Estados Unidos observó, en casi dos décadas, un marcado crecimiento de los casos de muertes a raíz de consumo de opiáceos en las comunidades que sufrieron el cierre de una planta automotriz entre 1999 y 2016. Es la conclusión de un estudio médico universitario publicado en los primeros días del año, y que fue reflejado por el diario Los Angeles Times en su edición del domingo 5 de enero.
Un día después, y mirando hacia las antípodas, Las Vegas fue testigo de un sorprendente anuncio no para los Estados Unidos, sino para Japón: Toyota anticipó su proyecto de construir una ciudad inteligente en Tokio, en la que albergará a los empleados en el país de origen de la compañía, y lo hará en los terrenos de una vieja planta en desuso, al pie del monte Fuji. Será una comunidad íntegra de la empresa, a modo de colonia, que llevará el nombre de Ciudad Entretejida, o Woven City (el original en inglés), que se comenzará a levantar en 2021.
Las autoridades de la automotriz japonesa hicieron esta revelación, inesperada, en el marco de la feria tecnológica Consumer Electronic Show, CES, que se realiza todos los años en el estado de Nevada. Hubo sorpresa porque no hubo un anuncio puntual sobre novedades relacionadas con su lineup de productos. Pero lo que Toyota anticipa será de enorme importancia de cara al futuro: esta ciudad será tomada como un gran laboratorio donde los ensayos en la aplicación de nuevas tecnologías en la movilidad serán la constante.
En efecto, el presidente de Toyota Motor, Akio Toyoda, usó el altavoz que le dio su intervención en la feria CES para delinear el ambicioso proyecto. "Construir una ciudad entera desde cero es una oportunidad única para desarrollar tecnologías del futuro, incluyendo un sistema operativo digital para la infraestructura", indicó Toyoda, que explicó que "ciudadanos, edificios y vehículos" se comunicarán entre ellos mediante datos y sensores.
La urbe se alzará en los terrenos de una antigua fábrica de la compañía en Japón, y en ella vivirán empleados de Toyota y sus familias, así como investigadores visitantes y socios comerciales. En total, la empresa espera que Woven City tenga una población de en torno a 2.000 personas y que constituya un “laboratorio viviente”. Un dato no menor: no se permitirá circular a vehículos con conductor.
Será un campo de pruebas para nuevas tecnologías como los vehículos eléctricos y completamente autónomos tanto de transporte de pasajeros como de mercaderías, los robots y la inteligencia artificial. Los encargados de diseñar la ciudad serán los arquitectos del estudio danés Bjarke Ingels, que ya adelantaron en la presentación de este lunes algunas pinceladas de cómo imaginan Woven City.
Por ejemplo, las calles estarán distribuidas en una cuadrícula y se dividirán en tres tipos: una para vehículos más rápidos, otra para una combinación de aquellos de menor velocidad, opciones de movilidad personal (como scooters) y peatones; y la tercera son caminos parecidos a parques, destinado solo a peatones. Ingels dijo que el diseño es tal que no importa dónde se encuentre en Woven City y adónde quiera ir, podrá caminar a lo largo de estos paseos verdes del parque casi todo el camino, si lo desea. El diseño de la cuadrícula también ayudará con el desarrollo de vehículos autónomos, dice Toyota. El vehículo más destacado será el e-Palette, que se presentó en el CES hace dos años.
Según prometieron sus diseñadores, la ciudad será “completamente sostenible”, los edificios serán de madera para minimizar la huella de carbono, los tejados dispondrán de placas fotovoltaicas para aprovechar la energía solar y se utilizarán las celdas de combustible de hidrógeno de Toyota para producir energía también.
En el interior de los hogares, robots y sensores marcarán el paso de la vida de sus habitantes. Las conexiones serán extensas entre las personas, los edificios y los vehículos. Dentro de las casas, habrá “robótica en el hogar para ayudar con la vida diaria”, dice Toyota. Eso significa inteligencia artificial (IA) basada en sensores para controles de salud, una característica especialmente importante en una sociedad que envejece como la de Japón. También habrá un sistema operativo digital para la infraestructura de la ciudad con una IA para probar y administrar las comunicaciones provenientes de los distintos sensores.
Entre eléctricos y autónomos
La ciudad por construirse tendrá una fuerte presencia de vehículos eléctricos, la única movilidad que se prevé será posible en ese marco, pero también autónomos, sobre los cuales Toyota viene trabajando en base a prototipos de transportes comunes, del tipo transfers, para reducir la cantidad de unidades rodando y tender a compartir la locomoción.
Así, una de las grandes estrellas en la Woven City será el e-Palette, un minibús autónomo que fuera presentado como prototipo en este mismo ámbito, el CES, pero en 2018. Como parte de este proyecto, Toyota contó como socios con Amazon, DiDi, Mazda, Pizza Hut y Uber, que colaboraron en la planificación del vehículo, así como en los conceptos de aplicación y en las actividades de verificación de este.
En un primer momento, esta alianza se centrará en el desarrollo del prototipo e-Palette, que también se ha presentado en Las Vegas. Este modelo cuenta con un sistema de propulsión eléctrico, es completamente automatizado y ha sido diseñado para ser escalable y personalizable para diferentes empresas.
De hecho, Toyota pondrá a disposición al menos 20 unidades del e-Palette para transporte de atletas en los Juegos Olímpicos y Paralímpicos que se realizarán este año en la ciudad de Tokio. En principio, ofrecerán movilidad solo dentro de la villa donde habitarán los deportistas.
Pero en la ciudad también habrá otras soluciones eléctricas, como pequeños transportes individuales para cubrir trayectos cortos.
Entre ellos, estarán el e-Trans, con fisonomía de auto de calle pero también pensado para la movilidad compartida. Se observarán unidades del e-Racer, un auto deportivo eléctrico que estará más destinado al entretenimiento, con ajustes de realidad virtual en el habitáculo para sentirse como en un gran videojuego. También habrá vehículos que funcionarán como grandes cargadores sobre ruedas con presencia en toda la ciudad, el e-Chargeair. Y se verán en esta ciudad unidades del e-Care, que permiten a un pasajero hablar con un médico mientras se encuentra en ruta y también someterse a un examen médico de camino al hospital.
Toyota, de esta forma, montará un gran banco de pruebas en tiempo real para que sean sus propios empleados, los activos e incluso los que ya se hayan jubilado y sus respectivas familias, los que realicen la comprobación empírica de cuán reales son las soluciones de movilidad en las que viene trabajando. Pero también le dará utilidad a un terreno ocioso, como lo es una vieja planta.
Del otro lado del mundo, científicos de la Universidad de Pensilvania llegaron a la conclusión de la existencia de “muertes por desesperación” en aquellas comunidades que fueron pujantes por la presencia de una planta automotriz que, crisis mediante, terminó cerrando. Así que revisaron las estadísticas sobre las muertes por opioides en 112 condados que tenían una fábrica de automóviles o estaban a una corta distancia de una. En los 29 condados afectados por los cierres, hubo 20.6 muertes por opiáceos por cada 100.000 personas cada año. Ese aumento fue un 85% más alto que las tasas a las que crecieron los decesos por opiáceos en los 83 condados sin cierres.
Por eso no solo es para desarrollar el futuro, sino también para ayudar al presente.
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