Salón Internacional de Ginebra, o la cita automotriz más trascendental del calendario. Coexisten en la ciudad suiza una decena de facultades exclusivas, carentes en las otras exhibiciones de autos. Su condición histórica, el escenario coyuntural, el oportunismo en tiempo y localización, sus políticas democráticas de distribución de contenidos, atributos multidisciplinarios que encasillan a la convención helvética como la más extraordinaria del mundo. Diez días, del 9 al 19 de marzo, cuando las compañías más legendarias, los fabricantes boutique, artesanales, de diseño, las marcas proveedoras, los auspiciantes, las empresas de servicio se condensen en el Congreso Palexpo para elevar el glamour, la innovación y el espíritu de una industria en movimiento.
Ginebra tiene la voluntad y el compromiso de albergar a todos. En una geografía de cien mil metros cuadrados se distribuirán sobre siete pabellones más de 160 puestos de exhibición. Estima recibir cerca de 700 mil visitantes -la entrada general cuesta 16 francos suizos, el equivalente a 16,41 dólares-. Encarna la más sublime modernidad, espectacularidad y heterogeneidad del mundo de los autos.
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— GIMS Swiss (@GimsSwiss) 3 de marzo de 2017
Su edición número 87 presume de historia. Desde 1905 hasta la actualidad, con una periodicidad anual, se vanagloria de haberse presentado de manera casi ininterrumpida a lo largo de su recorrido. El valor de su posición apolítica se cobra en la continuidad, la consistencia y la resistencia de su obra. Por eso su carácter imbatible, asociado a su naturaleza imparcial, condición sine qua non de la identidad suiza. La neutralidad se convirtió en un elemento indisociable de la historia moderna de Suiza.
La cultura helvética, caracterizada por sus condición ancestral de imparcialidad, se corporiza en la parcelación de espacios. Los organizadores no concibieron preferencias cuando distribuyeron los stands. En contraste a otros prestigiosos salones, donde las compañías explotan su posición local para acaparar los centros de exposición con presentaciones majestuosas, la feria de Ginebra honra su cultura política aplicando democracia en la distribución de puestos y despejando de privilegios a las compañías líderes.
Ginebra, además, abre el año lectivo. Atrás quedaron Detroit y el CES de Las Vegas, un escaparate de tecnología gobernado por el departamento de innovación de la industria automotriz. En el medio del mapa, cerca de muchos y no tan lejos de algunos. El que entrega el premio al mejor auto del año. El único que puede ostentar su condición natural de país neutral. El que gracias a sus principios de imparcialidad, recibe gustoso a firmas de cualquier dimensión. El más diverso, plural y competitivo. Ginebra hospedará, en esta edición, a restylings de modelos exitosos en ventas, esperados lanzamientos del segmento SUV, bestiales deportivos, excéntricos concepts cars y curiosidades del rubro automotor.
Seat presentará la quinta generación del Ibiza, el auto más vendido de España, entre los destacados de los modelos de éxito renovado. Ford revelará la octava generación del Fiesta en homenaje a los 40 años de historia del emblemático utilitario de la firma americana. BMW desembarcará con la primicia del nuevo Serie 4, cuya gama completa fue sometida a una renovación que afectará al Coupé, al Gran Coupé y al Cabrio. Kia, por su parte, prometió mejoras en mecánica y acabados para la tercera generación de su urbano Picanto.
En los SUV, el segmento de mayor crecimiento del mercado, Citroën exhibirá su principal sorpresa: el C-Aircross Concept, un crossover que copia la silueta del C4 Cactus e imita la utilidad del C3. Su hermano francés DS presentará el DS7 Crossback, el primer SUV de la innovadora firma gala. Mitsubishi estrecha lazos entre el diseño coupé y la carrocería SUV con el Eclipse Cross, el modelo que mejor expresará el espíritu de la marca nipona. Range Rover extenderá su familia crossover con un cuarto miembro: el Velar, refinado y extremo, destinado a cubrir el hipotético vacío entre el exitoso Evoque y el Sport.
Ginebra expondrá la pasión más purista en su despliegue de deportivos. Renault dará la nota con la presentación del Alpine A110, el biplaza heredero de los principios conceptuales de la "Berlinette". Habrá un notable exponente italo-argentino, el Pagani Huayra Roadster, candidato a ser una de las vedette de la cita. El Salón de Ginebra 2017 descubrirá a la versión descapotable del increíble hypercar del constructor santafesino Horacio Pagani. Compartirá escena y neón con la Ferrari 812 Superfast, la obra más potente nacida en Maranello, un tributo a los 70 años del Cavallino Rampante. Audi RS 3 Sportback, Honda Civic Type R, Lexus LS 500h, Lamborghini Huracan Performante, Porsche Panamera Turbo S E-Hybrid, Volkswagen Arteon, otras piezas codiciadas que competirán por erigirse entre las estéticas deportivas más pronunciadas.
Entre las curiosidades se asoman el G650 Landaulet, el primer Maybach 4×4 o la expresión extrema de cómo el lujo y la distinción pueden perdurar aún fuera del camino. Será la cuarta creación de la submarca de Mercedes-Benz, que presentará en su mega stand el Mercedes Clase X Concept, un audaz prototipo que incursiona en el segmento pick-up medio. De sorpresas, incertidumbres, magia y dinamismo estará arrebatada la cita automovilística más consagrada de la industria.
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