Héctor Masoero

Miembro de la Academia Nacional de Educación y Presidente del Consejo de Administración Fundación UADE

Por qué la educación debe ser en la Argentina un servicio esencial

Desde 2003, el país nunca logró cumplir con el mínimo de 180 días de clase establecido por ley
Por qué la educación debe ser en la Argentina un servicio esencial

The Last Dance

La ilusión de esperar que las cosas cambien es la que sostiene el esfuerzo de una población que anhela que su sacrificio, esta vez, finalmente sirva para algo
The Last Dance

El país de los padres huérfanos

Los hijos se van, sufren los padres, pero también el país sufre con el éxodo de los jóvenes migrantes. En términos de valor económico, el potencial de riqueza económica que se pierde es significativo
El país de los padres huérfanos

Los billetes del campeón

Solo nos resta esperar que el inicio de 2023 nos traiga medidas sensatas y honestas que resuelvan los problemas de base, que son la verdadera fuente de los inconvenientes con los billetes, para que nuestro país vuelva a recobrar la salud financiera y económica
Los billetes del campeón

La “ilusión de verdad” en la educación durante la pandemia

La virtualidad fue una ayuda enorme en un momento en el que las dudas superaban en número y contundencia a las certezas. Pero no pensemos que resolvimos exitosamente para siempre el modelo educativo dominante: necesitamos la presencialidad en todos los niveles
La “ilusión de verdad” en la educación durante la pandemia

¿Es esencial la educación?

En educación, en la Argentina durante por lo menos 200 días mayormente todo quedó restringido a modalidades online y la vuelta posterior a lo presencial fue mínima. La experiencia nos demostró que esta modalidad fue muy útil en amplios aspectos. Pero también que, por un lado, la educación online no reemplaza completamente a la presencial
¿Es esencial la educación?

Carta a la Argentina de un apasionado por la educación

Llevamos un año sin clases. Si nos equivocamos, lo importante es no volver a tropezar con la misma piedra
Carta a la Argentina de un apasionado por la educación