Elon Musk apareció en escena bajo la musicalización de "Feet don't fail me" de Queens of the Stone Age y un despliegue inquietante de luces. Cautivante, simpático, entusiasta, desbordante por haber mantenido en vilo a la prensa por la presentación del automóvil más grande en la historia de Tesla Motors, fue audaz y extrovertido para vender su promocionada tecnología. Avisó: "Si no sobrevives a una explosión termonuclear, te devolvemos el dinero".
Lo prometió en la presentación del Tesla Semi, el primer camión de la firma de automoción dedicada a cambiar el paradigma de la industria automotriz. Su diseño, su ingeniería y sus prestaciones presumen de una jerarquía superior. Musk afirmó que la frenada es regenerativa y la vida útil de los frenos, eterna, que el motor permanecerá impecable con garantías de rendimiento hasta el millón de kilómetros, que la autonomía de carga es de 800 con cero emisiones contaminantes, que su coeficiente aerodinámico es mejor que el del Bugatti Chiron. Y sugirió -en broma o no- que el parabrisas tolera bombas termonucleares, con el debido compromiso de reembolsar el gasto invertido en caso de no subsistir ante eventuales ataques extremistas.
Testing a tow hitch against standard truck glass vs. Tesla armor glass pic.twitter.com/UoDkBs6OUD
— Tesla (@Tesla) November 17, 2017
Tesla publicó una comparación elocuente: contrasta la resistencia del parabrisas del Semi con la debilidad de un vidrio estándar de cualquier automóvil. El cristal blindado del nuevo prototipo de Elon Musk se presume, entonces, irrompible. En el video se percibe cómo el parabrisas de la cabeza tractora del Tesla queda inmune ante el golpe de un objeto contundente, mientras que un parabrisas ordinario luce sensiblemente afectado por el mismo impacto.
Tal grado de solvencia en el amplio cristal de la cabina se alinea a las tecnologías de avanzada que presenta un prototipo cuya producción en serie comenzará en 2019. Ya abrió su reserva con un depósito inicial de cinco mil dólares: su precio final será de 150 mil. En la presentación, el CEO de la firma se dedicó a explicar que el Semi será más económico que cualquier otro camión convencional por la calidad de su fabricación. Obedece a una lógica de ahorro en mantenimiento y ahorro de combustible (Tesla informó que los compradores economizarán 200 mil dólares al valerse de su propulsión eléctrica y prescindir de la nafta).
El parabrisas preparado para el apocalípsis no es la primera invención de Tesla en defensa de armas biológicas. El Model X dispone de sistemas de purificación de aire inspirados en los hospitales de última generación. El filtro de alta eficiencia HEPA elimina la mayor cantidad de agentes nocivos en el aire. El vehículo de Tesla cuenta con un sistema idéntico que evita la propagación de bacterias, virus y otras partículas contaminantes dentro del habitáculo y que, incluso, filtra de manera ininterrumpida el aire interior para suprimir definitivamente cada desecho restante. Musk y Tesla aseguran que su rendimiento es diez veces mejor al de los filtros de aire tradicionales.
Tesla avizora el futuro, en muchas de sus vertientes. Lidera un nuevo concepto en movilidad con la obstinación de promover la mecánica de combustión sustentable con modelos como el Model S, pensado para el mercado de masas y la democratización de la electricidad como alimento de propulsión. Y con los últimos rasgos de sus invenciones imagina también un futuro no tan promisorio para la humanidad: su habitáculo hermético a pruebas de ataques nucleares, sus sistemas de filtros de aire y su autonomía de 800 kilómetros le permitirán escapar de hipotéticas situaciones de conflicto.
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