Por un lado, máximo prestigio, altísimos parámetros de calidad y tecnología y una majestuosa tradición de exclusividad y lujo. Mercedes, por supuesto, es mucho más que eso; nos refiere indefectiblemente a la interpretación máxima de la precisión y sofisticación alemanas. Por el otro, la justeza de años de desarrollo, el minucioso trabajo de ensamblaje japonés en esa tarea vanguardista de crear los mejores todo terreno del planeta.
El objetivo, un producto conjunto para hacerles más difícil la elección a los usuarios de pick ups de todo el mundo. ¿Quién podría resistirse ante una escultural pick con la Estrella en la trompa y la arquitectura japonesa detrás? Sucede que el mercado no es amigo de los preceptos de la industria. Por eso hoy este sueño vanguardista que pudo hacerse realidad hace un par de años ya tambalea y corre riesgo de convertirse en uno de los traspiés más resonantes de la industria.
Por estos días la multinacional Daimler, dueña de Mercedes-Benz, analiza dejar de producir la pick up Clase X en España, el único país donde se fabrica y desde donde se exporta al resto de Europa, Australia y Sudáfrica. La producción de la Clase X también iba a ser un hito para el mercado argentino, dado que iba a producirse en la planta de Santa Isabel que Renault tiene en Córdoba para exportarse a toda Latinoamérica.
En abril, abruptamente, Mercedes anunció la cancelación del proyecto en la Argentina y enmarcó su decisión en las difíciles condiciones económicas que atraviesa el país. "Las ganancias se vieron afectadas por los gastos iniciales de nuevas tecnologías, los costos de lanzamiento de nuevos productos y los efectos del tipo de cambio", afirmaron en aquel momento desde la casa matriz.
La realidad que jaquea a la Clase X en Europa, donde cuesta un 15% más que sus rivales, tiene que ver justamente con las ventas. Según explican varios medios especializados del Viejo Continente, Daimler esperaba colocar, en principio, unas 50.000 unidades anuales en Europa, Australia y Sudáfrica. Desde que el modelo se lanzó en 2017, sólo llegaron a 16.700 en total en esos tres países: menos de lo que vende la Toyota Hilux anualmente en la Argentina.
Existen también razones políticas que podrían conspirar contra el futuro inmediato de la Clase X. Sus dos principales ideólogos fueron el histórico CEO de Daimler, Dieter Zetsche, que en mayo se retiró de su cargo, y el ex presidente de Nissan, Carlos Ghosn, quien fue destituido y detenido en Japón acusado de mala conducta financiera.
Desde el retiro de Zetsche, y con la llegada de nuevos ejecutivos, en Europa cobra fuerza la posible ruptura de la alianza que la marca tiene con Renault y Nissan. La nueva cúpula directiva puso el foco en reducir gastos y aumentar la rentabilidad; y en direccionar las prioridades de la compañía hacia tecnología en materia de vehículos eléctricos y sin conductor. De hecho, hace pocos días Daimler y BMW anunciaron su joint venture para recuperar la iniciativa en desarrollos de vehículos con conducción autónoma frente al dominio de Silicon Valey.
Si bien resta la confirmación de la casa matriz sobre el futuro de la pick up, evidentemente el proyecto no tuvo el éxito esperado, pese a que la fórmula inicial parecía implacable.
Fotos y video: Prensa Daimler
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