En enero, la casa de subastas RM Sotheby's celebró el comienzo de la temporada de subastas con su 19° gala venta anual, en una cita que inaugura el mercado de autos clásicos y atenúa la fiebre de los coleccionistas y apasionados del rubro automotor. Destacaba, entre un distinguido catálogo, un modelo con tradición argentina. La Ferrari 212 Inter Coupe by Ghia pasó a titularse "The Juan Perón 212 Inter", un deportivo excéntrico, extraño, único por su aspecto y por su derrotero histórico. Había augurado recaudar cerca de dos millones de dólares: se vendió a 1.187.500 dólares.
Como si su conexión con la idiosincrasia argentina fuera intrínseca, este one-off de los años cincuenta padece una depreciación significativa de su valor y asimila un proceso de especulación. Tres meses después de haberlo adquirido por la mitad del precio estimado, su comprador -localizado en Houston, Estados Unidos- quiere convertirlo en ganancia inmediata. Publicó en varios sitios especializados (Motor GT y Hemmings) en la comercialización de autos clásicos su nueva tasación: 1.595.000 dólares. Más de 400.000 dólares en un rápido pase de manos.
La Ferrari 212 Inter Coupe by Ghia tiene condiciones que contribuyen al alza de su valoración. Es el ejemplar 49 de las 73 unidades construidas en Maranello en 1952 y la única encargada al especialista en carrocerías Ghia, en Turín, una distinguida casa de diseño y consultoría de construcción de automóviles. Se expuso por primera vez en el Salón del Automóvil de París en octubre de aquel año con número de chasis 0233 UE, acompañado por un 0235 EU, un descapotable diseñado por Pininfarina.
Juan Domingo Perón, el tres veces presidente argentino, fue su primer propietario: la compró al año siguiente, ya con una nueva identificación comercial, 0191EL. "Perón era un verdadero entusiasta del automóvil y es conocido por amasar una gran colección de automóviles de lujo, que van desde Ferraris a Packards. Él tenía una pasión por las carreras, y fue un patrocinador clave para dos de las estrellas emergentes del país, Juan Manual Fangio y Froilan González", reza la publicación.
Dos años después, en septiembre de 1955, el líder justicialista fue derrocado por la Revolución Libertadora y algunas de sus joyas automotrices fueron confiscadas. Perón tenía, además, un Alfa Romeo 1900 CSS Touring, un Giulietta Sprint y un legendario Cadillac El Dorado II que nunca pudo manejar. Pero su automóvil más representativo fue la 212 Inter, que, tras su exilio, quedó en posesión de sus custodios. El coleccionista ítaloargentino Conrado Tennino lo adquirió en 1973 y lo conservó en el país hasta 1987, cuando comenzó por un derrotero de coleccionistas que se desprendieron rápido de la unidad.
Pasó por Estados Unidos, Suiza y Alemania, a donde llegó rojo con el techo pintado de negro. Uwe Ohlsen Automobile, una firma automotriz independiente, restauró el automóvil. Le devolvió su estado original, recuperó su funcionalidad y revivió su sentido estético. En el taller de Peter Rosenmayer, donde permaneció desde octubre de 1990 hasta marzo de 1995, fue pintado de amarillo y negro, su apariencia actual que evoca la noción desproporcionada de un Ferrari vestido de taxi retro. "La restauración es de una calidad excepcional y permanece en condiciones de 'concursar' casi 25 años después, un verdadero testimonio de la fina artesanía del especialista italiano que realizó el trabajo", manifiesta su descripción formal.
Volvió al país en 1996, convocada para participar de un show televisivo. Emigró en octubre del año siguiente luego de embelesar la sala de exposición de un concesionario de la escudería italiana. Uwe Ohlsen Automobile quebró y en 1999 la extraña Ferrari de Perón fue adquirida por Lee Herrington, un coleccionista muy respetado en la órbita Ferrari. La unidad se volvió modelo: participó del Cavallino Classic en 2001, tras correcciones cosméticas se lució en el Concours d'Elegance de Pebble Beach en agosto de 2002, donde obtuvo el segundo premio en su clase, volvió al Cavallino Classic en 2003, una cita anual de ferraristas en Florida, Estados Unidos, donde ganó el premio Platinum y la Excellence Cup. Fue certificada por Ferrari Classiche y hoy, su actual poseedor, busca hacer negocios resignando, virtualmente, su condición de propietario. Es "la Ferrari de Perón".
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