Era cuestión de tiempo. El Gobierno había eliminado la primera escala de impuestos internos a los autos sobre el cierre del año pasado. La transición de la derogación de una carga tributaria del 10% al precio de lista en concesionarios comienza a dominar la escena del mercado automotor. Las automotrices que habían iniciado el raid de descuentos con el cambio impositivo estimularon la profundización de la nueva reglamentación.
La estrategia de Toyota de reintegrar la diferencia en efectivo a los compradores de la Innova fue premonitoria. En noviembre, cuando los rumores de la supresión del arancel en respaldo de la reforma tributaria se formalizaban, la firma japonesa prometió devolver el dinero cuando la eliminación del impuesto sea oficial. El plan comercial fue auspicioso: se vendieron 36 unidades en diciembre de 2017. El compromiso de la empresa es una erogación de entre 44 y 47 mil pesos a cada uno de sus compradores, de acuerdo a la discrepancia en valores de diciembre a enero de las dos versiones del modelo afectadas por la alícuota.
La Innova fue pionera y Toyota el primero en distribuir una lista de precios renovada, con la eliminación del impuesto traducido en el precio final. Las quince versiones de las SW4, Camry, Prius, Innova, RAV4 y 86 comenzaron 2018 con rebajas del 6 al 12 por ciento, en una de las acciones comerciales más agresivas del revolucionado mercado nacional, que venía de celebrar la coronación de 2017 como el segundo año con más patentamientos de la historia.
A Toyota le siguieron en fila otras firmas asiáticas: Hyundai, Subaru, Mitsubishi y Suzuki también transcribieron en los precios la derogación del gravamen. Hyundai formalizó una política comercial voraz al modificar sus precios dolarizados un 9,7% promedio (con casos de hasta un 11% de baja), por encima de los 8% de incidencia tangible. La propuesta busca aumentar el volumen de ventas y consolidar su participación en el competitivo segmento de los SUV. La automotriz surcoreana anunció la baja con un comunicado formal de ocho versiones de la Tucson, cinco versiones de Santa Fe y dos de Grand Santa Fe, tres modelos que habían tributado hasta el 31 de diciembre de 2017. La firma describe que la alícuota del 10%, cuya tasa efectiva era del 11%, tenía una incidencia real en el precio público de un 8% ya que el cálculo del arancel se hacía sobre precio concesionario sin IVA, que no se pagaba por el monto de dicho impuesto interno.
Compañías como BMW y MINI no replicaron el descuento en procura de recuperar la rentabilidad de su actividad. Audi, otro gigante alemán que tenía cuatro modelos alcanzados por la carga tributaria, aún no adoptó una postura tras la desregulación del impuesto interno, aunque por el efecto de la eliminación del gravamen algo había adelantado en noviembre cuando redujo casi cinco mil dólares el valor de una versión del A4: de 55 mil a 51.150 dólares en una promoción de veinte unidades. Mercedes-Benz, en cambio, concibió una audaz estrategia de recomposición de precios con descuentos en el orden del 4 al 7% en el caso de nueve versiones repartidas entre el Clase A, Clase B, Clase C y GLA. La reducción traducida a efectos económicos es por encima de los dos mil dólares.
Ford, Chevrolet y Volkswagen ya formalizaron las bajas. La firma del óvalo hizo una fuerte apuesta con rebajas cercanas al 10 por ciento. Los modelos Mondeo, Kuga y S-Max que se vieron beneficiados por la anulación del gravamen se publicaron en enero con descuentos relativos a los cinco mil dólares en comparación con los valores de diciembre pasado. Chevrolet anunció en un comunicado la rebaja en dos modelos: Chevrolet Trailblazer y dos versiones de la Captiva. El descuento es del orden del 7,2% exacto, el equivalente a disminuciones en precios transferidos a pesos de 65 mil promedio. La compañía alemana, por su parte, disminuyó alrededor de un 7% los precios de los modelos Passat, Vento, Golf y New Beetle.
El impacto del cambio tributario también alcanzó a Citroën y DS. La marca del doble chevrón divulgó una nueva lista de precios con valores más económicos en ocho versiones de tres modelos. El C4 Picasso, el C4 Grand Picasso y la SpaceTourer bajaron sus precios una media del 6 por ciento. La firma premium francesa redujo los valores de seis de los ocho modelos que integran todo su portfolio en Argentina: la medida afectó a toda la gama del DS 4 y a las versiones más completas del DS 3, con descuentos cercanos a los dos mil dólares.
Vencido el plazo de la primera semana del año, aún resta que algunas compañías difundan los precios sugeridos de los modelos alcanzados por la eliminación de la primera escala del impuesto interno, cuya aplicación duró cuatro años y que repercutía en las unidades con valores comprendidos entre los 380 y 800 mil pesos de venta a concesionarios. Las razones de estas demoras obedecen a prácticas de especulación, potenciadas por la suba del dólar y la necesidad de las compañías de manejarse con prudencia.
La estrepitosa suba de la divisa estadounidense en las últimas semanas -una escalada a niveles de récord- atacó el beneficio de la quita impositiva en modelos importados o ensamblados en el país con piezas importadas. Este factor imprevisto podrá licuar de manera parcial o completa la rebaja en los precios dolarizados de los autos de gama media y alta que estaban alcanzados por la primera escala del impuesto interno. La coyuntura económica devaluó el aprovechamiento de la derogación del arancel: modelos que bajaron sus precios beneficiados por la medida se terminaron encareciendo ajustados por el tipo de cambio. Otra contraindicación de la medida es la liberación del valor de los modelos que estaban regulados de manera indirecta por el gravamen. Las unidades que antes estaban amenazadas por el tope tributario, podrán subir su precio sin temor a ser afectadas por el impuesto.
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