Un hombre se camufló entre los empleados de un centro de servicios de Newport Beach en Costa Mesa, California. Vestía un uniforme similar al de los operarios que reparaban deportivos Ferrari y Maserati. Penetró en un espacio reservado y encontró que las llaves de un Ferrari 458 Spider estaban disponibles en el interior del vehículo. Lo robó el 18 de octubre. Dos semanas después fue arrestado mientras pedía dinero para cargarle nafta a un automóvil de un valor de 340 mil dólares.
Es el resumen de la aventura de Israel Pérez Rangel, de 38 años y oriundo de Santa Ana, California. Policía local fue reportado por una escena curiosa en una estación de servicio de East Dyer: el conductor de un Ferrari solicitaba dinero y parecía no saber cómo cargar combustible. En los catorce días que tuvo el vehículo condujo 22 mil kilómetros hasta que se quedó sin dinero para alimentar su motor 4.5 V8 de inyección directa.
El estado del deportivo era precario. El emblema de la marca había sido extirpado del propulsor y de la piel en un sacrilegio descarado, las levas de cambios en el volante estaban destruidas y la caja de velocidades, gravemente dañadas, parte de la carrocería presentaba visibles rasgos de maltrato y en su interior reinaba el desastre. El propietario denunció haber hallado rastros de drogas y vómito en el habitáculo. Los daños estimados representaban 50 mil dólares en reparación.
"Después de huir del vehículo, el sospechoso fue arrestado detrás de los arbustos en la entrada del Holiday Inn", notificó Anthony Bertagna, portavoz del Departamento de Policía de Santa Ana, en diálogo con los medios locales. Pérez Rangel se reconoció inocente de los cargos que se le imputan. Pero su prontuario lo incrimina. Posee un extenso historial delictivo: robo de automóvil, vandalismo, resistencia a la autoridad, posesión de drogas, posesión de un arma mortal, asalto a mano armada, evadir un oficial de paz con una maniobra imprudente, comprar o recibir un vehículo o equipo robado, denuncias de robo de más de 200 mil dólares, de acuerdo con los registros judiciales que publica el medio The Angeles Times.
El robo del Ferrari fue denunciado al día siguiente -27 horas después del hecho- cuando la propietaria Susan Friedman fue a recoger la unidad al centro de reparaciones y nadie sabía qué había sucedido con el vehículo. El video de vigilancia demostró que Pérez Rangel lo había robado vestido con la misma indumentaria que los trabajadores del lugar.
La mujer, pareja del prestigioso fotógrafo estadounidense Eadweard r. York, presentó la denuncia a la compañía de seguros y con el dinero de la indemnización se compró un Lamborghini Huracán cero kilómetro, antes de que recuperaran en una situación insólita su Ferrari 458 Spider modelo 2015. El deportivo del Cavallino Rampante fue lanzado en 2011. Se trata de un modelo derivado del 458 Italia: es un convertible con techo rígido que mantiene el nivel de confort y el sentido de deportividad de la versión original.
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