Es un modelo para soñar. Primero porque es muy poco lo que se conoce del primer –y resistido- SUV de la historia de Ferrari. Y segundo porque por ser un proyecto enmarcado en los parámetros de diseño, calidad y deportividad que engloba la casa del Cavallino, merece todo el crédito posible. Lo tiene largamente ganado.
La aparición prevista para 2022 de su primer vehículo sport utility tal vez signifique para Ferrari la bisagra más importante de su historia. Pondrá a la casa de Maranello en jaque frente a los fanáticos y a los puristas de la deportividad. Tal es así que el propio CEO de la marca, Louis Camilleri, no ha dejado pasar oportunidad para recalcar que no será un SUV convencional, sino que “interpretará nuevos parámetros”. Incluso el nombre, Purosangue (pura sangre en castellano) busca impregnar al modelo con la tradición ferrarista y amortiguar así el estigma que inexorablemente implicará el aterrizaje en el universo SUV.
Por el momento es muy poco lo que se conoce del Purosangue, porque dada la sensibilidad del proyecto Ferrari no ha dejado ventilar ningún detalle de estilo o mecánica sobre su nueva creación, pero sí trascendió que el diseño ya se ha aprobado internamente.
Hasta el año pasado, la férrea postura del CEO Camilleri hacía suponer que tal vez el SUV italiano no vería nunca la luz. Al mandamás de Ferrari le asignan haber dicho que no quería ver la palabra SUV asociada a su marca. Lo cierto es que la industria y el negocio van hacia un escenario despojado de preconceptos. Y por supuesto Ferrari no quiere quedarse afuera.
De hecho varias de las otras marcas más exclusivas del planeta ya incursionaron en el territorio SUV y no perdieron prestancia ni prestigio. Está claro, de todas maneras, que Ferrari es Ferrari. Pero Lamborghini tiene el crossover Urus, Aston Martin el DBX, Bentley el Bentayga y Rolls Royce el Cullinan.
Más terrenales fueron las declaraciones recientes ante la prensa del director de tecnología de Ferrari, Michael Leiters, quien incluso se animó a filtrar algunos detalles. "Creo que hemos encontrado un concepto, que convencerá a los clientes SUV que lo compren, pero por otra parte se diferencia notablemente del concepto de los SUV existentes. Estoy convencido de este automóvil y su concepto técnico".
El propio técnico ferrarista admitió que el Purosangue se realizará sobre la nueva plataforma que Ferrari está diseñando para sus modelos con motor central-delantero. Permite, a su vez, diversas distancias entre ejes y también varias motorizaciones, desde un V6 a un V12, incluso propulsiones híbridas. Un dato que no escondieron en Maranello: el Cavallino que se está gestando tendrá una suspensión "nueva e innovadora".
A pesar de tener una concepción más familiar, el Purosangue -se presume- estará enfocado en honrar la estirpe de la marca en carretera. Su potencia máxima rondaría los 700 caballos, pero también se especula con que podría replicar el esquema híbrido de la SF90 Stradale, el primer deportivo híbrido de la marca que este año vio la luz. Si fuera así, estaría sumando unos 220 caballos más con los motores eléctricos y podría totalizar unos 1.000 caballos de fuerza totales.
A soñar entonces.
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