Natalia Partyka nació en Gdansk hace casi 35 años sin la parte inferior de su brazo derecho. Es hexacampeona paralímpica de tenis de mesa. El 13 de agosto de 2008, en el Gimnasio de la Universidad de Beijing, sucumbió ante la hongkonesa Tie Ya Na y, como integrante del equipo femenino polaco, se transformó en la primera tenimesista en competir tanto en los Juegos Olímpicos como en los Paralímpicos de una misma edición. Repetiría en Londres, Río y Tokio.
Partyka no se impondría como la única en su disciplina en abrazar la dualidad: la australiana Melissa Tapper la emularía en Río 2016 y Tokio 2020. Tampoco como la única atleta: desde la italiana Paola Fantato, en tiro con arco en Atlanta ‘96, serían seis los repetidores. Cinco mujeres y Oscar Pistorius.
Seis hasta París 2024, Juego en que la brasileña Bruna Costa Alexandre, tercera en el ranking paralímpico mundial, estirará la estela de la polaca multicampeona (a quien describió como una fuente de inspiración) y de Tapper. A los 29 años, se inscribirá en el séptimo renglón del prontuario. Competirá en las dos fiestas polideportivas en el Arena Sud 4 entre julio y septiembre.
La amputación del brazo derecho por una trombosis a los dos meses de vida la posicionó durante el grueso de su recorrido profesional en la órbita de deportistas con discapacidad, en la cual conquistó un título mundial en Bratislava 2017 y cuatro medallas paralímpicas: dos de bronce en Río 2016 y una plateada y otra de bronce en Tokio 2020. Desglosadas, se colgó una en la prueba individual y la restante en la de equipos en ambos Juegos, en los cuales coqueteó sin éxito con la gloria mayor.
Su trascendencia en aquellos torneos le suministró una posibilidad de privilegio dentro de los atletas con su condición: el pasaje a las competencias absolutas. En octubre de 2023 devino la primera paratleta en disputar un Juego Panamericano. Ganó la medalla de bronce en la prueba de equipos en Santiago. En febrero representó en el Campeonato Mundial de Busan a un equipo brasileño despedido en los octavos de final. Asoma ya en su horizonte el desafío más prominente.
Luego de ser incluida en la nómina olímpica femenina de su país junto con Bruna y Giulia Takahashi, Alexandre volcó en una de sus múltiples publicaciones de Instagram su euforia por la convocatoria, a la cual rotuló como “hazaña”: “Este día marcará para siempre mi trayectoria. Hoy puedo celebrar, cantar e incluso llorar. Los sueños de Dios nunca morirán”, contó la primera atleta latinoamericana en borrar y reescribir, con un puñado de días de distancia, el prefijo “para”.