Herramientas, molinillos de café, máquinas de coser, bicicletas, motos, automóviles, utilitarios… Históricamente Peugeot diversificó su apuesta industrial y supo adaptarse a necesidades y oportunidades de cada época.
Consolidado como fabricante de automóviles, tras los efectos devastadores de la Segunda Guerra Mundial, la planta de Sochaux se volvió a activar con el 203. Lo siguieron conocidos 403 y 404, dos modelos que consiguieron la masificación de las ventas de Peugeot a nivel global y también resultaron ser el cebo para la instalación de plantas industriales fuera de su país de origen.
Tres fueron los mejores frutos del maridaje que tuvo en esa época Peugeot con la renombrada casa italiana de diseño Pininfarina; los tres se vendieron y se produjeron en el país, con lo que se sentaron las bases del prestigio de la marca francesa en Argentina: los ya mencionados 403 y 404, y el mítico 504, del que se acaban de cumplir 50 años de su presentación.
Dispuestos a dar las gracias por los servicios prestados y pasar a retiro al 404 en Francia, Pininfarina y el centro de diseño de Peugeot dieron idas y vueltas con los bocetos de un automóvil que por un lado mejoraría el comportamiento, el confort de marcha, la habitabilidad y las prestaciones del modelo a suplantar, y por el otro propondría una apariencia más rupturista, elegante y moderna.
Cuenta la historia oficial que el característico y abrupto corte de la cola del 504 se debió a que, en un momento del proceso creativo, los diseñadores de Pininfarina pegaron láminas de tergopol sólo para crear un volumen que después irían a trabajar, mientras los responsables de Peugeot creyeron ver una propuesta finalizada, ¡y que además era de su agrado!
La presentación del frente hecha por Pininfarina no convencía a los franceses, que retrucaron con un dibujo donde se detallaban los faros trapezoidales. El propio Sergio Pininfarina aceptó la contrapropuesta con una exclamación: "¡Es la mirada de Sophia Lauren!". Así, dio por entendido que no podía haber nada más sensual y elegante que los ojos de la gran diva italiana de la época.
Otra curiosidad de este proceso fue que el jefe de diseñadores en Pininfarina en esos tiempos y a quien se adjudica el diseño del auto, Aldo Brovarone, tuvo un pasado rico de anécdotas en Argentina. En 1949, a sus 23 años, llegó a nuestro país para trabajar de dibujante en una agencia de publicidad. Luego fue contratado por Autoar, firma que llevó adelante uno de los primeros intentos de construir autos concebidos en Argentina en serie. Y también tuvo su paso por las Industrias Siam Di Tella, donde diseñó una de las heladeras emblemáticas del gigante industrial argentino. De regreso a Italia en 1952, las puertas se abrieron para trabajar en Pininfarina.
Hacia mediados de 1968, el 504 estaba pronto y el ambiente en Francia convulsionado con las derivaciones del movimiento del Mayo Francés. Su lanzamiento fue postergado debido a estas causas, pero a comienzos del mes de octubre, en el Salón del Automóvil de París, el 504 conquistaba a la prensa y los visitantes por partida doble, en el stand de Peugeot y en el de Pininfarina.
504 en el código de área 54
Apenas 10 meses después, y con el antecedente de ser elegido "Auto del Año" en Europa, el 18 de agosto de 1969 se presentaba el 504 en territorio nacional, con los requisitos de integración necesarios para ser considerado orgullosamente "Made in Argentina". Se producía en la planta que SAFRAR (Sociedad Anónima Franco Argentina de Automotores) tenía en Berazategui, luego de procesos de ingeniería mecánica y financiera que determinaron la adopción de un eje rígido posterior y mayor despeje (suspensión África) en lugar de la suspensión independiente europea. La producción del motor de los 404 continuaba y encontraba espacio también en el 504.
Argentina 1969; el hombre en la Luna y entre nosotros el Cordobazo y la dictadura de Juan Carlos Onganía. Nuestro país también vivía un momento de convulsiones e incertidumbre, pero la industria automotriz nacional seguía adelante. Casi en simultáneo con Europa se ofrecía un modelo de lujo fabricado en Argentina. El 504 fue presentado a la prensa en el autódromo de Buenos Aires el 18 de agosto. Luego de manejarlo, muchos de esos periodistas lo eligieron como Auto del año 1969 también en Argentina.
Entre nosotros, el 404 continuaría vigente por muchos años, popularizándose como taxi hacia el ocaso de su vida en su versión Diesel. Pero el 504 era todo lo elegante y moderno que pedían los clientes de clase media-alta, que no tenían hasta entonces opciones de origen europeo tan sofisticadas, debiendo inclinarse por los autos compactos de matriz norteamericana (Ford Falcon, Chevy, Dodge, IKA Torino), de mayor tamaño y precio.
El 504 no tenía competencia. Era relativamente económico en su uso, ágil, robusto, muy habitable y ofrecía a sus tripulantes un confort de marcha legendario. Aquella primera versión argentina, que se caracterizaba por sus faros delanteros redondos y dobles, contaba con un motor 1.6 litros de 76 CV. Entre su equipamiento se destacaban el techo corredizo (a esta altura una marca registrada de los Peugeot), las butacas individuales con respaldos reclinables y los cinturones de seguridad con base reforzada.
En 1971 salió en Europa la variante familiar del 504, que apertura de la época de la "Plata Dulce" mediante llegó en cantidades razonables a la Argentina, primero importada de Francia y luego armada en Uruguay. En 1972 apareció la versión con motor 1.8 litros (87 CV DIN) y faros trapezoidales, y en 1973 el 504 recibió una cirugía menor para la serie X, que ofrecía tres niveles de equipamiento: la versión full, el XSE, fue el primer auto del mercado argentino que ofreció pasacassette. Para entonces el 504 ya estaba consolidado como auto de lujo, aunque su popularidad en ventas crecía al mismo tiempo que aparecían sus primeros rivales en el mercado argentino (tangencialmente los Fiat 125, y Opel K180, directamente el Ford Taunus) y coronaba con éxitos sus incursiones deportivas a nivel internacional y, especialmente, nacional.
Si bien a grandes rasgos la estética del 504 se mantenía inalterada, en 1976 comenzó a ofrecerse el motor 2 litros, con una potencia que se incrementaba a 96 caballos, en el caso de las versiones con carburador doble boca. Un año después aparecía el aún más potente TN (110 caballos), la variante más deseada en su momento y más buscada en la actualidad, construido en pequeña serie para poder ser homologada para su uso en competición.
En 1980 aparecía en Europa la pick up, cuyo plan de producción tendría una de sus patas en Argentina a partir de 1981, para competir aquí inicialmente contra la oferta de camionetas nacionales de matriz norteamericana y las japonesas de importación.
El inicio de la década del 80 también acarreaba el cambio de la razón social de su representante y fabricante en Argentina. SEVEL iniciaba sus operaciones de fabricación conjunta de modelos de la marca Fiat y de Peugeot. El 504 seguía siendo una de las bazas de su apuesta comercial.
A medida que llegaban a nuestro mercado modelos más modernos (el Renault 18 en 1981, el Ford Sierra en 1984), el Peugeot 504 también se iría renovando en su propuesta. En 1983, el restyling que proponía la serie GR II, con paragolpes, parrilla y molduras inferiores plásticas, cambios en los faros, llantas y retoques en el interior, le auguraba una vida dilatada, a la vez que su orientación iba mutando debido a su propuesta técnica que empezaba a sentir los años. La aparición del 505 en sus propias filas le discutía además su cetro de lujo, habitabilidad y confort de marcha.
Para su tercera y última década de existencia en el mercado argentino el 504 estrenaba un restyling firmado nuevamente por Pininfarina y los primeros años después de la renovación marcaban nuevos récords en la venta de autos en Argentina en general y el 504 en particular. En 1994, ya con 25 años sobre sus espaldas, y con costos industriales amortizados que redundaban en un precio muy tentador, el 504 conseguía su mejor año de ventas, con 24.970 unidades comercializadas. Era elegido por familias que lo compraban convencidos de su inigualable confort de marcha, su robustez legendaria y su atractivo precio para su tamaño. Pero sobre todo por taxistas que encontraban los mismos atributos, y que a lo largo de la década lo eligieron para inundar con sus características formas, pintadas de negro y amarillo, las calles de Buenos Aires. Como en su momento lo fueron el Mercedes-Benz 170, el Siam Di Tella y el Peugeot 404, el 504 fue sinónimo de taxi porteño.
A las puertas de un nuevo milenio, el Peugeot 504 dejó de producirse en Argentina en el año 1999, luego de 30 años ininterrumpidos de fabricación. En ese camino, alrededor de 497.000 unidades del 504 salieron de planta a las calles de Argentina (y a unos pocos mercados de exportación). Treinta temporadas de producción, veinte desde su despedida. Cincuenta años en los que el Peugeot 504 ha sido parte de la vida de todos los argentinos.
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