Existen algunas marcas que decididamente jaquean la subjetividad al momento de referirse a la belleza. Aston Martin, por ejemplo. Los modelos de la firma británica se han convertido a través de los años en piezas estéticas prácticamente al filo de la perfección, casi indiscutibles. Más allá de que técnicamente, por supuesto, haya caminos e intérpretes estilísticos distintos para alcanzar la belleza.
En esta era moderna, de resurrección financiera para la casa inglesa, los sensuales trazos de Aston Martin fueron adaptándose a distintos formatos: el sedán de súper lujo Lagonda Taraf, el pura sangre Vulcan, el hypercar Valkyrie, su primer SUV de la historia, el DBX; y ahora una pieza que seguramente cobrará mayor valor con el correr de los años: el V12 Speedster.
Esta creación de Aston Martin se perfilaba para ser una de las grandes atracciones del Salón Internacional de Ginebra, hasta que la medida de cancelarlo a partir de la amenaza del coronavirus coartó su esperado debut ante las cámaras y las luces del mundo automotriz. La marca, por supuesto, decidió igualmente revelar sus novedades bajo el paraguas de una campaña denominada “No Ginebra, No Problem”, y el Speedster, lejos de quedar opacado por la muestra truncada, empezó a brillar.
El nuevo Aston Martin, del que sólo se hará una edición muy limitada –por eso se vislumbra como una pieza que potencie su valor con el tiempo-, conjuga elementos del pasado, el presente y la industria aeronáutica. Su construcción demandó 12 meses, y tomó muchas piezas de los modelos DBS Superleggera y Vantage y conceptos de diseño del pasado tomados del DB53 de 1953 y el DBR1 de 1959. Su carrocería sin techo y sin parabrisas es la fiel referencia a los autos de competición de los años 50.
Creado por Q by Aston Martin, la división de la casa británica que se encarga de los vehículos más exclusivos y personalizados, en sociedad con el fabricante de aviones Boeing, el V12 Speedster se inspira en la historia de competición de la firma y en el diseño aeronáutico. De hecho, Aston Martin detalla que está basado en el mítico caza F/A-18, un bimotor de cuarta generación desarrollado en los años 70 por la compañía McDonnell Douglas para la Armada y el Cuerpo de Marines de Estados Unidos.
Con una carrocería construida totalmente en fibra de carbono, el V12 Speedster equipa un motor V12 de 5.2 litros biturbo con 700 caballos de fuerza, el mismo del DB11, entre otros modelos. Alcanza el 0 a 100 en tan solo 3.5 segundos y consigue una velocidad máxima de 300 kilómetros por hora. Además, tiene chasis de aluminio, tracción trasera y suspensión con amortiguación adaptativa, lo que le permite ofrecer varios modos de conducción: Sport, Sport+ y Track (pista). Tendrá, de serie, llantas de aleación de aluminio de 21 pulgadas y frenos cerámicos de carbono.
Ofrece detalles de diseño y personalización extravagantes y vanguardistas. La tapicería de cuero está combinada con elementos de cromo, aluminio y hasta goma impresa en 3D. Únicamente se construirán, a mano, 88 unidades de este deportivo que arrancará con un precio de 950.000 dólares, costo que puede elevarse si se le aplican algunas personalizaciones.
Aston Martin ya recibe pedidos del V12 Speedster, y espera poder entregar las primeras unidades para el trimestre inicial de 2021. Este bólido cumple a la perfección con los requisitos para convertirse en el nuevo ícono de belleza de la marca. Lo tiene todo, sólo le falta volar.
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