La pulseada entre dos estilos de compañía, dos conceptos distintos en la fabricación de automóviles, encontró en el escenario mediático un terreno exquisito para dirimirse. Por un lado, el prestigio construido a partir de la jerarquía y confiabilidad de infinidad de modelos a través de décadas. Por el otro, la explosión de una startup que supo leer de antemano hacia dónde iba a la movilidad.
Durante la última semana, la compañía californiana Tesla, pionera en autos eléctricos y autónomos, se adueñó de los titulares de la industria automotriz global. Después de anunciar los datos de producción y entrega de vehículos en el segundo trimestre del año, la firma del magnate Elon Musk vio cómo sus acciones se disparaban en Wall Street hasta alcanzar un récord de 1.371 dólares por cada participación (cuando empezó a cotizar, en 2010, salían US$ 17). Así, la capitalización bursátil de la firma de Silicon Valley llegó hasta los 245.000 millones de dólares, desbancando al líder histórico, Toyota, que tiene un valor en Bolsa de 203.000 millones de dólares.
Mientras la elite automotriz aún no terminaba de digerir que la joven firma tecnológica desbancara al fabricante número 1 del planeta, un verdadero gigante en producción, irrumpió un prestigioso estudio que redimió al bando más tradicional de la industria. BrandZ Top 100 Global es el nombre de un relevamiento que hacen año tras año las consultoras WPP y Kantar. El objetivo del mismo es dar a conocer las 100 empresas del planeta con mayor valoración. Más allá de que esta nueva medición está encabezada por Amazon, Apple y Microsoft, y que no aparece automotriz alguna en las posiciones más encumbradas, es Toyota la que surge como la mejor automotriz, colocada en el puesto 48 del ranking, a pesar de lo que indica Wall Street.
El estudio, de gran relevancia global, combina datos de mercado rigurosamente analizados por Bloomberg con la percepción de más de 3.8 millones de consumidores en todo el mundo, abarcando más de 17.500 marcas en 51 mercados. Es decir, la determinación de las más valiosas no está solamente justificada por una valuación bursátil, sino apoyada en un concepto integral que entiende a las compañías como una combinación entre las variables de rendimiento empresarial, provisión de productos, posicionamiento y liderazgo.
Si bien las marcas de tecnología continúan dominando el ranking, las automotrices aún tienen una gran representación en el Top 100. Una vez más, Toyota resultó la marca de autos más valiosa, al registrar un valor comercial de US$ 28.388 millones (-3% respecto a 2019) y ubicarse en el lugar 48º. Mercedes-Benz ocupó el segundo lugar (56º posición general) con una valuación de US$ 21.349 millones (-9% frente a 2019) y BMW resultó tercera (61º en el global) con US$ 20.517 millones (un 12% menos que en 2019). De los 14 años que lleva realizándose esta medición, la marca japonesa lo encabezó 12 veces.
En este ranking, recientemente dado a conocer, Tesla figura en la cuarta posición entre las automotrices, pero es la única compañía del rubro dentro de las 10 mejores que aumentó su valuación. Según BrandZ Top 100 Global, la empresa del excéntrico Musk pasó de US$ 9.285 millones a US$ 11.350, o sea un 22% más con respecto al año pasado. Ford es la otra empresa americana que se ubicó entre las cinco mejores, con valor de US$ 10.067 millones, 10% menos que en 2019.
El gigante japonés Toyota debe su prestigio a años de trayectoria fabricando autos y a volúmenes que supo construir a partir de la calidad de sus modelos, muchos de los cuales, incluso, no trascienden más allá de Asia. Con 90 años de tradición y el auto más vendido de la historia en su haber (Corolla), el grupo vende más de 10 millones de vehículos al año (unas 30 veces más que Tesla), y en 2019 ganó US$ 280.000 millones frente a los US$ 24.578 millones de la firma californiana.
Por otro lado, la compañía del empresario sudafricano Elon Musk, que en enero tenía un valor bursátil de US$ 100.000 millones, fabricó 82.272 vehículos y entregó 90.650 unidades entre abril y junio, cifra por encima de las proyecciones más optimistas del mercado. Según la propia Tesla, de los vehículos producidos, 6.326 corresponden a los Model S y X, mientras que el resto fueron unidades del sedán Model 3 y el SUV Model Y.
Aunque en plena pandemia estos volúmenes fueron todo un logro para la firma de Silicon Valley, su capacidad de producción no tiene medida frente a Toyota, que por ejemplo fabricó 2.4 millones de unidades durante los primeros tres meses del año. Aun así, Tesla ya vale más que otros consorcios de los más importantes a nivel global: duplica al Grupo Volkswagen (US$ 79.000 millones de dólares), y cuesta cuatro veces más que Mercedes-Benz (US$ 43.000 millones).
La irreverente interpretación de la movilidad que viene vs. la máxima expresión en confiabilidad. ¿Tesla o Toyota? ¿Cuál es la más valiosa? Ambos parámetros son válidos. En la cotización bursátil la start up de Musk destronó -y con holgura- al gigante tradicional. Pero tal vez el valor más preciado de todos, el de las opiniones de millones de clientes en todo el planeta, sigue poniendo a Toyota como la referencia ineludible de la industria.
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