El keniano Rhonex Kipruto, dueño del récord del mundo en los 10000 metros en ruta, fue suspendido por seis años por irregularidades en su pasaporte biológico, según dictaminó el Tribunal Disciplinario de la Unidad de Integridad del Atletismo (AIU) de World Athletics.
Kipruto, medallista de bronce en el Mundial de Doha 2019, había sido sancionado de manera provisional desde el 11 de mayo de 2023 y ahora la medida quedó ratificada, por lo que recién podrá volver a competir el 10 de mayo de 2029.
La suspensión al keniano se debe a que se le detectaron oscilaciones anormales en sus valores sanguíneos en 32 controles que le realizaron entre julio de 2018 y marzo de 2022. “Los argumentos del atleta no pudieron explicar las anormalidades en el pasaporte”, afirmó el Tribunal Disciplinario de la UIA.
Según lo expuesto en el fallo, el Tribunal decidió la máxima sanción al determinar que Kipruto se sometió a un sistema de “dopaje deliberado y sofisticado prolongado en el tiempo con el objetivo de mejorar artificialmente su rendimiento”.
“Varias anomalías encontradas en el ABP del atleta estaban vinculadas a importantes competiciones, incluyendo el medio maratón de Valencia en 2020 y los clasificatorios olímpicos de Kenia en 2021. El dopaje de sangre fuera de las competiciones también se puede usar para obtener una ventaja al permitir una capacitación más intensa y esto tiene un efecto obvio en el rendimiento, incluso después un período de tiempo significativo. Esto se corrobora por el hecho de que en los últimos años muchos los atletas han sido positivos para EPO lejos de la competencia”, señaló el panel de expertos.
Además de la suspensión, el keniano perderá todos los premios y marcas establecidas desde el 2 de septiembre de 2018 hasta el 11 de mayo de 2023, por lo que se quedará sin el récord del mundo en ruta que había establecido en Valencia, en 2020. También perderá, entre otros logros, la medalla de bronce en los 10 mil metros en el Mundial de Atletismo en Doha y la victoria en la misma distancia en la Diamond League de Estocolmo 2019. La decisión podrá ser apelada al Tribunal de Arbitraje del Deporte (CAS).