Ford puso en marcha el proyecto de competición que derivó en la aparición de las cupé GT40, ganadoras en cuatro ocasiones de las 24 Horas de Le Mans, para cortar con una racha de ocho victorias en 12 ediciones de dicha competencia que llevaba Ferrari hilvanadas. Aquella racha del Cavallino Rampante se inició en 1954 con el triunfo conseguido por el binomio José Froilán González y Maurice Trintignant.
La victoria del Cabezón González, uno de los niños mimados de Don Enzo, tiene una pátina de bronce como toda su carrera. Pero el origen de aquella gesta de 1966 estuvo en los negocios y no en la pista, porque si Ford se propuso vencer a Ferrari en Le Mans fue por un afán revanchista. Y ese espíritu de altísima competición, al borde de lo bélico, promete verse reflejado en la película que llevará semejante rivalidad a Hollywood.
Ford vs. Ferrari, el título original, o Contra lo imposible, el nombre con el que se promociona en Latinoamérica, se estrenará en noviembre y es un film protagonizado por los ganadores del premio Oscar Christian Bale (obtuvo la estatuilla por su papel secundario en El ganador) y Matt Damon (galardonado como guionista de Mente Indomable). Se meten en la piel dos roles clave en la concreción del primer triunfo del Ford GT40 en Le Mans, coronado en 1966, que dio inicio a una serie de cuatro triunfos consecutivos para el auto. Damon es Carroll Shelby, ex piloto devenido en carrocero de alta performance que fue convocado por Ford para encabezar el proyecto deportivo. Y Bale es Ken Miles, el indómito piloto que tracciona el plan desde las pistas, aunque, paradójicamente, se quedó sin el triunfo en los últimos metros de aquella memorable carrera francesa.
La película, el relato de una hazaña contado en ella, ya se vislumbra en los dos tráilers difundidos por 20th Century Fox, el estudio responsable del filme. El último de ellos fue descubierto a mediados de septiembre. Y en ambos queda de manifiesto la singular relación entre Shelby y Miles, que en definitiva es la médula del del guión de la obra. Y una carrera, la más importante del mundo para Endurance, como marco. Por eso se trata de un filme que todos los amantes de los fierros, en especial de la competición, tienen que ver.
El primero de los teasers, matizado musicalmente por Gimme Shelter, de los Rolling Stones, se cierra incluso con una escena que generó controversia: se lo ridiculiza a Henry Ford II, nieto del fundador y entonces máximo responsable de la compañía, quien en la ficción rompe en llanto después de ser llevado a toda velocidad por Shelby en un GT40. Edsel Ford II, su hijo, anticipó que tras haber dicho tráiler probablemente desistirá de ver la película. “Yo estuve en Le Mans en 1966. Y creo que no iré”, advirtió uno de los herederos del Óvalo.
La película cuenta los entretelones de aquella carrera de 1966. Y lo que pasó en los años previos fue nada menos que el desplante de Ferrari frente a la oferta de Ford para comprar la casa de Maranello, en una negociación que incluso tenía fijado el número final, 15 millones de dólares. Una última revisión a la letra chica del convenio llevó a Don Enzo a la decisión de retirarse: pretendía mantener el poder sobre las estructuras de competición de la marca, ya que la elección de los pilotos siempre fue una de sus debilidades. Y el Ovalo promovía el poder de veto sobre cualquier decisión. Una diferencia insalvable que dio origen a la leyenda.
Y la leyenda es lo que se verá en la película dirigida por James Mangold, quien cuenta en su legajo con obras de relevancia, como Johnny y June (la vida de Johnny Cash), 3:10 a Yuma (protagonizada por Chistian Bale) y dos de los últimos episodios de la saga X-Men, Wolverine y Logan.
Los dos primeros adelantos son prometedores. Un negocio frustrado, un proyecto, los conflictos de quienes lo encabezan, una victoria, la de Ford, que da origen a cuatro seguidas en Le Mans; una claudicación, de Ferrari, que nunca más volvió a ganar en la carrera más importante del mundo; una coronación como diseñador, de Carroll Shelby; y un increíble desenlace, el de Ken Miles, en una carrera y con un auto que había sido diseñado para que brillara. El riesgo de las películas que recrean un momento histórico es que son un spoiler alert en sí mismas. Pero aún así, por lo visto en los trailers, será una atracción para los fierreros.
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