Los concesionarios recibieron la lista de precios oficiales de las terminales automotrices: abril sostuvo el nivel promedio de ascenso mensual del 3% en el valor de los cero kilómetro. El primer trimestre del año experimentó una lógica contradictoria: ventas récord en un mercado que asimila una suba de precios por encima de la inflación. El incremento ronda el 10% promedio en virtud de modelos populares de marcas generalistas, dos puntos más que los pronósticos del índice inflacionario previsto para abril.
La suba es un reacomodamiento. Las automotrices recalibraron los precios de sus productos luego de años de presumir ajustes por debajo de la línea de inflación y del tipo de cambio. Tras ejercicios comerciales que fomentaron la conquista de mercado y el posicionamiento de modelos a costa de la pérdida de rentabilidad unitaria, hoy la estrategia es regenerativa. Las marcas adoptan, ahora, una política más modesta y menos agresiva, con costos que atestigüen el valor real de un automóvil.
En simultáneo a los brindis por los patentamientos en alza, las marcas anunciaron el fin de la "guerra de precios". Las bonificaciones desmedidas -beneficios de hasta 70.000 pesos-, los descuentos súbitos y temporales, cesarán en el corto plazo. Chevrolet y Volkswagen, las mismas compañías que desataron el principio de "ofertas del mes", se pronunciaron ahora en contra de las rebajas. "Hoy estamos operando a pérdida, se viene un ajuste de precios", sentenció Carlos Zarlenga, presidente de General Motors Mercosur. "Es tiempo de que todas las automotrices y los concesionarios nos llamemos al orden", exigió Hernán Vázquez, CEO de Volkswagen. El resto de las marcas reconocieron en silencio que se someterán al ritmo del mercado.
La suba, entonces, era esperada. La escalada del dólar, la devaluación, el aumento del precio de la nafta que acumula un 13,5% en lo que va del año y la reactivación económica de Brasil, que ya no tiene sobrestock y necesidad de exportar autos a precios competitivos, provocó el cambio de escenario. El efecto, se presume, se traducirá en el caudal de ventas que alcanzó su récord histórico en el primer trimestre de 2018: 271.283 operaciones. Los analistas estiman que por el reajuste de precios la desaceleración será paulatina y efectiva hacia la segunda mitad del año, ya cuando la recuperación brasileña sea ostensible.
En febrero, los autos nuevos habían subido, en promedio, un 3% y en algunos casos específicos el incremento alcanzó el 7%. En marzo, la línea se mantuvo: otro 3% de incremento para alcanzar casi un 10% de aumento en el primer trimestre del año, en virtud de las listas de precios oficiales que contrastan los informes de diciembre de 2017 y abril de 2018.
En el año pasado, la industria automotriz reguló el ritmo inflacionario de manera independiente, un recurso que se expresó en un rendimiento comercial sin precedentes. Los diez autos más vendidos del mercado en 2017 experimentaron una suba interanual del 16,5% respecto del año anterior: casi 9 puntos por debajo de la evolución de la inflación. Ahora la ecuación se alteró: los cero km recompensan la pérdida y suben a un ritmo más acelerado que los pronósticos inflacionarios de abril.
Tres ejemplos del segmento más económico del mercado rinden cuenta del aumento de los precios de los autos nuevos por encima del umbral de la inflación y el tipo de cambio. El Chery QQ es el segundo auto más barato del país: en diciembre costaba $195.619 y hoy vale $223.722, lo que significa un incremento del 14,3% en cuatro meses. El Etios cinco puertas de Toyota -el segundo auto más vendido del año- costaba a final del año pasado $258.300 y tras el incremento del 6% de marzo a abril su precio subió en el acumulado casi un 10% para llegar a los $283.700. El Renault Kwid -el octavo modelo más vendido de marzo- salía $223.800 en diciembre y este mes su valor asciende a $244.300: representa más de un 9% de aumento, con una suba mensual estabilizada en el orden del 2%.
Las automotrices quieren recuperar rentabilidad pero sin sacrificar el volumen de ventas y el terreno ganado. Las subas seguirán siendo graduales, a efectos de medir el nivel de aceptación y validación del mercado y los consumidores. A pesar de moderar las previsiones anuales, el objetivo de la industria automotriz sigue siendo superar el millón de unidades vendidas. Y hacia ese norte marcha el sector, con más financiamiento, más descuento, más bonificaciones o sin ellas: el mercado dirá.
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