Fue uno de los autos de calle más rápidos de su época. La Ferrari 212 Inter Coupé esconde bajo su capot un motor V12 de 150 caballos que por entonces le permitía llegar a una máxima de 200 kilómetros por hora y acelerar de 0 a 100 en poco menos de 9 segundos. Nació como un purasangre con el que la casa de Maranello reafirmaba, ya en época de posguerra, aquella estirpe de competición forjada en los años previos en los distintos circuitos europeos. Y poco más tarde se transformó en la "Ferrari de Perón".
La 212 fue develada primera vez como evolución del prestigioso 166 en el Salón del Automóvil de Bruselas de 1951. Y volvió a consagrarse como máxima atracción en la muestra internacional del año siguiente en París. Justamente en aquella cita parisina fue descubierta por el entonces presidente argentino. Y ya no sería conocida solamente como Ferrari 212.
Una de las escasas 82 unidades que se produjeron llegaba un año más tarde a la Argentina para sumarse a la exclusiva colección del General. Era la 212 Inter Coupé by Ghia, porque más allá de que había sido construida en Maranello, Enzo Ferrari le había encargado la carrocería al especialista Giacinto Ghia, fundador en Turín de una de las casas de diseño más prestigiosas de Europa.
Perón fue un ferviente amante de los autos y el automovilismo. Y entre sus joyas más destacadas ostentó varias motos Siambretta, un Alfa Romeo 1900 CSS Touring, un Giulietta Sprint y un legendario Cadillac El Dorado II que nunca pudo manejar. Aquel desembarco de la Ferrari en Buenos Aires, incluso fue contemporáneo al nacimiento del Justicialista, un auto popular de industria nacional impulsado por el propio Perón que se fabricó entre 1953 y 1955 en las Industrias Aeronáuticas y Mecánicas del Estado (IAME).
La Revolución Libertadora que en 1955 derrocó al Gobierno peronista también clausuró la mayoría de las líneas de producción del Justicialista y marcó el inicio de un derrotero que parece no tener fin para la Ferrari de Perón. A tal punto que por estos días la 212 Inter está siendo subastada por tercera vez en un año y medio.
Hace pocos días, el famoso sitio de subastas de Estados Unidos, "Bring a Trailer", puso en marcha una nueva puja online. La 212 ya había sido subastada en enero de 2018 por RM Sotheby's, también en Estado Unidos, por 1,18 millones de dólares (casi la mitad de lo que se esperaba). Y luego en abril de ese año por 1,59 millones de dólares. Desde esta semana sumará un nuevo propietario a su extensa hoja de ruta, sólo resta esperar el valor de la transacción.
"Este 212 fue certificado por Ferrari Classiche en diciembre de 2017 y ahora el concesionario vendedor en Texas lo ofrece con un Libro Rojo (certificación de autenticidad de la marca), un informe de Marcel Massini (historiador de Ferrari), documentación original, fotografías de época, un kit de herramientas de fábrica, un manual del propietario original y un título de Arizona", detalla la publicación en la web.
Con Perón exiliado, algunos de sus vehículos fueron confiscados. La Ferrari 212 Inter Coupé quedó a cargo de los custodios del General hasta 1973, cuando pasó a manos del coleccionista argentino Conrado Tennino. En 1987 abandonó la Argentina y recaló en Estados Unidos, luego fue a Suiza y más tarde a Alemania, siempre bajo la órbita de distintos compradores y coleccionistas.
En 1989 la adquirió Uwe Ohlsen Automobile, una firma automotriz que decidió restaurar la unidad con un radical cambio estético: allí la pintaron, insólitamente, de amarillo y negro. Volvió a la Argentina en 1996 y hasta octubre de 1997 se exhibió en una sala de un concesionario de la firma italiana en Buenos Aires.
Tras un fugaz retorno a Alemania, la Ferrari de Perón fue vendida en 1999 a Lee Herrington, un popular coleccionista estadounidense devoto de los deportivos de Maranello. Ahora la espera un nuevo destino, aunque por las condiciones de privacidad de este tipo de operaciones será difícil conocerlo. ¿Quién dará más por su historia?
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