La conducción autónoma de Tesla Motors es un derrotero de noticias. Promociones de marketing, disfrazadas de innovaciones, difundidas por la compañía automotriz y divulgaciones por redes sociales de usuarios, en principio, desinteresados de cualquier patrón político. Desde los ojos de los autos inteligentes, la visión de su software, hasta supuestos fallos de su tecnología: las experiencias Tesla son versátiles.
Lo último en materia Tesla: la viralización de un video grabado por el conductor de un Tesla Model X que proclama un beneficio poco conocido del Autopilot 2.0. En una autopista de Holanda, el vehículo de Hans Noordsij se cuidó de involucrarse en un accidente de tránsito gracias al sistema de inteligencia artificial de la compañía líder en automóviles eléctricos sin conductores.
El video es elocuente. Antes de que un Opel Corsa intente esquivar a una SUV que frena de modo abrupto y provoca que la maniobra del auto que circula detrás no sea suficiente para evitar la colisión, antes de que ambos vehículos impacten, antes de que uno sufra varios vuelcos y el otro derrape, el sistema inteligente de Tesla logra emitir un pitido para notificar atención y prevención, porque algo iba a ocurrir segundos después, metros adelante.
El Model X, que viajaba a 115 kilómetros por hora, se detuvo de forma automática al momento del impacto. El pitido fue un anticipo de lo que había interpretado que iba a suceder con los dos autos que circulaban por su mismo carril. El radar frontal de Tesla percibió el riesgo inminente, pitó y activó el sistema de frenado independiente.
Una buena publicidad para la compañía de Elon Musk, un regalo de un usuario que difundió el video por su cuenta de Twitter. A mitad de año, el caso Joshua Brown despertaba la desconfianza en el piloto automático de Tesla Motors. El dueño de un Tesla Model S, de 40 años, murió mientras miraba una película de Harry Potter, tras colisionar con un camión detenido. Fue la primera muerte a bordo de un vehículo autónomo, el suceso que inauguró el debate en concepto de seguridad sobre la evolución -y predominancia- de la tecnología en la industria automotriz. Así como en junio la inteligencia artificial aplicada en vehículos se cobró su primera víctima, hoy Tesla puede presumir de haber presagiado un accidente vial.
LEA MÁS:
Tesla vs. Google, cómo es la guerra de los autos del futuro
Con los ojos de Tesla: cómo ven el mundo los vehículos autónomos