Si el Salón de Autos de Ginebra no se hubiera suspendido, en marzo, a raíz del coronavirus que empezaba a expandirse por Europa, millones de personas habrían estado en un encuentro único, aunque efímero, con una joya del fabricante sueco Koenigsegg. El Gemera, que iba a lanzarse en aquella muestra europea, es de esos autos que sólo podrán encontrarse en alguno de los parajes más selectos del Viejo Continente o en los vecindarios VIP de los Estados Unidos. Aunque casi no existe hábitat posible para una tremenda bestia con 1.700 caballos de potencia como esta.
El Gemera es el primer superdeportivo de cuatro plazas concebido por el fabricante sueco, prestigioso por un catálogo con algunos de los modelos más rápidos del mundo y, ahora, con un integrante que se suma al selecto grupo que supera los 1.700 CV. Y todo con una particularidad: este Gemera fue pensado para un uso “más familiar”, por eso dispone de espacio para cuatro personas, y además también incluye propulsión híbrida.
“Es un MEGA-GT”, define el fabricante al nuevo modelo que escapa en concepto a los hypercar que ya son famosos en el planeta por su performance y estilo, como el Regera o el Jesko (los otros deportivos que hoy vende Koenigsegg). El Agera, otra de sus creaciones ya fuera de línea, fue nada menos que el dueño del récord de velocidad para autos de producción al haber alcanzado los 447 km/h (luego destronado por el Bugatti Chiron).
El Gemera, cuyo nombre proviene de la madre de Christian Von Koenigsegg, el creador de la firma, significa “dar más”. Y lo lleva a cabo. Este GT está propulsado por un motor térmico, biturbo, con arquitectura de tres cilindros y 2,0 litros, que desarrolla 608 CV de potencia. Lo acompañan otros tres motores eléctricos: dos repartidos en cada rueda trasera y el tercero adosado al cigüeñal, produciendo entre los tres 1.115 CV de potencia máxima.
El motor de combustión puede funcionar con cualquier combustible renovable, desde etanol a gasolina convencional, pasando por E85 o metanol. “El Gemera es al menos tan neutral en CO2 como un automóvil eléctrico puro cuando usa etanol o metanol”, sostiene la marca. Y además es una pieza mecánica de avanzada tecnología: el motor está plagado de curiosidades, como la ausencia del árbol de levas para el accionamiento de las válvulas (tecnología FreeValve desarrollada por el mismo fabricante sueco).
En su máximo rendimiento, el Gemera –que es un híbrido enchufable como el Jesko- puede acelerar de 0 a 100 km/h en sólo 1,9 segundos y rodar hasta 50 km en modo 100% eléctrico a velocidades de hasta 300 km/h. Con sus baterías totalmente cargadas, el proceso de regeneración de energía del que dispone y un depósito de combustible de 75 litros, Koenigsegg asegura que el Gemera puede recorrer unos 1.000 km. Una autonomía insólita para un pura sangre de impresionantes prestaciones.
El chasis está fabricado completamente en fibra de carbono, lo que asegura una rigidez extrema y un peso contenido: 1.880 kilos. De hecho, el fabricante explica que pesa un 30% menos que si hubiera sido 100% eléctrico. Pieza destacada por su performance, pero también por su tecnología de vanguardia, el Gemera tiene “tracción y dirección en todas las ruedas”, describe el propio Christian Koenigsegg.
Como integrante “familiar” de la gama sueca, el Gemera ofrece espacio para cuatro ocupantes en un impresionante habitáculo con instrumentación totalmente digital y llamativos colores para el cuero del tapizado. Aunque lo más destacado, sin dudas, es el dispositivo que permite que sus puertas se abran verticalmente, para que los pasajeros accedan tanto a la parte delantera como trasera sin necesidad de mover las butacas. Sólo se producirán 300 unidades a un precio que, estiman en Europa, podría superar el 1,7 millón de euros.
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