La industria automotriz volcó su norte en la electrificación. Las grandes marcas se pronunciaron a favor de instaurar políticas ambientales en su mecánica, en consonancia con una tendencia sociocultural que excede a las corporaciones. Porque es la constelación de pequeñas firmas y start-ups las que obligaron al sector a estimular la investigación y producción de automóviles eléctricos.
Sondors, por ejemplo. La empresa de tecnología Sondors Electric Car Company es idea de Storm Sondors. Nació en 2015 como fabricante y distribuidor de bicicletas eléctricas, a través de una exitosa campaña de crowdfunding. "No pudimos detenernos allí. Como creemos que el transporte limpio y asequible debe ser la norma, no la excepción, tomamos una gran idea y la convertimos en realidad. Construimos un auto eléctrico", explica en su página web.
El propósito, aseguran los fabricantes, es que el vehículo cambie las reglas del juego en el mundo del transporte eléctrico. Su finalidad es presentar soluciones eficientes de movilidad y democratizar el mercado de los autos de propulsión sostenibles, hacerlos para todos. Sondors quiere llevar a producción en serie al vehículo eléctrico más económico del mercado en un plazo inminente.
El auto tendrá un costo cercano a los diez mil dólares, podrá ser configurado y personalizado de manera online y comprarlo por la misma vía. La marca apuesta por un formato de venta sin distribuidores. El usuario recibirá la unidad en su domicilio. "Cada propietario tendrá un manual, un video explicativo y soporte técnico disponible las 24 horas del día los siete días de la semana", aseguró su máxima autoridad.
El auto eléctrico es en verdad un triciclo para la legislación estadounidense. Al tener tres ruedas, los costos de homologación se reducen y se traducen al precio final del vehículo, sensiblemente inferior al que rige en el mercado.
Su precio accesible y popular no ahorra en diseño, confort, seguridad y calidad de fabricación. Con capacidad para tres personas distribuidas en dos asientos delanteros y uno trasero, asume una carrocería con líneas futuristas, una apariencia elegante y diseñada con un dejo de minimalismo, en consonancia con las últimas tendencias automotrices, y dispone de un interior convencional, salvo por su configuración 2+1.
Su peso es de apenas 816 kilos. Tiene aire acondicionado, calefacción, sistema de sonido, ventanillas eléctricas, airbags, puertos auxiliares, control de tracción, celda de seguridad, sistema de frenado regenerativo y frenos antibloqueo, características habituales en un auto promedio. Dispone de una autonomía de 120, 240 ó 320 kilómetros según el tipo de batería de iones de litio que, eso sí, incrementarán el precio en unos tres mil dólares.
El Sondors tendrá tracción delantera y suficiente potencia para alcanzar los 96 kilómetros por hora desde parado entre cinco y ocho segundos. Por el momento, sólo es un prototipo experimental con buenos pronósticos de fabricación. La incipiente automotriz planea realizar las primeras entregas en abril del año próximo.
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