(ATR) La cancelación o posposición de los Juegos Olímpicos de Tokio podrían certificar dramáticamente la peor crisis en la historia del deporte mundial.
Pero en medio de la incertidumbre provocada por la pandemia del coronavirus,y del rosario de suspensiones y postergaciones de clasificatorias olimpicas y de torneos del deporte-espectáculo, la esperanza sobrevive.
La esperanza de que Japón pueda controlar y liquidar la enfermedad a tiempo mantiene encendida la fe del Comité Olímpico Internacional y de los organizadores japoneses de llevar a buen puerto la nave de los Juegos tras la tempestad.
Segunda mitad de mayo o principios de junio parecen los plazos límites para la confirmación definitiva.
En medio de los anuncios de cancelaciones de eventos preolimpicos en todas las federaciones internacionales un "plan de contingencia" como el recurrir a los rankings en cada disciplina podría ser una opción viable.
Esta propuesta emergente debe aceptarse como lógica en todas las federaciones involucradas en el programa de los Juegos de Tokio ante el poco tiempo que resta para su inauguración, el 24 de julio, y ante las dificultades actuales para conseguir una nueva sede y una nueva fecha e incluso aunque las pruebas clasificatorias se mantengan en las mismas ciudades.
Ya algunas como la Federación Internacional de Canotaje han apostado a este "plan B" de recurrir al escalafón mundial cuando además reina también el obstáculo de prohibiciones de entradas en diversos países como consecuencia de medidas preventivas que adoptan los gobiernos ante la nueva enfermedad.
Los directivos internacionales junto a los federativos de cada país están intentando que la llama olímpica y paralímpica del aliento y la ilusión no se apague en el espiritu de cada uno de sus deportistas en este momento clave de la preparación.
Escrito porMiguel Hernandez.