Podría ser el tesoro mayor de cientos de coleccionistas. Una joya única de la que no se tiene conocimiento de su existencia hasta que aparece radiante, magnífica, invaluable. Un sueño para cualquier terrestre que guarde cierto gusto o interés por el mundo de las cuatro ruedas. Casi al filo de la irrealidad, una Ferrari 328 GTS fue hallada inmaculada en Italia a 30 años de su fabricación y salida a la calle.
La década del 80 fue una Dolce Vitta pasajera para los superdeportivos de Ferrari. Tuvieron por aquellos años una demanda creciente y contagiosa, bien sostenida por una serie de modelos de belleza sobresaliente que tanto honor le hicieron la estirpe y tradición italiana. Fueron años en donde el glamour ferrarista dominó entre los pura sangre.
A mediados de aquella década, las Ferrari 328 GTB y GTS aparecen como sucesoras de las 308 GTB y GTS, respectivamente. Diseñado por Pininfarina, el modelo 328 permaneció en producción durante cuatro años, de 1985 a 1989. Para cuando se decidió su reemplazado por el 348 en el otoño de 1989, ya se habían fabricado un total de 6.068 vehículos del GTS, que tuvo una relación de 5 a 1 en producción con respecto al GTB.
De aquellos años por supuesto quedan miles de unidades bien atesoradas por dueños y coleccionistas del Cavallino. Pero el destino siempre tiene un bonus track. Según relata la historia que revela la propia revista oficial de Ferrari, hace semanas se halló, inmaculado, un ejemplar de la 328 GTS con sólo 456 kilómetros. Sí, una Ferrari intacta, sin rodar, luego de 30 años.
Según la publicación oficial del Cavallino, en estas tres décadas dicha 328 GTS nunca fue registrada, jamás salió a la ruta y casi no estuvo al descubierto. Su belleza, intacta, inigualable, y ahora invaluable, permanece como el primer día de su salida de Maranello.
La historia dice que el propietario original compró la 328 GTS de SA.MO.CAR S.p.a de Roma, y casi de inmediato la vendió por casi el doble de lo que pagó. Luego, después de gastar una suma tan impresionante en su nueva Ferrari, parece que el segundo propietario de la 328 tuvo miedo de usarla. En lugar de registrarla, optó por guardarla con condiciones de entrega totalmente intactas.
Casi 25 años después, el concesionario Ferrari de Roma fue asignado para volver a poner en servicio la 328 GTS, antes de vendérsela a su tercer propietario. Pero ahora, esta Ferrari prácticamente sin uso está a la venta nuevamente, sólo alterada por algunas etiquetas de entrega pegadas a la rueda delantera del lado del conductor, pero como si el tiempo nunca hubiera pasado: neumáticos Goodyear originales, un kit de herramientas sin usar y la cubierta del techo dentro de una bolsa roja con el logo de Prancing Horse.
También permanece inalterable, según cuentan, el olor a cuero de su interior. Es que nadie se sentó prácticamente en sus butacas. El volante parece recién colocado, al igual que las suaves alfombras de pelo profundo. Cada interruptor, botón y control se ve tan perfecto como cuando salió de la línea hace más de tres décadas.
La 328 GTS fue una Ferrari con alto grado de popularidad, y hoy en día permanece entre los clásicos más queridos y emblemáticos para los propietarios entusiastas. El nombre 328 proviene de su motor V8, de 3,2 litros, que está acompañado de una caja manual de cinco velocidades. Ese icónico impulsor denominado Ferrari Dino, que se produjo desde 1950 hasta el año 2000, consigue 270 caballos de potencia y le permite lograr una velocidad máxima de 267 km/h y acelerar de 0 a 100 km/h en 5,5 segundos. En 1988, Ferrari le dio a la 328 su única actualización mecánica importante: le sumó el sistema antibloqueo de frenos (ABS) en sus frenos de disco ventilados e incorporó llantas de aleación de 16 pulgadas.
La belleza desafió al paso del tiempo. Y le ganó.