Las marcas de máxima exclusividad suelen acompañar su historia con hitos o momentos especiales, preparados para elevar aún más la estirpe de sus vehículos. La primera y la última unidad de un modelo premium que sale de la línea de producción, por ejemplo, suelen ser mojones dignos de un tratamiento distintivo. Son piezas con destino privilegiado: selectos coleccionistas encumbrados o directamente el museo oficial de la marca.
Esta segunda opción era la parada final del último Porsche 911 de la generación 991 que se fabricó hace muy pocos meses, la séptima del mítico deportivo alemán desde su lanzamiento en 1963. Y justamente la unidad con la que la línea dejó de funcionar para dar paso al ensamblaje del modelo sucesor fue el Porsche 911 Speedster, una criatura realmente exclusiva con la que la firma alemana celebró su 70 aniversario, y del que sólo fabricó 1.948 ejemplares. De una saga tan pequeña, por supuesto el último debía tener un destino más que especial.
Y así fue. Pero en este caso el contexto de la crisis sanitaria disparada por el coronavirus cambió los plantes de la marca, que le encargó a la firma RM Sotheby’s, especialista en subastas, que lo ponga a la venta para recaudar fondos en la lucha contra el COVID-19. La puja con el fin de elevar el precio de esta pieza única comenzó de manera online el 15 de abril y duró una semana. Luego de 32 ofertas, finalmente el último Speedster fue vendido por 550.000 dólares, unos 509.000 euros, que irán destinados íntegramente a la ONG United Way Worldwide como ayuda ante la crisis sanitaria.
El imponente Speedster marcó el punto final de una generación lanzada en 2011, de la que se vendieron 233.540 unidades en todo el mundo. Y se hizo valer en la subasta: la cifra de venta superó largamente la previsión inicial, que era recaudar unos 312.000 dólares (289.000 euros). El lote que se lleva el flamante propietario también incluye un reloj Porsche Design de edición limitada y una visita guiada por las instalaciones de pruebas de la compañía.
Este Porsche 911 Speedster dispone de un motor bóxer con seis cilindros y 4,0 litros, que entrega 510 CV, acompañado con una caja manual de seis velocidades y un chasis deportivo de alto rendimiento. La marca declara una velocidad máxima de 310 km/h y una aceleración de 0 a 100 km/h en 3,8 segundos. La unidad subastada, además, está pintada en el color GT Silver e incluye el paquete de diseño Heritage, que aporta un toque retro al modelo.
Otra de las peculiaridades del 911 Speedster es que no tiene techo duro y sólo ofrece una capota de lona, de accionamiento completamente manual. Es que Porsche Motorsport buscó la máxima ligereza para el modelo, y por ello optó también por paneles de puertas livianos, paragolpes delantero y trasero de poliuretano, tapa del baúl y pasaruedas de fibra de carbono, y frenos de carbocerámicos que ahorran un 50 % de peso con respecto a los de acero. Con todo esto, el Speedster pesa solamente 1.465 kilos.
Muy pocos días estuvo este biplaza en el Museo Porsche en Stuttgart, donde por ejemplo se deja admirar su antepasado, el Porsche 356 Nº 1 Roadster de 1948. Las circunstancias le depararon un fin más solidario. Porsche por supuesto no tendrá inconvenientes en seguir haciendo piezas únicas para resguardar en su reducto histórico.
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