“El auto más bello jamás diseñado”. El destinatario de tan absoluta valoración, extrema en riesgo y subjetividad, fue el Jaguar E Type, apenas irrumpía a plena sensualidad en el arranque los años 60. Pero si había alguien cuyo poder de opinión, por demás autorizada, podía alinear opiniones, gustos y tendencias, era Enzo Ferrari. Directo y terminante como de costumbre, fue aquel personaje, nada menos, quien disparó el halago que echó por tierra cualquier consideración discordante e impulsó definitivamente el destino de éxito de este deportivo. El Jaguar E nunca más salió de aquel pedestal en que fue puesto por Il Commendatore, pero no sólo por su mirada crítica, sino por un poder de seducción propio, difícil de igualar en la historia del automóvil.
Otros dicen que en 1961, año en que se lanzó el Jaguar E Type en el Salón de Autos de Ginebra, cambió para siempre el mundo del automóvil. Voces menos autorizadas, tal vez. Lo cierto es que ningún otro modelo logró poner de rodillas, de manera tan elocuente, al Don Enzo que supo rendirse ante la belleza del deportivo inglés.
El impacto del E Type en el público fue inmediato y arrasador. Nació para reemplazar a la exitosa serie XK, y consiguió rápidamente su cometido, a tal punto que se convirtió en el modelo más representativo de la marca y uno de los más codiciados de la época. La fórmula no parecía tener muchos secretos: era un deportivo puro con líneas estilizadas y altamente seductoras, un motor que lo hacía llegar a los 242 km/h y, además, un precio que lo colocaba a tiro de un público no tan selecto. Pero evidentemente también hubo magia en aquella combinación que lo catapultó al Olimpo de los deportivos.
El mentor de aquella silueta irresistible fue un tal Malcolm Sayer, inspirado por los conceptos que entonces perseguían una aerodinámica evolucionada. Estuvo disponible en dos formatos de carrocerías, la coupé y el cabriolet, que causó mayor sensación porque lucía más armónico y acompañaba el espíritu de libertad que muchos vehículos deseaban representar (y fallaban en el intento). Aquella obra de arte lo hacía a la perfección, tanto que por su estética un ejemplar de la primera serie hoy tiene un espacio permanente en el Museo de Arte Moderno de Nueva York.
Estuvo en el mercado desde 1961 a 1975, y tuvo tres generaciones, las dos primeras con un motor de seis cilindros en línea heredado de los XK, con cilindradas de 3.8 y 4.2 litros, ambas con una potencia de 265 caballos. La última renovación apareció en 1971, el E-Type Serie III, y estrenó el motor V12 Jaguar de 5.3 litros y 272 caballos que se mantuvo en el mercado hasta 1975. Tanto el Serie II como el III dispusieron de una carrocería con un formato de 2+2 plazas.
Tanta belleza merecía una reedición. Así, en septiembre de 2017 Jaguar presentó el E Type Concept Zero, un prototipo moderno basado en el modelo de 1968, fusión de lo clásico y la tecnología de vanguardia. La crítica no tardó en calificarlo como “el auto eléctrico más lindo de todos los tiempos”. Condicionamiento de la historia, puede ser, pero también mucho de realidad.
En el concept eléctrico la firma reemplazó el motor de seis cilindros y lo dotó con uno de 300 caballos silenciosos. A simple vista puede parecer aquel modelo inicial, pero está dotado de la máxima tecnología: es capaz de alcanzar los 100 km/h en 5,5 segundos (1,5 segundos menos que el original) y de recorrer 270 kilómetros sin recargar sus baterías.
Como creación única, el Concept Zero fue protagonista de una boca única: acompañó a los novios en la magnífica boda del Príncipe Harry con la actriz estadounidense Meghan Markle, celebrada en Londres en 2018. Luego de la tremenda presentación ante la realeza, la marca confirmó la fabricación en serie de su remake eléctrica. Y la acompañará con un servicio de conversión a eléctrico para propietarios del E-Type tradicionales.
La revancha de la historia para el Lightweight
En 1963 Jaguar decidió construir 18 unidades de una versión más radical, pensada para la competición, el E Type Lightweight. Aquellas unidades se diferenciaban porque tenían su carrocería fabricada con aluminio y por su configuración: ofrecían un techo duro distinto al de la coupé. Estaban equipadas con un motor de seis cilindros con doble árbol de levas a la cabeza y llegaban a los 300 caballos. Eran hermosas bestias concebidas para las pistas.
Pero por aquel entonces sólo se terminaron 12 unidades. Los seis ejemplares restantes pasaron años acumulando polvo en un almacén. En 2014 Jaguar dio una de las noticias más esperadas al respecto: se dispuso a terminar las seis unidades restantes de aquellos E Type Lightweight de 1963-64.
Para retomar dicho proyecto, la firma definió respetar la continuidad de los números de serie y seguir los mismos procedimientos de fabricación que en los 60: terminación a mano y a medida de cada bastidor, además de mantener la motorización original, el 3.8 que supieron exprimir al máximo pilotos como Graham Hill y Jackie Stewart, entre otros.
Hay que decirlo: a aquel Jaguar E de los 60, Don Enzo le contrapuso rápidamente, en 1962, su Ferrari 250 GTO, la máquina más bella que el modelo inglés pudo tener enfrente, incluso con argumentos sólidos para abrir una discusión estética infinita. Tal vez sean dos de las creaciones más bellas sobre cuatro ruedas llevadas a cabo por el hombre. Aunque el mito inglés sigue haciendo gala de su corona.
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