Ocurrió en la madrugada del domingo en la intersección de las avenidas Juan B. Justo y Santa Fe, en el barrio porteño de Palermo. Un Audi R8 hizo trompos en plena calle, interrumpiendo el tránsito en un cruce de alta circulación. Circulaba por Juan B. Justo sentido hacia avenida Libertador, habilitado por el semáforo cuando se decidió a cruzarse de carril y girar con el freno de mano dibujando las huellas de los neumáticos en el asfalto.
Con impunidad, descaro y arrogancia, el conductor alteró la normalidad del cruce, concentrando la atención de quienes circulaban en su mismo destino y de los vehículos detenidos de la mano contraria sentido a Liniers (entre ellos un colectivo 166 que se dirigía a ingresar al carril central del Metrobús). Desde un automóvil filmaron cómo el Audi R8 coupé de color rojo derretía el caucho de sus gomas, de manera violenta e imprudente.
Las marcas aún persisten en el asfalto. La unidad involucrada en la maniobra imprudente es un súper deportivo, buque insignia de la marca premium del Grupo Volkswagen. Monta un motor central trasero común a las dos versiones de su segunda generación, lanzada en 2015. El V10 atmosférico de 5,2 litros eroga hasta 610 caballos de potencia en su versión más extrema, el R8 V10 plus. Puede acelerar de 0 a 100 km/h en 3,2 segundos y presume de una velocidad final de 330 km/h.
Su valor asciende a los 420 mil dólares y en 2018 apenas se patentaron dos unidades en los concesionarios oficiales de la firma alemana. Está vestido con partes en fibra de carbono y, según la definición de la propia marca, "con el sorprendente alerón trasero que merece una mención especial consigue que aumente la carga aerodinámica en el eje trasero y muestre una impresión de atletismo en general".
El video fue subido a las redes sociales y después levantado. Testigos denuncian que el Audi luego circuló a alta velocidad por la Panamericana. Distintas ONG de familiares de víctimas de la inseguridad vial reclamaron que el conductor fuese identificado. El conductor viviría en la zona de Puerto Madero y sería, lógicamente, de alto poder adquisitivo.
Se le realizó una denuncia por infringir lo normado en el artículo 193 bis que prevé penas de prisión de seis meses a tres años e inhabilitación para conducir el doble del tiempo de la condena para "aquel conductor que creare una situación de peligro para la vida o la integridad física de las personas, mediante la participación en una prueba de velocidad o de destreza con un vehículo automotor, realizada sin la debida autorización de la autoridad competente". La Fiscalía porteña PCyF 11, a cargo de la doctora Andrea Escanga y del secretario Fernando Pérez Bustos, avaló la investigación y dispuso el levantamiento de cámaras del domo ubicado en la intersección de Juan B. Justo y Santa Fe para investigar el caso.
En mayo del año pasado, sucedió algo similar a pocas cuadras. En la esquina de Honduras y Godoy Cruz, un Toyota 86 también coupé y también rojo realizó trompos a gran velocidad de una manera más imprudente: muy cerca de los otros autos y de la vereda.
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