Enzo Ferrari vivió su apogeo en la era mecánica, donde para conseguir mayor potencia se necesitaba los motores más grandes, más ruidosos, más caros y menos cuidadosos del medio ambiente. Por eso se encontrarán muchas frases que, dichas en la actualidad, parecen ir a contramano de la evolución de la industria. Pero Don Enzo era un revolucionario y, como tal, no se hubiera opuesto a los cambios. Por el contrario: los estaría avalando. Así, 32 años después de su desaparición física, la marca italiana ya tiene a la venta la SF90 Stradale, un auto que le rinde tributo al padre del Cavallino Rampante, por ser el más potente de la historia, pero que también se aviene a los tiempos actuales porque se trata de su primer modelo enchufable.
Y conocer la construcción de una Ferrari, cómo se concibe una unidad de los autos más bellos del mundo, es casi como acceder a la fórmula de la Coca Cola. La diferencia entre ambas marcas tan potentes es que la gaseosa seguirá guardando el secreto por temor a que, finalmente, un competidor consiga igualar sus características. Ferrari, por el contrario, tiene la confianza de contar con un sello inigualable, que se lo confieren ese pequeño caballo parado en sus dos patas posteriores como sinónimo de potencia salvaje, y la sensación de tener el mundo rendido cuando el pie derecho pisa el acelerador. Por eso es también que la casa de Modena compartió cómo se fabrica la SF90 Stradale.
Se trata de un video de casi diez minutos en los que Ferrari va mostrando el paso a paso de la concepción de un auto formidable. Presentado en 2019, lleva el mismo nombre que tuvieron los vehículos que compitieron en la Fórmula Uno la pasada temporada, ya que ambos homenajean los 90 años de la creación de la Scuderia Ferrari, ocurrido precisamente el año pasado.
Es el primer modelo con motores que recargan vía enchufe pero no el primer híbrido de la marca: ese hito había sido ocupado por LaFerrari, un auto presentado en 2013 como una edición limitada de sólo 499 unidades. La otra gran diferencia entre estos dos vehículos es que la SF90 Stradale sí inicia el camino de la electrificación de serie: su producción no es finita, como sí había ocurrido con LaFerrari. Y ya está a la venta en Europa con un precio cercano a los 490 mil dólares.
¿Qué se llevan quienes la compran? Además de la belleza implícita en las formas de la cupé, se hacen acreedores a un auto con 1.000 caballos de potencia, provistos por un V8 turboalimentado que se combina con tres motores eléctricos. Es, sin dudas, el auto más potente de la gama Ferrari: una relación de peso potencia de 1,57 kg/CV, 340 km/h de velocidad máxima y una aceleración de 0 a 100 km/h en 2,5 segundos, mientras que tarda sólo 6,7 segundos en alcanzar los 200 km/h.
El impulsor naftero es el V8 de 3.9 litros turboalimentado que también se encuentra en la Ferrari 488 Pista y la Ferrari F8 Tributo, pero que en su caso ha sido ajustado para llegar hasta los 780 CV. Ubicado en posición central trasera, otorga 800 Nm de torque disponibles desde las 6.000 rpm. Y este furioso motor trabaja en equipo con los tres eléctricos que, en conjunto, rinden 220 CV. Así, la SF90 es de tracción integral, gestiona la fuerza de los cuatro propulsores mediante un cambio secuencial de doble embrague y ocho velocidades y dispone además de una batería de 7,9 kWh de capacidad, que surte de energía a los motores eléctricos.
El nuevo superdeportivo híbrido enchufable de la casa italiana dispone de cuatro modos de gestión eléctrica: eDrive (modo eléctrico exclusivo, con hasta 35 kilómetros de autonomía), Hybrid (combina el motor de combustión con los eléctricos y los gestiona automáticamente dando prioridad a la eficiencia), Performance (también es modo híbrido, pero ofreciendo un mayor rendimiento) y Qualify (los motores eléctricos rinden a su máxima potencia en combinación con el bloque térmico). Y todo ello le permite ofrecer unas prestaciones monstruosas, con una velocidad máxima limitada a 340 kilómetros por hora y con acceso a la elite de los autos que pueden bajar los tres segundos en acelerar de 0 a 100 km/h.
La carga extra de los 270 kilos adicionales que le dan las baterías que alimentan a los motores eléctricos se compensa con el uso de materiales livianos en la construcción de chasis y carrocería, en los que predominan el aluminio y la fibra de carbono. Su peso total es de 1570 kilos. Además, la SF90 Stradale exhibe una avanzada tecnología aerodinámica activa, que se materializa en un alerón posterior activo de fibra de carbono divido en tres secciones (flap Gurney), que puede generar hasta 390 kilos de carga aerodinámica cuando circula a 250 km/h.
La misma filosofía de diseño se traslada al habitáculo, en el que el protagonismo se lo lleva una instrumentación digital, materializada en una pantalla curva de 16 pulgadas en la que domina un gigantesco tacómetro en el centro, mientras que a los lados arroja el nivel de la batería, el navegador o el sistema de audio, todo en diseño 3D. Y el volante tiene una funcionalidad que permite gestionar el 80 por ciento de las operaciones del habitáculo.
Con todo este derroche de potencia y tecnología, se repite la pregunta: ¿Qué se llevan quienes la compran? Lo define el propio Commendatore: “Una Ferrari es un sueño; sueño para los pocos afortunados que lo tienen y para la mayoría de las personas que no”. Y la construcción de ese sueño, ahora, ya no es un secreto.
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