La primera marca en apostar en un auto 'ecológico' fue Toyota con el Prius allá por 2009. A este grupo, luego se sumó Volkswagen con el Touareg y Cayenne.
La elección de traer un vehículo que combina un motor de combustión interna con uno eléctrico en vez de uno 100% eléctrico no fue aleatoria, Argentina no estaba preparada. A casi de diez años de este acontecimiento ¿está ahora preparada?
A diferencia de países desarrollados, Argentina estuvo durante mucho tiempo sin darle incentivos a los autos ecológicos, por lo cual su posicionamiento en el mercado los dejaba prácticamente fuera de juego y, eso anulaba las intenciones de múltiples marcas de traer algún exponente.
El primer cambio llegó en 2017 cuando el boletín oficial aseguraba una reducción del arancel extrazona -35 % puede pasar al 5% o quedar exento según la categoría-, al menos temporalmente.
La medida se tomó ya que se entendía que la industria automotriz a nivel mundial, se encontraba implementando un recambio de motorizaciones en virtud de la necesidad primaria de eliminar en parte: el impacto ambiental negativo derivado de la emisión de gases producto de la utilización de motores de combustión interna -principalmente motores de ciclo Otto y motores Diesel-.
Y que dicho recambio se manifiesta con la incorporación de los motores híbridos, eléctricos y de las celdas de combustible -que utilizan hidrógeno-.
Ese mismo año el Ministerio de Producción participó de la presentación de la tecnología que llevarán los cargadores eléctricos de YPF. De hecho la petrolera anunció que instalará 220 postes para autos eléctricos en 110 estaciones de servicio. Los dispositivos serían de carga rápida -alrededor de 5-30 minutos para el 90% de la batería-.
Al poco tiempo, YPF instaló en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires los primeros surtidores para autos eléctricos en el ACA del barrio de Palermo, y se prometían antes de fin de año otros 20 en ocho estaciones.
Si bien ya hay varios cargadores instalados ninguno funciona ya que, según algunos medios, el problema sería que YPF quiere cobrar por la energía, por lo cual el Gobierno tiene que autorizar dicha acción, una medida que es resistida por empresas de energía eléctrica.
A su vez, muestra serias deficiencias para enfrentar las grandes demandas energéticas, como por ejemplo en el verano donde los cortes son recurrentes.
Por lo cual, en la actualidad hay un solo cargador público disponible, y puede hacerlo porque es gratuito. Se trata del que presentó hace algunos días Axion que se convirtió en la primera compañía petrolera en Argentina en ofrecer energía para los autos eléctricos, tras sellar una alianza con Enel X para la provisión de cargadores eléctricos en sus estaciones de servicio.
Para tener una idea, en España hay 4.800 puntos de recarga, de los cuales 3.000 son públicos, y proyectan que si se confirman las estimaciones de ventas en 2030 necesitarán 50.000 puntos públicos
En este panorama local, sólo hay dos modelos que podrán recargar sus baterías. El primero es el Renault Kangoo ZE, que es el único modelo cien por ciento eléctrico que se comercializa en el país a un valor de 1.201.200 pesos.
El otro es un híbrido enchufable, el Mercedes-Benz GLC 350e -de la familia EQ de la marca alemana-, que cuesta 88.500 dólares. Pero desde hace un tiempo la marcha china Baic tiene en proceso de homologación el EX 260, y en enero Nissan lanzará la preventa del Leaf, que sería el primer auto -Kangoo es "Utilitario"- eléctrico.
Para comparar otra vez la situación, en España se calcula que hay unos 25.000 vehículos en circulación, y se estima que para 2030 la cifra aumente hasta 2,4 millones para alcanzar los 24 millones en 2050. Pero Jordi Sevilla, presidente de la Red Eléctrica de España (REE), se mostró confiado, y aseguró que en la actualidad no importarían las horas que se recarguen los vehículos ya que la red tiene la capacidad necesaria.
Argentina esta atrasada en materia ecológica, por eso las marcas optan por mecánicas híbridas todavía -Lexus trajo múltiples modelos con esta tecnología-, pero al menos ya cambio el rumbo, ahora solo resta transitar el cambio, que es lento.