Si algo se le reconoce a Lionel Messi, además de su increíble talento con la pelota en los pies, es la forma en que resguarda su vida privada. Ese bajo perfil se traslada a un régimen de puertas clausuradas para su hogar, sea en lo que refiere a lo familiar como al entretenimiento.
Si algo se le reconoce a Cristiano Ronaldo, además de su impresionante voracidad goleadora, es cómo ventila mucho de lo que sucede en su vida a través de sus redes sociales, y de esa manera hace de sí mismo un objeto de voyeurismo virtual.
Pero además de ser los dos mejores futbolistas del siglo 21, cuanto menos, Leo y CR7 comparten la pasión por los autos. Por los autos potentes, lujosos y caros. La diferencia, porque siempre habrá grieta entre ellos dos, no sólo radica en cómo los exponen, sino también en la elección de los vehículos. El garage de Messi tiene un par de súper deportivos y un puñado de SUV de alta gama, acorde también con ese gen familiero que se le reconoce.
La cochera de Ronaldo es sencillamente impactante, alrededor de una treintena de autos valuados en más de nueve millones de euros. Y todos de una elevadísima sofisticación.
La “modesta” dotación de Leo
Los autos que mayormente se le ha visto manejar son Audi, pero había en el medio una obligación contractual: la marca alemana era auspiciante y proveedor oficial de autos del Barça, y en el vínculo había una cláusula por la cual los integrantes del plantel de futbol profesional debían asistir a los entrenamientos en los vehículos que les entregaban a cada uno antes de comenzar la temporada.
Ahora ese panorama cambió porque el Barça rompió con Audi, después de 13 años de vínculo, y firmó con la española Cupra, la nueva marca de Seat, también perteneciente al Grupo Volkswagen, que tomó la denominación que les daba a sus modelos deportivos para darle vida al nuevo sello vinculado con la potencia y el confort.
Sucede que la irrupción de Cupra en el mercado es tan incipiente que por ahora tiene un solo modelo a disposición en el mercado, el SUV Ateca, un dechado de robustez, caballos y deportividad, que sin embargo no apareció todavía en la ciudad deportiva del Barcelona conducido por alguno de sus astros. También hay una diferencia respecto del auspiciante automotor anterior: Cupra no exige que los futbolistas usen sus modelos.
La Ferrari F430 Spider, producida hasta 2009, es una belleza diseñada por la casa Pininfarina, con motor V8 de 490 caballos de potencia, acoplado a una caja automática de seis velocidades tipo F1, que tarda 150 milésimas de segundo en cambiar de marcha. Su velocidad máxima es de 311 kilómetros por hora. Como en la cupé 430, la parte trasera de la carrocería conserva la pieza de plástico transparente a través de la cual se ve el motor. Está valuada en alrededor de 200.000 euros.
El Porsche Panamera es una berlina de cinco puertas con un perfil, obviamente, muy deportivo, como marca la tradición de la marca. Tiene el V8 de 4.8 litros y 400 CV que también equipa al Cayenne, aunque con modificaciones realizadas específicamente para este modelo. Acelera de 0 a 100 km/h en 5,4 segundos y alcanza una velocidad máxima de 283 km/h. Para saciar el apetito de velocidad de la Pulga, el grado de conducción más dinámico se alcanza al pulsar el botón "Sport Plus". Con ese modo activado, el cambio de marchas (siete secuenciales) es extremadamente rápido, tanto que entre la primera y la segunda llega a ser fugaz. Tanto que no se nota estar al volante de una nave de cinco metros de longitud.
Emulando a los Dukes de Hazzard, serie estadounidense de los 70 en la que dos hermanos granjeros que manejaban un Dodge Charger anaranjado, el General Lee, Leo tiene una evolución del siglo 21 de este clásico entre los muscle cars americanos. Este SRT8 porta un motor HEMI V8 de 6.1 litros que desarrolla 425 caballos de fuerza y un torque de 560Nm, con lo que acelera de 0 a 100 km/h en cinco segundos. Su interior cuenta con estilo deportivo y acabados en fibra de carbono, mientras que por fuera tiene llantas de 20 pulgadas SRT, escapes cromados de 3,5 pulgadas, defensa con deflector de aire y conductos de refrigeración de frenos.
Otro americano es el SUV Cadillac Escalade de 2015, un tanque. Bajo el capó de aluminio hay un enorme 6.2 litros V8 de inyección directa con desactivación selectiva de cilindros, inyección directa y alzado variable de válvulas, entre otras medidas. Desarrolla 420 caballos y se acopla a una caja automática Hydra-Matic 6L80 de seis velocidades. Pero dado que Leo tiene una familia que transportar, con tres chicos, no es menor el interior: tres filas de asientos (las dos primeras calefaccionadas), reproductor de DVD o Blu-Ray y sistema de entretenimiento trasero con pantallas de 9 pulgadas. Para que Thiago, Mateo y Ciro no se aburran. Una anécdota: circula en redes un video donde se ve al Escalade de Leo golpeando levemente contra un muro en la ciudad deportiva del Barcelona. La Pulga iba como acompañante; manejaba Marcelo D’Andrea, Dady, uno de los masajistas de la Selección Argentina y amigo de Leo.
También de grandes dimensiones y capacidad para ocho pasajeros, y un completo menú de entretenimiento en su habitáculo es el Lexus LX570. Este 4x4 de la marca de lujo de Toyota porta otro V8, el i-Force de 5,7 litros y 32 válvulas, de 381 caballos. La tracción permanente a las cuatro ruedas incorpora un diferencial central con bloqueo electrónico y asistencia de tracción de deslizamiento limitado basada en frenos. Este modelo, fabricado entre 2007 y 2015, presenta un control de crucero fuera de carretera a baja velocidad. Hasta 16 kilómetros por hora la velocidad deseada se mantiene mediante un sistema que monitorea de cerca las velocidades de las ruedas y trabaja el acelerador y los frenos para garantizar la tracción en terreno difícil
Leo tiene dos Range Rover. Uno en su versión Evoque de color blanco, que se trata de un SUV urbano con un motor Ford de dos litros de 240 caballos, y caja automática de seis velocidades. En su versión Prestige, tiene llantas deportivas e interior deportivos, además de una batería de elementos de seguridad. Y también tiene el buque insignia de la marca, el todoterreno de cinco plazas, motor de 565 caballos y fenomenales prestaciones. Por caso, viene equipado con el ‘All-Terrain Progress Control’, un complemento al sistema de tracción 4x4 que permite alcanzar la velocidad deseada tras soltar el freno y sin pisar el acelerador.
En 2012, Messi compró una Maserati Gran Turismo MC Stradale, pero en 2017 apareció a la venta en un portal de e-commerce de autos de España, en 120.000 euros. Con 46 mil kilómetros recorridos por aquel entonces, el dueño publicitaba el auto con marketing futbolero: “Mantiene los detalles originales de Messi", afirmaba, con la única salvedad de que el color original había sido cambiado: el blanco Bianco Eldorado elegido por Leo, que combinaba con llantas negras, había mutado a un acabado negro con detalles en rojo. Es una cupé con motor V8 de 4.7 litros, capaz de desarrollar 450 CV de potencia, que alcanza los 301 km/h y acelera de 0 a 100 km/h en 4,5 segundos. Su caja es automática de seis velocidades con un embrague multidisco. Y el interior, lujoso, cuenta con asientos deportivos de fibra de carbono tapizados en Alcántara.
Le habían atribuido la multimillonaria compra de una Ferrari 335 S Scaglietti Spider de 1957, por la que se decía que había pujado en una subasta con CR7. En una feria Retromobile de París, un coleccionista anónimo pagó 35 millones de euros. “Hay reportes de que podría ser Messi, según el comunicado de prensa de la empresa italiana” escribió el diario Sport el 11 de febrero sobre el auto que Stirling Moss manejó en el Grand Prix de Cuba en 1958. Al día siguiente, Messi desmintió el rumor con un ingenioso posteo en Instagram: “Este es el auto que me compré”, decía, acompañando una foto del Rayo McQueen, el protagonista de la película animada Cars.
La opulencia de Cristiano
Los más de 188 millones de seguidores que Cristiano Ronaldo tiene en su cuenta de Instagram suelen enterarse de las novedades automotrices del portugués. Todavía no se le vio foto alguna conduciendo un modelo Jeep, auspiciante de la Juventus e integrante del grupo Fiat Chrysler, que a su vez es propietario de la Juve. El último posteo referido a su flota fue para mostrar el McLaren Senna 720S que acababa de comprar en mayo. Es un súper deportivo que la casa británica construyó en homenaje al extinto piloto brasileño, del que sólo se produjeron 500 unidades y cuesta un millón de euros. Con un motor 4.0 V8 biturbo de 800 CV, una máxima de 340 kilómetros por hora, y la apertura vertical de las puertas. Una maravilla.
CR7 también presumió en sus redes de otros dos reyes de la velocidad, ambos Bugatti, marca de la que es fanático. Primero se compró un Veyron Grand Sport Vitesse 16.4, impulsado con un motor central W16 que tiene como base la unión de dos motores V8 (de ahí su denominación) que lo dotan de una cilindrada total de 7.993 centímetros cúbicos. Acelera de 0 a 100 en 2.47 segundos y su velocidad máxima llega a los 431 km/h. En 2015 fue el vehículo más caro del momento, se vendía por 1,8 millón de euros.
Luego adquirió el Bugatti Chiron, en 2017, y lo presentó con la leyenda “el nuevo animal ya está en casa”. Es un auto muy bajo y tiene un aspecto más agresivo y maduro que el Veyron, pero sus prestaciones son similares. También tiene un motor W16 de 8 litros en posición central que le permite llegar a los 420 kilómetros por hora con sus 1.500 caballos. Acelera de 0-100 en menos de 2,5 segundos. Su precio: 2,4 millones de euros. Bugatti construyó este año Le Voiture Noire, el auto de producción más caro del mundo, ya que cuesta 11 millones de euros. Es decir: casi un tercio del ingreso de CR7 en un año. La casa francesa sólo produjo una unidad, en homenaje al 110 aniversario de la marca. Y hubo rumores que le adjudicaron al portugués haberlo comprado, lo que nunca se confirmó.
Ronaldo tiene dos Ferrari. Una F12 Tour de France (tdf), con la que la marca le rinde tributo a la carrera de ciclismo más emblemática del mundo. Cuenta con un propulsor V12 de 6,3 L de cilindrada, que rinde 780 caballos. Es capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en 2,9 segundos. Su velocidad máxima es superior a los 340 km/h y puede frenar de 100 a 0 km/h en sólo 30,5 metros. Otra Ferrari es la 599 GTB Fiorano, con un V12 de 6 litros y 612 caballos, que llega a 330 km/h. Su caja de cambios era manual de 6 velocidades. En verdad tuvo dos 599: la primera la chocó contra un túnel en Manchester. Por eso, invirtió 224.000 euros en una segunda.
Cuando mostró el Lamborghini Aventador, CR7 generó una ola de memes por la pose frente al auto, duro, como cuando festeja un gol. Se lo compró para un cumpleaños y en 2017 apareció en una zanja. La versión oficial del accidente fue que se produjo por una lesión en la muñeca. Este auto porta un motor V12 del coche alcanza los 700 caballos de potencia y su velocidad máxima es de 350 kilómetros por hora. Acelera de 0 a 100 en 2,9 segundos y tiene tracción integral. Precio: 230.000 euros.
Sólo cuatro unidades del Koenigsegg CCX de 2009 se construyeron, y Cristiano tiene una de estas joyas automovilística sueca. Su motor V8 de 4,7 litros produce 1.018 caballos a 7.200 rpm. Fue el tercer automóvil de producción más potente del mundo, después del SSC Ultimate Aero TT3 y del Bugatti Veyron Super Sport. Acelera de 0 a 100 km/h en 3,2 segundos y desarrolla una velocidad máxima de 402 km/h. Cuesta 3,4 millones de euros.
Mucho más terrenal es el Porsche 911 Carrera S de 2009, de “apenas” 88 mil euros. Se impulsa con un motor naftero de inyección de 3.8 litros y alcanza una velocidad máxima de 307 km/h con sus 385 caballos de potencia. Es capaz de acelerar de 0 a 100 en 2,7 segundos.
Para los paseos en familia, el portugués elige el Rolls Royce Cullinan. Este año junto con su esposa, Georgina Rodríguez, viajó hasta Milán para retirar el primer SUV realizado por el fabricante inglés. El nombre del vehículo, Cullinan, se inspira en el diamante en bruto más grande jamás encontrado, una pieza de más de 3.000 kilates. Dispone de un impulsor 6.75 V12 Twin-Turbo de 571 caballos capaces de alcanzar los 250 km/h de velocidad máxima. Está construido en aluminio porque se inspira en el icónico Rolls Royce Phantom. Tanto por fuera como por dentro. Sólo se fabrica en color blanco. El precio original es de 300 mil euros, pero CR7 pagó 100 mil más para personalizar hasta la matrícula: quería el número 007.
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