En Matrix Reloaded, segundo episodio de la saga de las hermanas Lana y Lily Wachowski (aunque por ese entonces, previo a declararse como mujeres trans, eran los hermanos Larry y Andy), hay una persecución que corta el aliento. Trinity, interpretada por Carrie-Anne Moss, protege la vida del Cerrajero huyendo de los agentes en una autopista, y lo hace a bordo de una Ducati 998 Reloaded Edition creada especialmente para la película, con un color también exclusivo llamado dark green. La autopista también fue creada exclusivamente para el film: eran 2,4 kilómetros de asfalto real, con ambientación de sus laterales creada en madera, que se montó en una base abandonada de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos en Alameda (California) y costó 2,5 millones de dólares.
La autopista no existe más; la moto está en el garaje de Keanu Reeves. Fue un regalo que le hicieron las Wachowski después de concluido el rodaje de la película, como un detalle de las cineastas para la gran estrella de los tres filmes, que es fanático de las dos ruedas. Tanto que tiene su propia marca, Arch, con la que acaba de lanzar una evolución de su modelo de alta gama, la KRGT-1, que tiene el módico precio estimado en unos 80.000 dólares. Sí: el nombre es el acrónimo de es la Keanu Reeves GT-1.
La Ducati es una de las tantas motos que Reeves tiene en su colección personal en un espacio ubicado en la ciudad californiana de Hawthorne. Y muchas de ellas son emblemáticas. Posee cuatro diferentes versiones de la Norton Commando, una chopper West Coast El Diablo, una Suzuki GSX-R 750 y la Kawasaki KLR 600 con la que inició su fanatismo; cuenta la historia que su primer contacto con una moto fue cuando filmaba en Munich Babes in Toyland, una película creada en 1986 para la televisión. El canadiense, de sólo 22 años, se movió por la ciudad alemana con una enduro que le prestó una colaboradora local en el filme. Cuando regresó a Estados Unidos, se compró la moto que más se asemejara a la que había montado en Europa.
Es por ello también que con el correr de los años, en los siguientes filmes de los que participó, Reeves tomó la costumbre de comprarse una moto distinta para moverse durante el rodaje. Así anduvo se lo vio al comando de una Ducati Diavel, de una Kawasaki KZ 900, de una Suzuki GS 1100 E, de una Moto Guzzi T3 de 1978 o de una Norton 750 que adquirió en Sidney durante la filmación de Matrix, primera parte de la saga a la que le debe haberlo catapultado definitivamente al estrellato.
Una de las motos de su colección fue la responsable de haber creado su propia marca. En 2007, el actor buscaba reformar una Harley-Davidson Dyna Wide Glide cuando se topó con el taller de Gard Hollinger. Fue tan de su agrado el trabajo que este mecánico hizo que Reeves le propuso empezar a trabajar sobre el prototipo de una nueva moto basada en base a la propia Harley. Así, en 2014 finalmente vio la luz la KRGT-1, la moto con la que Arch inició su proceso de comercialización, y con un precio similar a la nueva versión que acaba de lanzarse.
Una custom de alta gama
Aquella Harley Davidson Dyna Wide Glide customizada es parte del garaje de Reeves. Observarla es, precisamente, ver el concept que le dio origen a la KRGT-1. El desarrollo inicial demandó tres años de trabajo, que se inició después de que el actor persuadiera a su actual socio en la fundación de una marca propia, algo de lo que Hollinger no estaba tan convencido al principio. “Uno de los grandes placeres que encuentro es ver la expresión de tus clientes en el primer contacto con la moto, porque claramente me lleva a la forma en que yo me sentí cuando conduje por primera vez la Harley Davidson”, contó el canadiense.
Quienes compren un modelo de Arch saben que no sólo están pagando por un producto creado por una celebridad de Hollywood, sino que también lleva su firma. Y no de modo virtual, ya que tanto Reeves como su socio se involucran directamente en el desarrollo del modelo y prueban per sé diferentes sistemas. Por ejemplo, el dispositivo de frenos ABS que lleva la KRGT-1 es el resultado de un trabajo conjunto con Bosch, que Reeves testeó en persona. Y este comportamiento así se replica con otros elementos de la moto que lleva la firma de una estrella.
De hecho la moto recibió un particular elogio del presentador Jay Leno, otro fanático de la mecánica que tiene su propio programa, Jay Leno’s Garage, con el que empezó a despuntar el vicio después de dejar The Tonight Show. En una entrevista con los dos socios de Arch, Leno comparó la KRGT-1 con los súper deportivos que construye el argentino Horacio Pagani.
“Esta no es una moto cara. Cuando nos encontramos con un Pagani, vemos un auto de 2,4 millones de dólares porque es hecho a mano. Esta es un Pagani en dos ruedas. Cuesta 80.000 dólares, que no es poco dinero para una moto, pero te estás llevando un producto que fue hecho especialmente para vos, en el que se te consultó qué querés para tu propio vehículo. Y son extremadamente bien hechas”, se congració el animador ante Reeves y Hollinger.
“Podríamos hacerlas más baratas, claro, pero no serían lo mismo y ya hay muchas compañías que se dedican a construir motos en serie”, asintió Hollinger. “Hacemos motos de producción y el cliente tiene los beneficios que ello supone, porque nos costó tres años de trabajo llegar al resultado de nuestra primera KRGT-1. No hay otra moto como ésta Pero también ofrecemos una personalización, nadie va a tener tu moto. Si pudiéramos hacerlo por menos dinero, lo haríamos. Pero que conste que no nos estamos haciendo ricos fabricando estas motos”, aportó Reeves. Habrá que creerles…
Por lo pronto, el rediseño de la Arch KRGT-1 tiene más de 20 cambios importantes, por los que se modificaron alrededor de 150 componentes de la moto respecto de la primera edición. La carrocería, los frenos, la suspensión, la ergonomía y la carrocería son algunas de estas partes. Mantiene la ausencia de carenado y sus creadores también respetaron el objetivo con el que fabricaron esta belleza: "Descubrir los límites de las motos americanas movidas por motores V-Twin".
Precisamente, el motor de dos cilindros gigantes en V de 45 grados es de origen S&S, una empresa norteamericana que productora de impulsores, muchos usados como reemplazos en procesos de customización de Harley Davidson. En este caso, el impulsor tiene 2.032 centímetros cúbicos y entrega 122 CV de potencia. Su alimentación se basa en un sistema de inyección electrónica y el conjunto ofrece seguramente un torque extraordinario, que en este caso no fue revelado; la versión anterior entregaba 122 nm, una cifra que está acorde con el poder que identifica a las motos americanas.
El escape y los guardabarros están construidos en fibra de carbono, y tanto la suspensión como el chasis están mayormente compuestos de aluminio 6061, un material usado en el mundo de las carreras que reduce el peso y mejora el rendimiento del vehículo.
Para mejorar la estabilidad y tener mejores sensaciones de los neumáticos, las horquillas son unas Öhlins de 48 mm de diámetro con tecnología NIX que permiten ajuste de compresión, rebote y precarga. El ABS en los frenos, se dijo, fue trabajado en conjunto con Bosch. Pero el sistema de frenado también se optimiza con sus pinzas monobloque ISR de seis pistones y discos delanteros flotantes de 320 mm; en la parte trasera lleva una pinza de cuatro pistones y disco de 240 mm. Las llantas, también de fibra de carbono, están firmadas por Blacksone Tek (19 pulgadas delante y 18 detrás). Los neumáticos que lleva son los Michelin Commander II.
El depósito de combustible, que mantiene su capacidad de 18,9 litros, también ha sido rediseñado junto con el asiento y la parte trasera de la moto. “Para subirse a la moto y pensar en hacer 200 kilómetros sin pensar en otra cosa que la ruta”, explicó Reeves. Todo para favorecer la comodidad del piloto.
La nueva Arch KRGT-1 ya se puede comprar a través de la web de la marca, aunque no se consigna precio, sino que se deriva al interesado a una planilla para completar con sus datos y luego ser contactado por un vendedor. El proceso de fabricación de cada moto es de unos 90 días, para darle el toque personal que cada cliente desee.
Un modelo para amantes de la velocidad
La KRGT-1 es la nave insignia de Arch Motorcycles, pero la marca tiene otro modelo, más potente, la S1, variante de producción de una serie exclusiva de 23 unidades que se llamó Method143. Tiene un motor más brioso, de 2.343 cc. El chasis es similar a la KRGT-1 pero el basculante de aluminio es monobrazo y está mecanizado en CNC por Suter, abrazando unas llantas de carbono BST con forma de turbina. La suspensión es Öhlins.
No deja de ser una Cruiser, pero con características más vinculadas con la competición. El escape, fabricado en fibra de carbono y titanio, se inspira en los utilizados en las MotoGP, una categoría de la que Reeves es fanático y a la que suele seguir cuando corre en Norteamérica. Tan es así que hasta se anima a dar algunas vueltas entre los ensayos en el circuito de Laguna Seca, California, donde se realiza el Gran Premio de los Estados Unidos y le queda muy a mano a la estrella.
Otro comercial para Squarespace donde se muestra la moto: se emitió en el Súper Bowl 2018, que tuvo 103 millones de espectadores en Estados Unidos.
También participó en comerciales conduciendo su propia moto. En el Super Bowl de 2018, que sólo en Estados Unidos fue visto por 103 millones de personas, fue la cara de una serie de avisos de Squarespace, una compañía de hosting de websites. En uno de ellos, se lo ve parado sobre la KRGT-1, en una escena que no tuvo dobles de riesgo, aunque el actor iba muy bien sujetado por varios arneses mientras hacía acrobacia a 70 kilómetros por hora. El envío fue un empujón sustancial para su moto, por el impresionante nivel de audiencia de la final del campeonato profesional de fútbol americano, la NFL.
Como actor, Reeves se hizo famoso con Máxima Velocidad (1994), en la que comparte cartel con Sandra Bullock -en 2006, ambos volvieron a reunirse en La Casa del Lago, dirigida por el argentino Alejandro Agresti-. Pero no fue hasta su coprotagónico en El abogado del diablo (1997, junto con Al Pacino) que empezó a sacarse de encima el mote de mediocre, aunque en lo sucesivo siguió siendo habitualmente nominado para el Premio Frambuesa Dorada al peor actor de cada año. Todo cambió con Matrix.
Aunque el canadiense suele reírse de los estereotipos y los encasillamientos. Tanto que se ríe de cómo rotularon a su actual pareja, Alexandra Grant, una artista plástica californiana de 46 años que, a su edad, se muestra natural, sin cirugías, lo que para muchos fue en detrimento de la fama de galán de Reeves, quien mantiene un elevado sex appeal a los 55 años.
Como fanático de las motos, al estilo Easy Rider, la road movie de finales de los 60 protagonizada por Peter Fonda, quien falleció este año, poco antes de que Reeves lanzase su nuevo modelo. Con ese desparpajo convenció a su socio para montar la empresa. Y allí despunta el vicio como lo que es: una estrella con mucho dinero y tiempo para dejar su impronta sobre dos ruedas.
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