Pagani se abrió camino a fuerza talento y trabajo. El padre del Zonda y el Huayra, los dos modelos que lo catapultaron a la fama mundial, estudió Bellas Artes y algunas materias de Ingeniería en la Universidad de La Plata. Un gobierno de facto le truncó ese primer intento universitario y regresó a su ciudad, Casilda. Mientras cursaba en Rosario, ya tenía allí su taller funcionando, pero construía casas rodantes y elementos para el campo. Ya había diseñado autos, entre ellos un Fórmula 2, luego utilizado por Renault.
Conoció a Oreste Berta, uno de sus ídolos y su mentor, quien le presentó a Juan Manuel Fangio cuando éste era presidente de Mercedes-Benz Argentina. El Quíntuple le escribió varias cartas de recomendación y le abrió las puertas de Europa. El casildense recaló en Lamborghini, estuvo a cargo de las carrocerías e inició las pruebas en fibra de carbono. Alentado nuevamente por Fangio, empezó con su propio emprendimiento, y en 1999 presentó el Zonda. Fue el inicio de una saga excepcional de deportivos. Y de una fama mundial que es también fuente de inspiración en el universo de las dos ruedas.
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