“Tome su derecha y tome Geniol”. “La única mano que no cambia es la de pinturas Alba”. “Hoy cambie de mano, pero siga tomando Cinzano”. El marketing de los años 40 no dejó pasar un momento histórico para toda la Argentina, que lógicamente tuvo su mayor caja de resonancia en Buenos Aires. El 10 de junio de 1945 cambió el sentido de circulación en todo el país, de la izquierda a la derecha, y así se dejó atrás el tradicional esquema de los ingleses.
Hasta entonces, sólo Argentina y Uruguay mantenían el criterio británico de circulación a la izquierda. En Brasil, por su parte, el tránsito iba en la mano contraria y ese fue el factor determinante para que el cambio se implemente también en la Argentina. Para el 12 de octubre de 1945 estaba proyectada la inauguración del puente que uniría Paso de los Libres con Uruguaiana, en Brasil, por lo que para evitar complicaciones en el empalme se empezó a estudiar el cambio en todo el territorio. Fue el Automóvil Club Argentino quien empezó una campaña con ese objetivo luego de que el ingeniero Nicanor Alurralde fuera a estudiar el sistema de circulación de los Estados Unidos.
A pesar de una ordenanza de 1872 que indicaba que los carruajes debían circular por la derecha, en mayo de 1889 el intendente de Buenos Aires, Francisco Seeber, dictaminó que el tránsito debía ir por la mano izquierda para respetar la costumbre inglesa y mantener el orden del tráfico en función a la circulación de los trenes.
El decreto final que oficializó el cambio de circulación fue firmado por Juan Pistarini, ministro de Obras Públicas del ex presidente de facto, Edelmiro J. Farrell. Así, el domingo 10 de junio de 1945, los agentes municipales de tránsito, popularmente conocidos como “zorros grises”, salieron a junto a la policía para indicar y ordenar el cambio radical al que se sometía la ciudad por aquellas horas.
Distintos historiadores cuentan que antes de aquella jornada se dieron vuelta unas 280 señales de tránsito y además se pusieron en las esquinas clave de la ciudad más de 6.500 nuevas flechas indicadoras. En Buenos Aires debieron cambiar el sentido de circulación de muchas calles, entonces distintas brigadas del Touring Club Argentino y del Automóvil Club Argentino también se sumaron a la campaña informativa y acompañaron con la colocación de los carteles. Los trenes y los subtes mantuvieron su mano habitual en el esquema de tránsito para no sumar confusión. Muchas de las empresas más importantes, se dijo, se subieron entonces a la campaña de comunicación con los aportes publicitarios más originales.
Días antes de poner en práctica la medida, en el mes de mayo, se había realizado un simulacro de cambio de mano en Corrientes y 9 de Julio. Durante un día entero se pudo dar vueltas alrededor del Obelisco en el sentido contrario al habitual. La gente se paraba en la Plaza de la República para ver aquel espectáculo. El cambio de mano por supuesto obligó a las automotrices que fabricaban en el país a invertir la posición del volante y la pedalera. Los vehículos que se importaban, no representan mayor problema porque tanto Estados Unidos con Europa ya tenían el esquema que empezó a adoptar la Argentina.
Hasta la Revolución Francesa de 1789, en Europa predominaba el sistema británico. Tradicionalmente, el lado derecho estaba reservado para las clases bajas, entonces los aristócratas circulaban por la izquierda. La avanzada napoleónica acabó con aquel criterio en los países que terminaron dominados por el emperador galo, y eso se fue extendiendo a otros rincones del Viejo Continente.
Los ingleses, enemigos de Napoleón, lograron resistir y mantener su sistema de circulación. Pero así, ambos formatos, con volante a la derecha o la izquierda, fueron arraigándose en distintos lugares del mundo de acuerdo a la colonia imperialista dominante. A partir de su independencia en 1776, y para confrontar con el sistema inglés, los Estados Unidos también adoptaron la circulación por la derecha. Su enorme influencia en el continente luego fue expandiendo ese criterio.
Hace 75 años cambió para siempre entonces una de las costumbres más añejas. Hoy, el único lugar en donde se sigue manejando sobre la izquierda es en las Islas Malvinas. Pero esa es una historia mucho más compleja.
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