El auto más caro de la historia fue vendido en una subasta. En 2014, un comprador anónimo pagó 38.115.000 dólares por un deportivo clásico que hoy ya cuesta 38.560.000 dólares. Su valor de mercado no se detiene. La dictadura del tiempo lo encarece, sin frenos ni escrúpulos. Es la tesitura que prima en este escenario: autos viejos, antiguos, que la acumulación irreversible de presentes revalorizan como piezas históricas. La explosión de tecnología y modernidad abusiva en la industria automotriz concibió una corriente alternativa, un movimiento antagónico, un alter-ego. El boom por lo vintage, lo retro, lo clásico.
Las subastas hicieron a los autos obras de arte. Para presumir de ese estatus deben proveer tres características fundamentales: una silueta refinada con líneas elegantes, un contenido histórico explícito más una reseña conceptual del pasado y un criterio de exclusividad, de escasez, para coronar el hecho de que sea una pieza valiosa. Una trilogía de peculiaridades que hacen que las unidades vintage sean las delicias de los coleccionistas.
De los seis modelos más caros de la historia de las subastas, cinco son Ferrari
Lo viejo es moda. En la última década, el precio de los autos clásicos han escalado en la consideración de los compradores. Recuperan la dicha del pasado, apelan a la nostalgia de los románticos y seducen a los melancólicos del motor. La mayoría de los autos más caros vendidos en subasta datan de la década del cincuenta y sesenta, aunque los hay más antiguos. Un repaso por la historia de cada modelo y la justificación de su valor exorbitante.
Ferrari 275 GTB/C Speciale by Scaglietti – 26.400.000 dólares
La casa RM Sotheby lo vendió en una subasta en Monterey en 2014. Lo publicaron como una pieza exótica: más raros que los icónicos 250 GTO. Fue uno de los tres modelos Ferrari 275 GTB/C Speciale que fueron construidos por la marca italiana a finales de 1964 y principios de 1965 con propósito para homologar al 275 GTB, su flamante bólido de carreras, unidad que ocupó la tercera plaza en las 24 horas de Le Mans.
La unidad vendida fue investigada meticulosamente por el historiador suizo Ferrari Marcel Massini. Comprobó su motor delantero V12 modificado, su chasis ligero, su suspensión trasera independiente y su ingeniería y prestaciones dignas de un auto de carrera de mediados de los sesenta.
Ferrari 275 GTB/4 Nart Spider – 27.500.000 dólares
Uno de las creaciones de Maranello más deseables de todos los tiempos. Su exclusividad se reduce a diez unidades. La unidad -restaurada- se remató por más de 27 millones de dólares en Monterey en 2013 por la casa RM Sotheby. Su historia esconde una aparición peculiar: protagonizó escenas de la película "El secreto de Thomas Crown", con Steve McQueen como figura estelar.
Su único propietario fue Eddie Smith, alcalde de Lexington, en Carolina del Norte, fallecido en 2007. Aunque la información no es oficial, el Ferrari 275 GTB/4 NART Spider fue adquirido por Lawrence Stroll, empresario canadiense y copropietario de la firma de moda Tommy Hilfiger en la década del noventa. La familia que percibió los casi 30 millones de dólares donarán el dinero a beneficencia.
Ferrari 290 MM – 28.050.000 dólares
Fue construido para que Juan Manuel Fangio lo estrenara en la Mille Miglia de 1956. La lluvia invadió el motor y el piloto argentino se las ingenió para terminar cuarto en la competencia. La unidad con chasis 0626 es la más famosa de las cuatro que fabricó la firma en la década del cincuenta para carreras de resistencia. El deportivo también corrió los 1.000 kilómetros de Buenos Aires al año siguiente y lo condujeron reconocidos figuras del automovilismo de la época: Phil Hill, Alfonso de Portago y Peter Collins.
"Es una pieza irrefutable de la historia del automóvil", lo presenta la casa RM Sotheby, que lo remató por más de 29 millones de dólares en Nueva York en 2015. Certificado de Ferrari Classiche, su comprador fue anónimo y su anterior propietario fue el coleccionista inglés Ron Stern. El 290 MM monta un motor V12 con 350 caballos de potencia, caja ZF de cuatro velocidades y un peso total de apenas 880 kilos.
Mercedes-Benz W196 – 29.600.000 dólares
El único modelo no Ferrari de la lista y uno de los pocos ejemplares que se escaparon de la órbita de la firma alemana. La unidad -fabricada en 1954- merece su valor a la figura emblemática de Juan Manuel Fangio: sobre la mítica Flecha de Plata ganó el campeonato de Fórmula 1 en 1954 y 55, ganando ocho de las 16 carreras posibles. A bordo del monoplaza, el piloto argentino se convirtió en uno de los mejores corredores de la competición.
El comprador, que desembolsó cerca de 30 millones de dólares, se rehusó a develar su identidad. El Mercedes-Benz W196 fue vendido por la casa Bonhams en el marco del Festival de la Velocidad de Goodwood en 2013, una de las citas automotrices más atractivas del calendario que se celebra en la finca Chichester, al sur de Inglaterra.
Ferrari 335 Sport Scaglietti – 35.700.000 dólares
Fue vendido por la casa Artcurial Motorcars en el Rétromobile Show de París el año pasado. Alcanzó una cifra estratosférica por su profunda deportividad y sus hipnótica apariencia. Matthieu Lamoure, director general de la firma de subastas, dijo: "Este auto es una obra de arte y una reina de la velocidad al mismo tiempo. Representa la esencia de lo excepcional: belleza, exclusividad, éxito en las carreras, historia, autenticidad y procedencia".
La unidad con chasis 0674 compitió en las 12 Horas de Sebring, la Mille Miglia, las 24 Horas de Le Mans, donde se convirtió en el primer automóvil en superar los 200 km/h de media en una vuelta al trazado de La Sarthe. El británico Stirling Moss lo condujo a la victoria en el Gran Premio de Cuba de 1958, la carrera que se hizo famosa porque en la jornada previa Juan Manuel Fangio fue secuestrado por el Movimiento Guerrillero castrista.
Ferrari 250 GTO – 38.115.000 dólares
El Santo Grial de los coleccionistas. Se lo conoce como "el último auto del hombre muerto" porque la única oportunidad de que regrese al mercado de coleccionistas es cuando su dueño fallezca. Fue concebido para disputar el Campeonato Mundial de la FIA GT de 1963. La unidad 19° de los 39 250 GTO que emergieron de Maranello en 1962.
Con número de chasis 3851GT y motor V12 de tres litros, fue adquirido por Fabrizio Violati en 1965. El piso de la subasta comenzó en once millones de dólares y la expectativa de venta ascendía a 60 millones de recaudación. Pero sus escasos méritos en grandes competiciones dañaron su precio final. Hoy, a tres años del Concurso de Elegancia de Pebble Beach donde la casa de subastas Bonhams lo remató a más de 38 millones de dólares, su precio sigue escalando.
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