Xiong Jian es un mecánico que creó un vehículo anfibio. Interpretó una necesidad y actuó en consecuencia. El río Zhenzi cruza la ciudad de Taojiang, en China. Las precipitaciones aumentan la afluencia del río y provocan inundaciones. Xiong Jian vive a la vera del río y padece constantemente su crecimiento. Pensó entonces una solución: ejercer sus conocimientos en procura de resolver su problema de movilidad. E inventó un auto-bote.
No es una producción de alguna compañía innovadora ni un concept car futurista pensado por y para garantizar soluciones de movilidad sustentable. Es una creación particular –un one-off chino rudimentario– de un avezado mecánico interesado en viajar por escenarios remotos. Su proyecto es absolutamente artesanal. Emplazado en su automóvil personal, incorporó partes de otros vehículos para fabricar su artefacto anfibio.
Su invento debió someterse a varias pruebas para testear su eficiencia en ambas superficies. Al principio, instaló en motor en la zona delantera pero, luego de varias pruebas, comprobó que tenía problemas de filtraciones. La solución fue trasladarlo a la parte trasera del navío. Xiong Jian había creado un vehículo anfibio con sus propias manos.
El auto tiene una inmersión máxima de 20 centímetros y es capaz de transportar por el agua a cuatro ocupantes. Según informó el creador de esta ingeniería, el mismísimo Xiong Jian, la balanza denuncia un peso exagerado: "Calculo que por el desplazamiento que genera, basándome en los datos del coche, su peso es de alrededor de una tonelada". Su velocidad por agua asciende a 32 kilómetros por hora. El vehículo incluso puede navegar marcha atrás. Xiong Jian actualmente está trabajando en mejorar sus prestaciones: quiere que alcance una velocidad promedio de 40 kilómetros por hora y reducir su contaminación sonora.
El Amphicar fue el primer automóvil anfibio de pasajeros civiles producido en serie. Vendió, entre 1961 y 1968, más de cuatro mil unidades, principalmente en los Estados Unidos. Sin embargo, su eficiencia era discutida. Su rendimiento acuático era sensiblemente inferior al artesanal invento del mecánico chino. El Amphicar tenía problemas de hermetismo y viajaba extremadamente lento: no superaba los once kilómetros por hora, convirtiéndose a veces en el ancla más aerodinámico del mundo. No era una fabricación casera de Xiong Jian.
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