Maan al Sanea integró en 2007 la lista Forbes de las 100 personas más ricas del mundo. Diez años después fue arrestado por las autoridades de Arabia Saudita por incumplir pagos de una deuda que su empresa, Grupo Saad, arrastraba desde 2009. Para saldar uno de los déficits más importantes del siglo, el gobierno árabe extenderá la subasta de bienes del magnate hasta el 15 de mayo, cuando comience la celebración del Ramadán.
El 18 de octubre de 2017 al Sanea fue detenido, debido a una disputa con el consorcio Algosaibi Group que significó el mayor colapso financiero del país: se registró una deuda no pagada de 22 mil millones de dólares en bancos locales e internacionales.
Las deudas del grupo empresario ascienden a varios miles de millones de dólares. Sus activos inmobiliarios incluyen veinte parcelas de terreno y propiedades privadas por un valor de apenas 3,92 mil millones de dólares. Entre los inmuebles se destaca uno de medio millón de kilómetros cuadrados que alberga decenas de edificios lujosos y una planta de tratamiento de aguas residuales. Los bienes inmobiliarios participarán de la subasta que compensará la deuda a acreedores.
El remate de bienes comprenderá también una flota integrada por 923 vehículos propiedad de la sociedad de empresas del multimillonario saudí. Son camiones, colectivos, autos de traslado y protocolo. A estas unidades de servicio deben agregársele 26 automóviles de la fastuosa colección privada de Maan al Sanea. En tierras donde los autos se convierten en instrumentos pretenciosos de puro lujo, modelos Rolls-Royce, Cadillac y Hummer se subastarán para cancelar las deudas de su dueño.
El domingo 18 de marzo comenzó el remate al que asistieron miles de saudíes. La subasta fue pública y la promocionaron desde la televisión, las redes sociales y las publicidades estáticas. En el primer día de una extensa puja que se prolongará por la cantidad de unidades en disputa, la carretera de acceso al lugar donde se celebró la subasta estuvo colapsada por la cantidad de interesados.
Durante nueve años las entidades de crédito persiguieron a Saad, con sede en la localidad de Khobar en la Provincia Oriental, con deudas estimadas entre 10 y 16 mil millones de dólares (40.000 y los 60.000 millones de riales saudíes). Para liquidar los bienes, cobrar los activos y devolverle el dinero a los inversores, las autoridades árabes designaron al consorcio Etgaan Alliance. Los ingresos de las subastas se distribuirán entre los acreedores del grupo empresario.
El 7 de marzo los acreedores, bancos nacionales e internacionales y trabajadores a los que les deben su salario, recibieron una propuesta que no incluye la liquidación total de los activos, sino que enumera los bienes y activos que podrían discutirse ante un posible acuerdo. Además de las propiedades inmobiliarias y la flota de casi mil autos, hay maquinaria, excavadoras, montacargas, coches de golf, acciones en empresas, activos complementarios que aportarán familiares del acusado y saldos acreedores con bancos saudíes y compañías financieras.
Inversionistas e integrantes del sistema financiero consideran que el caso de Maan al Sanea medirá el nivel de compromiso con las reformas del príncipe heredero de Arabia Saudita, Mohamed bin Salman. En el último tiempo, las autoridades gubernamentales lanzaron una campaña contra la corrupción en las altas esferas, con detención de importantes funcionarios por casos de asociaciones ilícitas. Muchos de los implicados fueron liberados tras haber devuelto dinero, bienes o activos al Estado o después de haber sido exonerados.
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