La industria automotriz está en proceso de reconstrucción. Los cánones consagrados están en discusión. La evolución no contempla tradición ni historia. Las marcas se adaptan o quedan relegadas por los vientos de cambio. Restaba la confirmación. El rumor estaba instalado y los responsables de derribarlo sembraron mayor incertidumbre. En el marco del Salón del Automóvil de Detroit, Sergio Marchionne, CEO de Ferrari, develó lo que ya era una verdad a voces: la marca de deportivos italianos fabricará su primer SUV.
Circulaba la versión de que la mítica fábrica de Maranello podía emerger un vehículo más "versátil", más voluminoso, con mayor despeje del suelo, con una extraña estética crossover a la filosofía ferrarista. Los fanáticos más puristas rogaban no vender el alma, pero hasta los más románticos caen vulnerados por el devenir de los hechos. La moda domina el mercado, la actualidad impera y las cosas cambian al compás de las eras. Hace dos años, respondió "primero deberías pegarme un tiro", ante la consulta de un periodista sobre la posibilidad de que Ferrari claudicara ante las demandas del mercado y los consumidores. En octubre, Marchionne se había corregido: "Yo merecería ser fusilado si no permitiera a los ingenieros de Ferrari reinventar el vehículo que tenga algunas características de los utilitarios. Probablemente ocurra, pero sucederá el estilo Ferrari". En enero, develó: "Probablemente a finales de 2019 o a principios de 2020. Vi el auto hace ocho días cuando estuve en Europa. Estamos trabajando en él, pero todavía no está terminado".
Sabe de la susceptibilidad que despertará el anuncio: "Habría mucha gente incluso de fuera de la marca que iría por mí si solo hiciera otro (SUV) más. El modelo lucirá como tenga que lucir un SUV de Ferrari, pero tendrá que conducirse como un Ferrari". La máxima autoridad de la firma italiana repite esa idea de construir un auto que, más allá del segmento y la apariencia, respete la filosofía de la escudería. Eso se traduce en el culto a la adrenalina, la emoción y la velocidad. "Hasta ahora el SUV más rápido pertenece a Alfa Romeo y no creo que Ferrari le tema a Alfa", disparó.
El Ferrari F16X es el nombre técnico del proyecto que concibe la creación del primer SUV nacido en Maranello, donde fue bautizado FUV: Ferrari Utility Vehicle. El modelo, se presume, utilizará la misma plataforma que el Ferrari GTC4Lusso. Rivalizará con el flamante Urus de Lamborghini, que se exhibió por primera vez en público en el Salón de Detroit. Y acompañará la incursión de las firmas de lujo en el segmento de mayor expansión del mercado: primero fueron Mercedes Benz, BMW, Audi y Porsche las marcas que cayeron en las mieles de la tendencia. Después doblegaron a su tradición Maserati con el Levante, Alfa Romeo con el Stelvio, Aston Martin con el DBX, Jaguar con el F-Pace, Rolls-Royce con el Cullinan.
La electrificación de Ferrari
También en la conferencia de prensa de la cita estadounidense, el consejero delegado del Grupo Fiat no descartó la inclusión de un deportivo completamente eléctrico a la gama de Ferrari. "Si hay alguien que construirá el primer superdeportivo eléctrico, ese será Ferrari… La gente está sorprendida con lo que Tesla hizo en un superdeportivo, no intento minimizar lo que hizo Elon, pero creo que todos también podemos hacerlo". En su declaración nombre a Tesla (Motors) y a Elon (Musk), CEO de la automotriz estadounidense que se pronunció sobre la llegada del primer superdeportivo eléctrico: el Tesla Roadster ya fue develado y llegará al mercado en 2020. Ferrari quiere adelantarse, presentar primero el hypercar eléctrico e iniciar la competencia con un rival hasta el momento inesperado.
La transformación hacia las mecánicas sustentables es un viaje que la marca italiana tiene previsto hacer. Ferrari quiere vender más de diez mil unidades por año. Para hacerlo, debe cumplir con ciertas normas de emisión de partículas contaminantes que impuso la Unión Europea. Sin embargo, es la primera vez que el ejecutivo de la firma de deportivos anuncia una versión 100% eléctrica, un lanzamiento que inspiró recelo entre los puristas. De hecho, el mismo Marchionne había despreciado la teoría hace dos años, cuando en el Salón de Ginebra dijo que la idea de un vehículo de propulsión eléctrica sería un "un concepto obsceno para Ferrari". De nuevo, la dictadura del paso del tiempo evidencia el mal pronóstico del CEO de la mítica escudería italiana.
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